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Los 'incidentes' de TVE ponen en entredicho la credibilidad del Gobierno

El escándalo originado por la suspensión del programa La Clave, dedicado a los ayuntamientos de izquierda, es considerado por todos los dirigentes socialistas y portavoces gubernamentales como el acontecimiento que más puso en entredicho la credibilidad del gabinete de Felipe González. Así lo reconoce también el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos, si bien añade que eso fue debido, en parte, "al tratamiento que los medios informativos dieron al tema", a que para él José María Calviño, director general de RTVE, "es un hombre de grandes cualidades" en cualquier caso, "la incidencia popular de aquel episodio ha sido mínima, a juzgar por todas las encuestas que conozco".A pesar de esta "mínima incidencia", que llevó a Sotillos a halar de "coincidencias sospechosas" en las críticas que mereció a medios informativos aquel suceso televisivo, Felipe González compareció en las pantallas de televisión antes de lo previsto, Io que fue interpretado como un intento del presidente del Gobierno de apagar el fuego ante el malestar originado por las contradicciones de Calviño y su director de Informativos y responsable de La Clave, José Luis Balbín.

El desgaste de imagen que ha supuesto para el Gobierno socialista la actuación del duo Calviño - Balbín ha traído consigo numerosas dificultades para completar el organigrama directivo: un buen número de profesionales de dentro y fuera de RTVE rechazó los cargos que Balbín les ofreció. Un último acontecimiento, revelador de que también dentro del PSOE hay quien sigue teniendo una idea patrimonial de la televisión pública, no acorde con la pretendida independencia del Ente, fue el telegrama que remitió a Calviño el delegado gubernamental en el País Vasco, Ramón Jaúregui, quien le daba cuenta de la "propuesta definitiva" sobre el nombramiento del director de TVE en Euskadi, propuesta que efectuó Jaúregui "tras haber consultado con los responsables políticos del partido en el País Vasco"

El tratamiento dado a los periódicos de Medios de Comunicación Social del Estado, dependientes del Ministerio de Cultura y no de la Moncloa, parece haberse regido por criterios más respetuosos con la profesionalidad. Los cambios comenzaron por la sustitución de Sanz Cagigas, todo un símbolo de la prensa franquista, como director -del periódico de Málaga. El Gobierno ha prometido que privatizará esos periódicos.

Por lo que se refiere al ejecutivo, Sotillos afirma que el primer síntoma del cambio ha sido la separación entre las tareas de portavoz y las subvenciones económicas a los medios y minimiza la tensión entre el Gobierno -y éstos alegando que .es normal entre Prensa y poder" y que las empresas periodísticas .son, casi en su totalidad, muy de derechas".

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