Encuentro de poesía luso-española
Con la lectura de la noticia aparecida en EL PAIS en relación con el denominado Encuentro de Poesía Luso-Española, luego alterado por el de Encuentro de Poesía Peninsular, he de confesar que he sentido materializarse una sensación de vértigo irreprimible que ya venía acosándome desde hace algún tiempo, y no, he podido dejar de hacerme angustiado la siguiente pregunta: ¿qué somos, señor, qué somos?Los poetas catalanes amenazan con abandonar el encuentro si se le sigue llamando luso-español; los poetas gallegos no consienten lo de ibérico, porque afirman que ellos sólo son celtas, ¡había que ver a la representación gallega en el Festival Celta de la ciudad de Lorient (Bretaña) marchando tras sus fornidos, sonrosados y rubios "hermanos de raza" galeses o escoceses, en el desfile de las delegaciones!
Les aseguro, señores poetas, que fui antifranquista, no creo ser racista ni fascista; entre mis antepasados figura un bisabuelo de Segorbe, un abuelo sevillano, otro granadino, y hasta es posible que alguno asturiano o montañés, y estoy dispuesto a sentirme un poquito gallego y un poco catalán. Ustedes no pueden ser peninsulares a secas, porque penínsulas hay muchas en el Globo: Alaska, Kamtchatka, Escandinaviá, Labrador, Grecia, Italia..., así que tienen que decidirse por Ibérica, Celtibérica o Hispánica, que, al fin y al cabo, es como llamaban ya a esta parte innominada (por ustedes) de Europa muchos siglos antes de que hubiera vates autonómicos con complejo exclusivo catalanista y galleguista o céltico. /