El valor de Camarena
Una vez más el presidente de esta plaza, comisario jefe Juan Benito con sus intransigencias -primero al desechar dos novillos de Miura porque excedían unos kilos, y por su ignorancia después, al dejar sin picar el miura lidiado en sexto lugar- se ha erigido en triste protagonista de la tarde. Sólo los arrestos de Antonio Camarena le impiden que le dediquemos mayor espacio.Antonio Camarena, alto, desgarbado, de toscas maneras -no todos tienen que ser príncipes del toreo- reencarna la figura del novillero con hambre de triunfo. A su primero, que le había despreciado cuando le citó a puerta gayola, lo provocó hasta que el miureño hizo por él, saliendo del trance indemne. Luego, con la muleta, le aguantó estoico hasta componer una faena vibrante y sincera. No la refrendó con la espada, algo que sí logró en el quinto, donde volvió a mostrar un valor seco, espartano, acrecentado cuando se levantaba de las dos cogidas que le vinieron al perderle la cara a su enemigo.
Plaza de Valencia
11 de abril.Festividad de San Vicente Ferrer. Cuatro novillos de Eduardo Miura, bien presentados, variando de condición durante la lidia, llegando a la muleta sin perdonar errores de colocación y dudas. Y primero y tercero, de Garcibravo, mansos. Andrés Blanco: Silencio y pitos. Antonio Camarena: Ovación y oreja. Morenito de Jaén: Ovación, petición y vuelta.
Morenito de Jaén, con el manso de Garcibravo, no pudo lucirse. Lo intentó todo. Recibió a sus dos toros en la puerta de chiqueros, y en ambos tuvo que aguantar las dudas de las arrancadas. Con las banderillas fue todo voluntad y arrojo. Con la muleta, poco le ayudé su primero, y el de Miura, por la decisión improcedente del presidente, le llegó "crudo" y todo fueron sobresaltos. Andrés Blanco, luchó con demasiadas cosas, aunque ninguna debe justificar su falta de ganas de situarse.