Encender aquí y apagar allá
A pesar de su nombre, un tanto técnico, las instalaciones conmutadas son circuitos eléctricos sencillos
Su empleo permite controlar independientemente una misma -o varias- luz con dos mandos, que en este caso son conmutadores. Su empleo más corriente es en pasillos, donde hace falta encender la luz al entrar por un extremo y apagarla al salir por el otro. También se usan en dormitorios, para poder encender la luz indistintamente desde la puerta o la cabecera. En algunas viviendas con instalaciones de este tipo suele ocurrir que uno de los dos conmutadores se estropea: un día salta un chispazo y entonces deja de funcionar correctamente. Sabiendo cómo es la instalación, podrá arreglar su avería o realizar el montaje cuando lo precise. El circuito (ilustración 1) consta de dos conmutadores y un cable doble entre ambos; un cable simple va de uno de ellos a la bombilla, y de ella a un punto con corriente. Del otro va también un cable sencillo a la toma. La corriente se puede sacar de una caja de conexiones (que es lo más correcto). o sencillamente de un enchufe. Los conmutadores son externamente semejantes a los interruptores. Sin embargo, mientras que el interruptor establece o deshace un contacto, el conmutador hace pasar la corriente, a través de un contacto u otro, de dos posibles (ver ilustración 2). Por tanto, un interruptor tiene dos bornes de conexión, mientras que un conmutador tiene tres. Normalmente es fácil distinguir -en el conmutador- dos bornes próximos, digamos emparejados, y un tercero independiente.
En los dos bornes juntos es donde se conecta el cable doble, que va de un conmutador a otro, y en el independiente el cable que va a la bombilla o a corriente (figura 3). Necesitará dos conmutadores, tres veces la longitud del pasillo de cable (o cable de tres hilos) más el cable suficiente para llegar al punto de donde toma la corriente, bombillas o tubos de neón, clemas (elementos de conexión), grapas para el cable (suponiendo que vaya a hacer la instalación exterior y no empotrada), tacos y tornillos. Como herramientas: destornillador de electricista (fino), pelacables, martillo, destornillador normal.
Instalación
Elija en primer lugar el punto de donde tomará la corriente y el lugar de colocación de los conmutadores, calculando la longitud de cable necesaria. Prepare los puntos de fijación de los mecanismos y luces, metiendo tacos en la pared donde sea necesario. Conecte a los bornes de los conmutadores los cables que van de uno a otro (pueden cruzarse sin que se altere el funcionamiento de la instalación). Luego conecte los cables que van a los puntos de luz. Los bornes de los mecanismos pueden ser (figura 4) tornillos, en los que hay que enrollar el cable y apretar luego. En este caso, tendrá que pelar unos dos centímetros de cable y retorcerlo bien para que no queden hilos sueltos.
También los hay con bornes tipo prisionero: un agujerito por donde se mete el cable y un tornillo que lo atrapa. En este caso basta con pelar el cable unos cinco milímetros solamente y apretarlo bien. Sujete los cables a la pared con las grapas.
Las mejores son las que tienen un solo clavo y un puente de plástico que sujeta el cable (figura 5), pues no rompen la pared y son más fáciles de poner que las que tienen forma de puente con un trocito de cartón como aislante. Además, el clavo suele ser de acero y no se dobla en paredes duras. Deje preparados los extremos de los cables que van al lugar de donde toma la corriente. Desconecte la corriente. Conecte los cables del circuito conmutado con los de corriente. Emplee, en las conexiones, clemas (figura 6).
Son unas piezas de plástico que tienen dos tornillos y dos agujeros. Se emplean metiendo un cable pelado por cada agujero y apretando los tornillos. Se venden en tiras de diez o doce, y las hay de diferentes tamaños para todos los cables. Y ahora, la última operación y, también la más sencilla: vuelva a conectar la corriente y compruebe el funcionamiento del circuito.
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