RTV Cardedeu, 'los amigos del lunes'
La emisora fue precintada en el año 1981, pero la experiencia siguió en condiciones semiclandestinas
Una pintura original de Antoni Tápies a modo de carta de ajuste y una sintonía del maestro Escuadreny han precedido a las emisiones nocturnas de RTV Cardedeu, los lunes por la noche, durante 63 semanas. La discreción de los promotores ha hecho posible que la experiencia televisiva de este pueblo del Vallés Oriental se convierta en la más veterana de España. El juego del equívoco y la permisividad que mantenían RTV Cardedeu y el Gobierno Civil acabó el pasado jueves con una nota oficial en la que se recuerda que "Ia televisión constituye un servicio público esencial, cuya titularidad corresponde al Estado"
Los 100 colaboradores de RTV Cardedeu eran conscientes del peligro que corrían cuando decidieron emitir, el pasado día 21, su habitual programa de los lunes, que, según reconocieron, alcanzaba el número 63. Un informativo local que en esta ocasión estaba dedicado en buena parte a cuestiones urbanísticas de la localidad. La grabación previa del programa, puesto en antena automáticamente alrededor de las 21.15 horas, y la implantación de la ley del silencio, como quien no quiere reconocer la emisión, fueron las únicas precauciones de lo que ellos mismos consideraban el día 0.RTV Cardedeu se fundó en el año 1980, con un capital social de tres millones de pesetas distribuidos en acciones de 5.000 pesetas, la mayoría de las cuales son propiedad de vecinos de la población. El ex alcalde de Barcelona Josep María Socías Humbert y el abogado Federico de Valenciano son también accionistas de una empresa de radio y televisión que pretende ser, según sus impulsores, "un ejemplo de la capacidad de los ciudadanos para autoorganizarse y dar un servicio público".
Las singulares relaciones de RTV Cardedeu con el Gobierno Civil se arrastran desde que se ordenó el precintado de la emisora en la verbena de san Juan del año 1981, horas antes de que Heribert Barrera, presidente del Parlamento de Cataluña, acudiera a inaugurar las instalaciones. En aquel momento, incluso se firmó un documento en el que los promotores se obligaban a no emitir con los aparatos precintados, lo que no impidió posteriores realizaciones, gracias a un aviso previo que les puso al corriente de las intenciones de la policía.
Una asamblea de accionistas decidía, pocos días después del cierre, seguir adelante con la experiencia televisiva. Desde aquel día, los equipos de RTV Cardedeu han elaborado vídeos para diversos pueblos de la comarca y han emitido, con mayor o menor regularidad, programas de información exclusivamente locales. "Nuestra política", afirman sus promotores, "ha sido siempre la de no excitar al poder". Y las autoridades, según parece, no se dieron por "excitadas", hasta ahora.
La televisión local, veterana
La vía del equívoco, elegida como estrategia de continuidad, ha permitido que la televisión de esta localidad del Vallés Oriental, de 7.000 habitantes, se convirtiera en la experiencia más antigua de España y hacia la que han vuelto los ojos los impulsores de iniciativas parecidas en el resto del país.Tras el cierre por orden gubernativa de TV Coria, la sensación de que se acercaba el final incrementó la tradicional discreción de las personas relacionadas con la experiencia, hasta el extremo de que nombraron aun único portavoz, autorizado a decir tan sólo "que no se puede decir nada", y para estar atento a cualquier indicación del Gobierno Civil para negociar el futuro de su televisión.
Tras una reunión en la que se constató "que había grandes intereses por encima de nuestras cabezas y de nuestra emisora", decidieron emitir el pasado lunes, haciendo caso omiso a las recomendaciones oficiosas que les sugerían prudencia hasta después de las elecciones municipales y se les insinuaba el eco publicitario de la experiencia como baremo de la reacción oficial. La respuesta del Gobierno Civil de Barcelona a la emisión del lunes consistió en la apertura de un expediente, comunicado al cabo de tres días, por contravenir la resolución de 22 de junio de 1981 mediante la cual se habían precintado, teóricamente según se demostró más tarde, los equipos técnicos de emisión.
"No somos una televisión privada, somos la televisión verité", afirma Jaume Rodri, director de RTV Cardedeu. Y por verité entiende el ser una televisión hecha por y para Cardedeu, sin ninguna vinculación con el Ayuntamiento ni otras instituciones. "Nos debemos sólo al pueblo", sentencia.
Las emisiones contenían solamente programas de interés local, indistintamente en catalán y castellano. Permanentemente cuatro equipos elaboraban los sucesivos programas. Políticos de todas las tendencias han participado en la redacción de guiones y han salido en pantalla en la frecuencia de esta televisión, que durante el último período ha demostrado su preferencia por emitir en las noches de los lunes.
No hay estudios de audiencia, pero los promotores están convencidos de que la práctica totalidad de aparatos de Cardedeu sintonizaba con su televisión, cuando la oficial programaba sesiones de teatro o películas de humor. Contrariamente a la costumbre detectada en otras iniciativas similares, en RTV Cardedeu no se exhibían películas de serie grabadas en videos piratas.
El éxito de su proyecto les hace pensar que "el Gobierno debería tener en cuenta nuestra experiencia cuando estudie la viabilidad de las televisiones locales". Lo que ellos llaman televisión verité encaja en lo que se engloba en fuentes oficiales bajo la denominación de "emisoras comunitarias", susceptibles de ser autorizadas en un futuro no muy lejano. RTV Cardedeu era considerada como el prototipo de estas emisoras.
La decisión del Gobierno Civil de abrir expediente a RTV Cardedeu ha estado precedida de una negativa a los organizadores del Mercat del Ram de Vic de proyectar, en circuito cerrado, una filmación de vídeo sobre la actividad comercial de la feria. La actitud del Gobierno Civil parece ser que responde a las estrictas directrices recibidas del Gobierno de Madrid.
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