El rey Hassan II y el primer ministro marroquí visitarán próximamente España
En un clima de gran expectación, ante más de 160 periodistas, Felipe González mantuvo anoche una conferencia de prensa antes de acudir al aeropuerto de Rabat para tomar el avión de regreso a Madrid. El presidente del Gobierno no entró en los detalles concretos de su conversación con el rey Hassan Ii, pero afirmó que el clima de desconfianza previo a la visita había dado paso a otro de una mayor voluntad política de cooperación capaz de hacer abstracción de los asuntos en que difieren los intereses de España y Marruecos. El rey Hassan II y el primer ministro marroquí, Maati Buabid, visitarán próximamente España en ese nuevo clima político.
En una de sus respuestas agradeció que sus interlocutores marroquíes no le hubieran planteado la cuestión de Ceuta y Melilla y añadió que ambas partes respetan mutuamente las posiciones discrepantes en esta materia y que ello no deber ser obstáculo para la buenas relaciones que se desean.Felipe González dio a conocer un antiguo propósito suyo de visitar Marruecos hace más de un año, cuando era todavía líder de la oposición. Circunstancias políticas aconsejaron su aplazamiento al mes de septiembre y entonces la convocatoria de elecciones hizo imposible su realización. Aportó ese dato como muestra de qué su deseo de mantener las mejores relaciones con Marruecos es anterior a su llegada a las máximas responsabilidades de gobierno.
En torno a la situación de Oriente Próximo, explicó que la Internacional Socialista mantiene posiciones muy similares a las propuestas formuladas en la cumbre de Fez. Aclaró también que España es el país occidental que más ha defendido el reconocimiento de la OLP, y que esta organización tiene abierta una oficina en Madrid y mantiene frecuentes contacto con las autoridades españolas.
El Mediterráneo, zona de concentración armamentista
Se refirió a la situación del Mediterráneo y destacó que es la zona de mayor concentración de armas por metro cuadrado y por metro cúbico, y puntualizó que el viejo Mare Nostrum de los ribereños había pasado a ser un mar ajeno. Se pronunció en favor de disminuir la tensión en el área mediante la acción concertada de los países de la cuenca.Respecto á la guerra Irán-Irak, refirió su visita a ambos países pocos meses antes de que se desencadenara el conflicto y expresó su deseo de sumar un factor de paz sin asumir un protagonismo que para España no es posible.
En cuanto al Sáhara, manifestó su opinión de que las resoluciones de la ONU y la OUA ofrecen un camino satisfactorio con perspectivas de garantizar los intereses de todas las partes. España, dijo, no quiere injerirse, pero tampoco inhibirse, y se declara disponible a prestar la contribución que se le pueda solicitar. En respuesta a una pregunta sobre la conferencia del Mediterráneo que propuso en Rabat el presidente Mitterrand, reiteró que ese foro no es el marco para analizar el ingreso de España en la Comunidad Europea, sino el marco para potenciar la cooperación entre los países ribereños. Aclaró también ante los medios informativos marroquíes que el próximo ingreso de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea no perjudicará a Marruecos, porque potenciará la dimensión sur de la Comunidad y favorecerá el diálogo con los países de la otra orilla.
Preguntado si recibiría al líder de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), que tiene la categoría de observador en la Internacional Socialista, respondió que conoce desde hace años a su líder, que le había saludado en la recepción ofrecida el lunes por el primer ministro y que volverá a encontrarlo el próximo 9 de abril.
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