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El ministro mexicano de Asuntos Exteriores se entrevistó con Felipe González y Fernando Morán

El ministro mexicano de Asuntos Exteriores, Bernardo Sepúlveda, que se encuentra en Madrid en visita oficial, fue recibido ayer por el presidente del Gobierno, Felipe González, que se interesó principalmente por la situación en Centroamérica y ofreció su ayuda para la búsqueda de una paz permanente en el área, con el resto de las repúblicas de la región. El canciller mexicano invitó al jefe del Ejecutivo español a visitar su país. Entre los Gobiernos de ambos países no existen tensiones políticas y los problemas se limitan a los derivados de la delicada situación financiera de México.Sepúlveda, que procede de la Conferencia de los no alineados, en la India, se entrevistó con su colega Fernando Morán, quien le impuso la condecoración de la gran cruz de Isabel la Católica, en el curso de un almuerzo en el Palacio de Viana. El Gobierno socialista ha indicado en varias ocasiones su deseo de contribuir a una política de paz en Centroamérica, no con iniciativas propias, sino cooperando con las que surjan entre los países interesados.

Fricciones económicas

Los recientes cambios de Gobierno en México y Madrid no han alterado el tono cordial de las relaciones bilaterales, que en el ámbito político no presentan ningún contencioso, aunque en el económico existan fricciones, derivadas fundamentalmente de las dificultades financieras mexicanas, informa nuestro corresponsal en México, Jesús Ceberio.Debido a la falta objetiva de divisas, las exportaciones españolas han sufrido un parón. España vendió a México en el primer semestre de 1982 productos por un valor de 280 millones de dólares, mientras que en el segundo las ventas no llegaron a los cien millones de dólares. Las importaciones superaron los 800 millones de dólares, en parte debido a ser México el segundo suministrador de petróleo a España, con una cifra el año anterior, de 7,8 millones de toneladas de crudos.

Las relaciones mutuas tienen en este momento su principal escollo en la identificación de la deuda comercial contraída por México con España y en el establecimiento de un calendario de pagos. El asunto estuvo a punto de estallar a finales de enero, ya que la secretaría de Comercio se limitaba a reconocer exclusivamente la deuda que declaraban los empresarios mexicanos, de forma que el listado oficial incluyó menos de cien millones de dólares, cuando las exportaciones aseguradas en España, y por tanto suficientemente documentadas, ascienden a unos 450 millones de dólares.

La posición se ha flexibilizado y es posible que en las próximas semanas, una vez aceptada la documentación española, México empiece a efectuar pagos mientras se sigue negociando el acuerdo global para liquidar la deuda.

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