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Los disturbios de Assam ponen en peligro la democracia india

Las elecciones locales, forzadas por la primera ministra Indira Gandhi, han, acentuado el secesionismo y la xenofobia contra los inmigrantes

"La India es una alnarquía que funciona", dijo en una ocasión John Kenneth Galbraith. A los 36 años de su independencia, los sangrientos disturbios que vienen registráñdose en el Estado de Assam y los brotes secesionistas que surgen, en otras zonas del subcontinente, desde el Punjab a Nagaland, amenazan la unidad de la mayor democracia del mundo" y la continuidad en el poder de la primera ministra, Indira Gandhi, cuya dinasda familiar ha regido el país casi ininterrumpidamente desde 1947. Un enviado especial de EL PAIS informa, sobre el grave conflicto de Assam.

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Assam: un Estado rico y remoto

No queremos que nos gobiernen los extranjeros", afirmaba hace unos días un estudiante de Assam mientras repartía folletos informativos en una conferencia de prensa semiclandestina, celebrada en Nueva Delhi coincidiendo con la séptima cumbre del Movimiento de Países No Alineados. Y añadía: "Assam puede ser la tumba de la democracia india".Más de 3.500 personas murie ron en los enfrentamientos ocurridos en este estado del noreste de la India durante el pasado mes de febrero. La mayor masacre desde los sangrientos combates entre hindúes y musulmanes a raíz de la partición británica de 1947. Y las matanzas siguen cada día, a pesar del estado de sitio, de los toques de queda y de los 150.000 hombres, del ejército y la policía, enviados por el Gobierno federal para controlár la situación.

La Prensa extranjera tiene prohibida la entrada en Assam desde mucho antes de que se produjeran los disturbios, porque esta región, cercana a Bangladesh, Birmania y China se considera "zona estratégica". Ello no ha impedido, que las dramáticas fotografías del holocausto de Assam dieran la vuelta al mundo. Al igual que el secuestro de las revistas India today y Sunday, ordenado por las autoridades durante la cumbre para evitar la "mala imagen" que podrían dar del país a los centenares de delegados y, periodistas concentrados en Nueva Delhi, no ha impedido que se conocieran las circunstancias de la tragedia.

La inmigración de millones de personas desde el vecino Pakistán Oriental,- hoy Bangladesh, a las fértiles üerras del valle del Brahmaputra está en el origen del confli¿to. Desde hace más de cincuenta años los campesinos de Assani repiten un proverbio: "Dbnde hay un cadáver se concentran los buitres; donde hay tierras acuden los bengalíes".

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Xenofobia y chauvinismo

Un movimiento nacionalista, cárgado de xenofobia y chauvinismo, se desarrolló a partir de 1979 y entre sus reivindicaciones básicas está la deportación de entre cuatro y cinco millones de inmigrantes ilegales y la eliminación de los extranjeros del censo electoral. Este movimiento, originado en la clase media, pero apoyado por los campesinos assameses, está liderado por una organización estudiantil, la All Assam Student Union (AASU), que ha organizado las protestas, en un principio pacíficas, contra la política del Gobierno de Nueva Delhi.

"Nosotros nos limitamos a defender la Constitución", asegura un miembro de la AASU. "Si sigue la inmigración masiva, si los extranjeros continúan votando, la población autóctona de Assani se convertirá muy pronto en una minoría en su propia tierra. Sabemos que es un broblema humano muy serio, pero el Gobierno debe de portar a los extranjeros a su país de origert o bien repartirlos por otros estados de la India. Y si no lo hace es por fines electoralistas porque cuenta con sus votos. Pero no habrá paz en Assam hasta que se resuelva este asunto. Nuestro eslágan es muy claro: Salvar a Assam hoy es salvar a la India mañana".

Aunque la raíz del problema se rentonta a décadas atrás, prácticamente a la partición entre India y Pakistán decidida por los ingleses el detonador del conflicto actual fueron las elecciones regionales que se celebraron el pasado mes de febrero. Los nacionalistas anunciaron su intención de boicotear los Comicios, pero Indira Gandhi y su Partido del Congreso (I), tras las derrotas electorales sufridas en los estados de Andhra Pradesh y Kamataka, necesitaban una victoria y calcularon mal las consecuencias que podría traer la elección, en esas circunstancias de la Asamblea Legislativa local de los representantes en, el Parlamento federal.

Fue una victoria pírrica. El Partido del Congreso (I) obtuvo 96 de los 126 escaños. Pero la participación electoral fue de sólo el 10%, incluidos los centenares de miles de inmigrantes que votaron a favor de la señora Gandhi. Hubo un distrito en el que sólo votaron 340 personas de 70.000 censadas, y en dieciocho circunscripciones no pudieron realizarse los comicios la causa de la violencia. Ni las detericiones de líderes estudiantiles, ni los 130 muertos por los disparos de la policía en diversos incidentes, ni el arresto de casi 20,000 porsonas, bajo leyes de excepción como la Special Powers Act, y la National Securíty Act, pudieron Acallar la protesta ni impedir la masacre.

Los primeros enfrentamientos entre campesinos assameses e inmigrantes bengalíes, musulmanes éstos en su mayoría, comenzaron el pasado dos de febrero. Al grito de ¡Jai ai Ahom! (¡Viva la madre Assam!), grupos armados de campesinos, organizados y dirigidos por estudiantes radicales, efectuaron matanzas de extranjeros y quemaron sus aldeas.

Los inmigrantes se organizaron y atacaron a su vez a los assameses. La espiral de la violencia se disparó Y tuvieron lugar las matanzas de Gohpur, el catorce de febrero, donde más de 500 personas fueron asesinadas y la de Nellie, el día dieciocho, con un balance de más de mil muertos. "El 80% de las víctimas fueron mujeres y niños. Simplemente, porque los hombres corrían más y muchos de ellos pudieron huir", comenta en Nueva Delhi un periodista indio recién regresado de Assam.

La situación se complicó aún más al participar en los choques varias de las tribus nativas, unas a favor de las elecciones y otras- en contra. Utilizando lanzas y arcos y flechas, los Boro Kacharis atacaron en la zona de Gohpur a campesinos assameses que apoyaban el boicoteo electoral, mientras que en Nellie fue la tribu Lalung la que, opuesta a los comicíós, se enfrentó con inmigrantes bengalíes que iban a votar por el Partido del Congreso (I).

"La sociedad de Assam está totalmente polarizada, pero esto no es una guerra religiosa entre hindúes y musulmanes, allí muchas veces los bandos se forman simplemente por la manera en que uno llama a su madre, si dice ai en assamés, o si dice ma, en bengalí", añade el periodista. Con frecuencia, para defenderse delos intentos de expulsión, los inmigrantes de Bangladesh o de Nepal se declaran assames-hablantes y se incluyen en el censo electoral con la complacencia de las autoridades, que ven en ellos un importante banco de votos. En su casa de Nueva Delhi, Dinesh Goswami, de 48 años, diputado independiente por Assam, se muestra muy preocupado por la situación y echa la culpa de lo sucedido a la decisión del Gobierno de celebrar las elecciones a cualquier precio. "En vez de estas elecciones, que eran imposibles, el Gobierno debía haberse preocupado del desarrollo económico de Assam, donde se produce el 60%, de la madera india y el 80% del té", afirma.

Geswami no cree que existan en su estado grupos armados y organizados permanentemente, como ocurre por ejemplo con los secesionistas de la vecina Nagaland. "Pero es fácil conseguir armas en Assam, con las fronteras tan pormeables y la cercanía de Birmania: y Chine. La solución es todavía posible, sin embargo, en opinión del diputado independiente. «Hay áreas de acuerdo entre los líderes, estudiantiles y el Gobierno. De hecho, la señora Gandhi está de acuerdo en deportar a todos los inmigrantes que Regaron después de 1971 (fecha de la guerra India-Pakistán y del nacimiento de Bangladesh), mientras que los nacionalistas quieren que se expulse a los que inmigraron después de 1961. Esa diferencia podría acortarse, mediante negociaciones", dice Dinesh Goswami.

Elecciones a punta de fusil

Hay una mayoría de opiniones pesimistas sobre el desenlace del conflicto. Y una coincidencia en acusar al Gobierno de la señora Gandhi de desencadenar la masacre. El profesor Deba Prasad Burna, de la *Universidad de Gauhati, capital de Assam, declaró en una rueda de prensa que "la reciente tragedia ha sido el resultado directo de los insensatos intentos de las autoridades para forzar la celebración de elecciones a punta de fusil y con un despliegue masivo de fuerzas de seguridad".

Indira Gandhi, que acudió a visitar el valle del Brahmaputra tras las matanzas, se defiende diciendo que la violencia es atribuible únicamente a los grupos extremistas que actúan en Assam. desde antes de 1980, fecha de w retorno al poder. El Gobierno indio insiste en que las elecciones locales eran nocesarias, porque Assam estaba siendo administrado desde Nueva

Delhi gracias al President's Rule, ley que permite al ejecutivo federal gobernar los estados tras la dimisión de sus autoridades, y que en caso contrario hubiera sido necesario enmendar la Constitución india."Eso es una superchería", afirma un estudiante de la AASU. "El Gobierno federal podría haber prolongado por un año más el President's Rule y atrasar las elecciones, pero no lo hizo porque quería una victoria fácil. Además, la propia señora Gandhi avivó las tensiones cuando, el doce de febrero, pronunció un discurso electoral en Maligaon y comenzó hablando en bengalí, vejando así el sentimiento nacional de los assameses"

La solución de lo que alguien ha calificado de problema palestino en la India, no parece fácil. Con la mayoría de los departamentos de Assam bajo el control del ejército, la nueva Asamblea Legislativa se reunió por primera vez el pasado lunes. Los nacionalistas convocaron una huelga general, que fue un éxito, y las principales poblaciones del estado quedaron paralizadas. Varias bombas hicieron explosión en la capital, Gauhati, y un movimiento secesionista, que quiere crear una nación independiente, separada de la Unión India, ha hecho su aparición en los últimos meses.

Es un fenómeno nuevo este del separatismo, que nunca se había dado entre los assameses, a diferencia de sus vecinos nagas o mizos, que siempre han tenido sentimientos secesionistas. "El separatismo en Assam es el hijo ilegítimo de una política represiva", escribe el intelectual de izquierdas Hiren Goliain.

Y el ex presidente de la India, Sanjiva Reddy, hizo el pasado miércoles unas duras declaraciones en las que aseguraba que el país está amenazado por la desintegración, a la vez que acusaba al Gobierno de Indira Gandhi de ser responsable de la situación en el Punjab y en Assam, a causa de su política centralista. Reddy, que dejó la Presidencia de la Unión India el pasado mes de julio, dijo que "los estados deben funcionar de manera autónoma y no como municipios".

Del futuro de Assam, un estado rico en té, madera, arroz, yute y petróleo, poblado por unos dieciocho millones de habitantes, entre los que hay siete millones de assamés-hablantes y al menos cuatro de bengalí-hablantes, con dieciseis tribus nativas y casi dos millones de musulmanes, depende en gran medida el futuro de la India. La señora Gandhi, que ahora preside también el Movimiento de los Países No alineados, tendrá que emplear toda su demostrada habilidad política para resolver crisis que, como la de Assam, ponen en peligro la integridad de un país de cultura milenaria poblado por casi 700 millones de personas y donde hasta ahora han coexistido relativamente sin problemas razas, religiones y lenguas diferentes.

Lo complejo de la situación hace temer a muchos demócratas indios que la primera ministra vuelva a dar muestras de su viejo autoritarismo y recurra de nuevo a implantar la Emergencia, como hizo entre junio de 1975 y marzo de 1977, y que comience la represión indiscriminada, el encarcelamiento de políticos de oposición y la censura de los medios informativos.

Esto sería volver a aquella India que, cínicamente, describía un indio educado en Occidente en un libro de Ved Mehta: "La única respuesta posible a las condiciones de este país es ir con un Martini en una mano y una granada en la otra".

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