Violencia ciudadana en Granada tras la suspensión de un juicio
Más de dos centenares de habitantes de la localidad andaluza de Escúzar protagonizaron el lunes diversos incidentes y alteraciones de orden público en la puerta de la Audiencia Territorial de Granada, después de que el tribunal decidiera suspender el juicio por el homicidio de un convecino, ocurrido en el mes de agosto del pasado año. La vista de la causa fue aplazada tras la afirmación, por parte del médico forense, de que el agresor padece trastornos mentales y, por tanto, su actuación el día de autos no fue normal.La vista del juicio en la audiencia granadina, a la que habían acudido numerosos vecinos de Escúzar, con su alcalde a la cabeza, se estaba celebrando el lunes con toda normalidad hasta que el tribunal, tras la intervención del forense, decidió aplazarla para dar lugar a que se presente un dictamen médico elaborado por los especialistas que han atendido a Agustín Núñez y que determine con exactitud la psicopatología del agresor.
Ante la suspensión de la vista, los vecinos de Escúzar que se habían desplazado a Granada se congregaron en torno a la audiencia, increpando al homicida con gritos de ¡Justicia al asesino! ¡Justicia al asesino! y protagonizando diversos incidentes con la Policía Nacional, que había reforzado el palacio judicial con grandes efectivos ante el cariz que tomaban los acontecimientos. Al parecer, uno de los policías protagonizó una extraña escena con un grupo de los espontáneos manifestantes, a quienes podría haber llegado a amenazar con la metralleta montada y sin seguro, según distintos testimonios.
Tras la salida del enjuiciado en el interior de un furgón celular, que tuvo que introducirse en el edificio y salir luego protegido por una fuerte escolta policial, los indignados manifestantes se dirigieron a pie al Gobierno Civil, donde cuatro de ellos fueron recibidos por su titular, Jose Guirao, quien excusó pronunciarse sobre el tema, por ser de exclusiva competencia judicial, y prometió investigar el caso del policía que les había encañonado con su arma.
"Iremos a Madrid si hace falta para conseguir que nos hagan justicia", declararon algunos de los vecinos. "Se trata de un caso de crimen premeditado que para nosotros está muy claro, pues conocemos a Agustín Núñez desde toda la vida, y de loco no tiene un pelo". En sus alegaciones previas, el abogado defensor alegó como posibles eximentes la manía persecutoria que afecta a su defendido y el consecuente desequilibrio de sus facultades mentales. Por su parte, el ministerio fiscal ha calificado los hechos como asesinato y solicita veintiséis años de prisión para el encartado.
Regresaba a casa
Los hechos que motivaron la causa sucedieron el día 4 de agosto de 1982, cuando Manuel Palma regresaba en su motocicleta a Escúzar desde la vecina localidad de Ventas de Huelma, adonde se había trasladado para cobrar una pensión que recibía mensualmente en una oficina de la caja de ahorros.
Cerca del pueblo, junto a una desviación que lleva al anejo de Inca, le esperaba Agustín Núñez, de 62 años de edad, que le hizo señales para que se detuviera. Cuando lo hizo, Palma fue inopinadamente atacado por su convecino, quien, sin mediar palabra ni darle tiempo siquiera a bajarse del vehículo, le asestó varias puñaladas en el estómago con un enorme cuchillo de más de veinte centímetros de hoja. Después, el agresor siguió apuñalando a la víctima ante la mirada de varios testigos que acudieron a los gritos de socorro de éste, quien quedó, finalmente, muerto sobre un charco de sangre, mientras Núñez se dirigía a su casa con el cuchillo en la mano.
Posteriormente, Agustín Núñez fue detenido por la Guardia Civil de la localidad de Las Gabias, ante cuyo comandante de puesto confesó haber realizado el crimen "por rencillas políticas".
La víctima, en efecto, era un conocido simpatizante del PSOE, si bien no militaba activamente en este partido, mientras que el agresor era calificado por los vecinos como "una persona solitaria y huraña".
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