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La familia del secuestrado se considera abandonada a su suerte

Para Manuel Prado y Colón de Carvajal, 52 años, once meses menor que su hermano Diego, secuestrado por ETA Militar el pasado 25 de marzo, la única satisfacción personal recibida en estos 20 días de auténtica angustia y, a veces, de "asqueo", fue la bendición papal que le trajo el rey Juan Carlos, el viernes pasado, después de la audiencia privada concedida por Juan Pablo II a la familia real española. Manuel Prado, el hombre público de la familia, empresario, ex presidente de Ford España y de Intelsa, ex presidente de Iberia y del Instituto de Cooperación Iberoamericana, lleva sobre sus espaldas la tragedia de toda la familia.Una tragedia que para la familia Prado, y para su portavoz y responsable más popular, Manuel Prado, tiene diversos planos y en todos ellos encuentra un motivo de queja, dirigido tanto a los medios periodísticos como a muchos e importantes sectores políticos y empresariales.

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Desde la reivindicación primera de ETAm, al día siguiente del secuestro, todos los intentos de la familia Prado de conocer si Diego se encuentra vivo y qué rescate se pide por él han sido infructuosos. Manuel ha hablado con hombres que padecieron el mismo calvario que su hermano: Lipperheide, Orbegozo, Guibert. Todos ellos le han confirmado que los terroristas tienen información precisa sobre ellos y su reducido entorno familiar y profesional, pero que desconocen en absoluto todas las relaciones políticas o de amistades que les rodean. Estos datos y sus conclusiones las sacan de la prensa en los días siguientes al secuestro.

Y de aquí parte la primera queja de Manuel Prado sobre las primeras informaciones en algunos medios, incluida la radio y la televisión o las facilitadas a estos medios por el portavoz de Interior, diciendo auténticas mentiras sobre la situación del Banco de Descuento y la relación de Diego con la entidad. Unos problemas administrativos reales, pero en los que ninguno de los dos jueces que han tratado el caso han podido encontrar hasta ahora causa suficiente para su procesamiento. Una persona sobre cuya honorabilidad, afirma Manuel Prado, se ha echado un cúmulo de falsedades que está dispuesto a limpiar de toda mancha.

Amistad con el Rey

El segundo tema que, en su opinión, está dificultando el desenlace del secuestro es la insistencia, también en la prensa, de su amistad con el Rey. Manuel Prado repite que el Rey tiene 37 millones de amigos y que sea cual sea el resultado final nadie debe pensar que ni en el pago del rescate, si se produce, o en las operaciones policiales de búsqueda, -dato éste que también confirma el ministro Barrionuevo-, el rey Juan Carlos ha tenido alguna intervención.La tercera queja, y ésta sí es la que tiene a la familia más extrañada y sobre todo más desilusionada, es sobre la falta de reacción de la clase política y empresarial española ante el secuestro de Diego, desilusión ya imposible de borrar.

Manuel Prado recuerda su constante servicio a la democracia española, especialmente durante la transición; las amistades de otros tiempos no muy lejanos con personas como Adolfo Suárez, Felipe González, Manuel Fraga, -que no pudo llamarle por haber sido operado de pólipos, según un miembro de AP- Carlos Ferrer, que le llamó por primera vez al decimotercer día, Gregorio PecesBarba, José Federico de Carvajal. Ningún partido político ha hecho un gesto de apoyo, como tampoco la CEOE, que ni mencionó el caso en su reciente junta general.

Ofrecimientos populares

Junto a estos olvidos, Manuel Prado guarda una carta de una familia de labriegos de La Mancha, que desconoce, y que le anuncia que han solicitado un crédito de medio millón de pesetas para ofrecérselo; otra de un antiguo contable de su empresa para que disponga de dos millones que tiene ahorrados; otra de una señora chilena que le ofrece un millón y medio, y así algunas más.Manuel Prado considera que la operación policial en la zona norte de Madrid ha contribuido a salvar otras vidas, y está emocionado por la respuesta popular. No critica al Gobierno. Cree que es posible que la operación haya retraído más a los responsables de la organización terrorista para ponerse en contacto con la familia. Ha empezado a prepararse porque intenta, a pesar de todo, pagar el rescate, y para ello ha puesto en venta o en hipoteca algunas propiedades.

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