El GATT considera que la crisis económica mundial dejará de ser una pesadilla en muy poco tiempo
La secretaría del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) acaba de hacer público su informe anual sobre el comercio internacional en 1982-1983. Una rápida lectura del documento permite suponer que muy pronto la crisis económica dejará de ser una pesadilla. «Varios indicadores", afirma el estudio, "hacen pensar en la posibilidad de que se produzca un cambio de tendencia espontáneo, ahora que la inflación ha disminuido con mucha más rapidez de lo que se preveía y que los tipos de interés han bajado también".
Otra novedad alentadora, especialmente para el empleo -señalan los economistas del GATT- es la mejora de la relación entre los salarios reales y los tipos reales de interés. "No obstante", advierten, "el potencial creado por esas condiciones favorables (mayores posibilidades de inversión para las empresas y, por consiguiente, creación de puestos de trabajo) sólo se materializarán en un entorno adecuado de política económíca".El problema mayor continúa siendo el progresivo endeudamiento de los países en desarrollo. "Lo más inquietante del caso", escribe el GATT, "es que todos los afectados parecen interesarse casi exclusivamente en los aspectos a corto plazo del problema y en la obtención de créditos de urgencia. Los deudores ven crecer su endeudamiento (por la capitalización de los intereses devengados), pero las entradas de nuevos recursos son escasas, mientras que a los acreedores se les pide que proporcionen nuevos fondos a los países que ya están retrasados en el servicio de las deudas pendientes".
El GATT no aporta soluciones, añadiendo, sin embargo, que "una recuperación sostenida de los principales países desarrollados es condición importante para que se resuelva favorablemente el problema financiero internacional". Después de hacer hincapié en la conveniencia de introducir nuevas modificaciones en las políticas, tanto de los países acreedores como de los deudores, el GATT se pronuncia a favor de la concertación. "Las economías de mercado e incluso las mixtas han de basarse en los precios para garantizar un uso eficiente de los recursos mediante una adaptación continua y ordenada de las nuevas condiciones, incluidas las de carácter macroeconómico. Esta consideración es válida tanto para asegurar una recuperación sostenida como para el problema planteado en el sistema financiero".
En cuanto a los precios de los servicios del sector público, el estudio constata que no se fijan por la interacción espontánea de la oferta y la demanda. Además, insisten los economistas del GATT, "la mayor parte de la producción agropecuaria se vende a precios fijados anteriormente por vía política. La industria de los textiles y las prendas de vestir, que hace frente a una vigorosa competencia interna, está eficazmente protegida contra la competencia externa de productos de bajo costo en la mayona de los países, mientras que el acero está sujeto también a amplias regulaciones en el comercio internacional. En los países industrializados la construcción naval sigue existiendo gracias sólo a las subvenciones. El suministro de energía, cuyos precios se fijan con criterios no competitivos, ha constituido una importante fuente de inestabilidad".
Sacar a la economía mundial de la recesión puede producir un resurgimiento de la inflación. "Los problemas creados cuando se perturba la función incentivadora del mecanismo de los precios" sostiene el informe, "van más allá de la simple macroeconornía del pleno empleo y la estabilidad del nivel de precios. Sólo se pueden mantener incentivos adecuados para la inversión cuando los precios relativos son flexibles y están libres de distorsiones inflacionistas".
Al referirse al proteccionismo, tan extendido hoy día en el mundo, el informe del GATT dice: "Cuando se limitan las importaciones puede persistir la ilusión de que el Gobierno ayuda a la industria nacional, porque la protección redistribuye ingresos de los consumidores hacia los productores nacionales.
Sin embargo, muchas son las maneras en que la protección tiende a difundirse de una industria a otra; la más importante es la creación de precedentes que da a otras industrias la posibilidad de reclamar un trato igual. Una vez que las restricciones a la importación se han hecho extensivas a bienes de producción tales como el acero y las máquinas herramientas, puede decirse que el proteccionismo Industrial ha adquirido un carácter suicida indiscutible".
El informe sobre el comercio intemacional también aboga en favor de una reforma de las políticas fiscales.
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