_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Recuerdo de Isam Sartaui

Emilio Menéndez del Valle

Isam Sartaui tenía grande el corazón y despierto el cerebro. Era un intelectual en toda regla. Un intelectual comprometido con una causa justa, con todo un pueblo, con su pueblo palestino. Servía a la causa con moderación y realisnio. Sabía que el primer deber de un colectivo humano que persigue un fin concreto, en este caso la autodeterininación e independencia de los palestinos, es sobrevivir. Sobrevivir ante el acoso encarnizado y sanguinario de las fuerzas de la destrucción -las mismas que han acabado con la vida física de Sartaui- para después seguir adelante. Sobrevivir para después vivir. Para vivir una vida que mereciera la pena vivir. Una vida colectiva e individual dignas, no la miseria de los campos de refugiados de sus compatriotas, expulsados de Palestina por la intransigencia sionista.La paz, a ser posible

En 1974, Yasir Arafat se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unídas valiéndose de un doble símbolo: el fusil y la rama de olivo. La paz, a ser posible. La guerra, si aquélla, por la obcecación del enemigo, resultaba imposible. Desde entonces ha transcurrido casi una década. Isam Sartaui ha dedicado su vida -y ha ofrecido su muerte- a cultivar la rama de olivo.

Isam pertenecía a una generación de palestinos intelectuales y profesionales que ha logrado el reconocimiento y la admiración públicos por parte de un importante sector de la opinión occidental carente de prejuicios racistas. Intelectuales que, como Edward Said, profesor de literatura inglesa en la neoyorquina universidad de Columbia, o Walid Jalidi, profesor en la universidad Americana de Beirut, actualmente enseñando en Harvard, se han esforzado durante los últimos años en desbrozar un camino que conduzca a la coexistencia -si no placentera, al menos pacífica- de árabes y judíos. Todos ellos, en unión de multitud de palestinos anónimos, han luchado y luchan por un futuro digno para unos y otros.

Un camino difícil

Un camino muy difícil de recorrer. Obstaculizado por la violencia directa o por la agresividad institucional o ambiental en Occidente, en especial en Estados Unidos, hacia la causa de los palestinos. De la violencia directa es muestra palpable el asesinato de Isam. La agresividad ambiental queda bien reflejada en las líneas siguientes, escritas por Said en su libro Orientalismo: "La vida de un árabe palestino en Occidente, particularmente en Estados Unidos, es descorazonadora. Existe aquí un consenso casi unánime de que políticamente no existe. Y cuando se le permite que exista, se le tiene por una molestia o por un oriental. El ambiente de racismo, estereotipos culturales, imperialismo político, ideología deshumanizadora en torno a lo árabe y a lo musulmán es, en verdad, muy fuerte, y es algo que todo palestino ha llegado a sentir como una maldición del destino".

El terrorista que en Albufeira, Portugal, ha destrozado a balazos el cerebro de un hombre admirable ha evidenciado una vez más que la violencia es simple. Las alternativas a la violencia son complejas, e Isam Sartaui lo sabía mejor que nadie. Es preciso continuar buscando la alternativa.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Emilio Menéndez del Valle es experto del PSOE en temas internacionales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_