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Los manifestantes de Sagunto rodearon la Generalitat impidiendo la salida a los parlamentarios durante varias horas

Varios miles de trabajadores de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) y miembros de sus familias -entre 5.000 y 6.000 personas según la Policía Municipal de Valencia y unos 15.000 según los organizadores- rodearon el Palau de la Generalitat en Valencia e impidieron la salida a los miembros de las Cortes Valencianas hasta pasadas las once de la noche de ayer.

Al término del debate que el parlamento autónomo provisional celebró durante casi todo el día de ayer, el presidente de la Generalitat, Joan Lerma, del PSOE, aseguró que "los trabajadores de Sagunto pueden confiar en que un Gobierno, el Gobierno valenciano, ha defendido, defiende y defenderá sus puestos de trabajo". El presidente aseguró también que esta defensa se hará sobre la base de los acuerdos siderúrgicos de 1981 que preveían el mantenimiento de AHM como siderúrgica integral, la construcción de un tren de bandas en caliente y la instalación de dos acerías en España.Después de las 23.15 comenzaron a salir parlamentarios, una vez que el grueso de la manifestación se había disuelto. No obstante, muchos salieron entre insultos, especialmente dirigidos contra el presidente de la Generalitat, Joan Lerma. Los parlamentarios del Partido Comunista fueron los únicos que recibieron aplausos de un pequeño grupo de personas que permanecía congregado en la puerta del edificio en torno a las 23.30.

La sesión del parlamento autónomo concluyó sobre las 21 horas y la multitud que permanecía congregada, procedente de Sagunto, desde las 12.30 en torno al Palau de la Generalitat, impedía la salida. Sobre las 21.30 tres periodistas -el jefe de informativos de Radio Nacional en Valencia, un redactor de TVE y el delagado de EL PAIS en la capital valenciana- consiguieron salir exhibiendo ostensiblemente sus acreditaciones y acompañados de miembros del comité de empresa de AHM.

Durante la sesión el diputado del Grupo Mixto Joaquín Muñoz Peirats insistió en varias ocasiones, durante el debate, en que hubiese sido necesario un procedimiento que permitiese una resolución de las Cortes Valencianas, en lugar del que eligió el Gobierno autónomo, que no dejaba lugar a tal posibilidad e impedía que se votase ningún texto.

Durante las intervenciones que se registraron, abundaron las acusaciones a Lerma de actuar más como delegado del Gobierno que como presidente autonómico. Este señaló que se trata de dar soluciones realistas y sobre todo de garantizar que se mantendrán los puestos de trabajo en la comarca del Camp de Morvedre, a la que pertenece Sagunto, aunque no necesariamente en el sector siderúrgico.

Falta de información

Lerma esgrimió la reciente actuación de la Generalitat para evitar que se cerrase un horno alto en Sagunto por orden de la presidencia de la empresa, insistió en que el organismo que preside no tiene competencias sobre este tema y dijo que aún el Gobierno español no ha tomado ninguna decisión definitiva, ya que le corresponde hacerlo en el seno de la comisión de coordinación del plan sobre. la siderurgia integral.

El representante de UCI), Vicente Simó, aseguró que el Gobierno de la Generalitat no estaba llevando a cabo una política valenciana y que la interpretación que dio el conseller socialista de Industria y Comercio, Segundo Bru, era tendenciosa, pues resaltaba los aspectos negativos para Sagunto.

Por su parte, José Galán, portavoz del Grupo Comunista dijo que se estaba retrasando la reparación del horno alto número uno de AHM, que está pendiente de ella, y eso es una forma encubierta de cerrar la cabecera.

La manifestación de trabaja dores y familiares tenía por objeto protestar por la decisión del Gobierno, anunciada en una reunión de la comisión de seguí miento del plan sobre la siderurgia integral, de cerrar las instalaciones de cabecera de la factoría saguntina. Pese a que una representación de mujeres de Sagunto se entrevistó con Lerma, los manifestantes no tuvieron información de la reunión, por lo que mantuvieron su actitud de rodear el edificio e impedir la salida de los parlamentarios.

Los manifestantes se centraron más en las críticas al presidente Lerma y a la Generalitat que al Gobierno central. Ello se debe a la actitud de indiferencia y pasividad que los saguntinos consideran que ha mantenido la institución autonómica con relación a su problema.

La manifestación había sido convocada por las mujeres de los trabajadores. En la cabecera figuraba un grupo de estas con una pancarta con el texto: "Las mujeres de Sagunto lucharemos y no nos rendiremos". "Lerma, despierta que ya está bien de siesta"; "Lerma, marrano, no eres valenciano"; "No volem, no volem un ninot de president" ("no queremos, no queremos, un muñeco de presidente"); "Lerma, c... asómate al balcón"; "Felipe, Guerra, Sagunto no se cierra" y "Gobierno escucha, Sagunto está en la lucha", fueron algunas de las consignas más coreadas por los manifestantes.

Apoyo de partidos y sindicatos

La convocatoria fue apoyada por la totalidad de los partidos, sindicatos y organizaciones ciudadanas de Sagunto, incluidos el PSOE y la UGT que han mantenido en este tema una postura contraria a sus órganos dirigentes del País Valenciano y federales. El único parlamentario que figuraba en la cabecera de la manifestación era Manuel Giner Miralles, de Alianza Popular (AP), que, según manifestó, no había asistido a una reunión de la ejecutiva nacional de su partido para poder estar en la manifestación.

Los manifestantes repartían un comunicado firmado por CC OO, UGT, CNT y el comité de empresa de Altos Hornos del Mediterráneo en el que, entre otras cosas, se señalaba que el Gobierno - pretende cerrar la cabecera de la fábrica "y con ello 3.000 trabajadores perderíamos el empleo directamente y otros 24.000 lo perderían de forma indirecta".

"Los acuerdos de saneamiento y reconversión del sector siderúrgico", continuaba el comunicado, "son burlados por el Gobierno, que se niega a cumplirlos cuando ya los trabajadores hemos hecho dejación de salarios y puestos de trabajo. Esta actitud antiobrera no corresponde a un Gobierno supuestamente de izquierda que, para mayor contradicción, sanea a empresas privadas con dinero de todos los españoles".

A juicio de los firmantes del escrito "el Gobierno pretende dejar sin siderurgia a Valencia, concentrando en el norte -Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya- las únicas instalaciones in tegrales". Y, además, "de forma incomprensible se han deshecha do cuantos informes técnicos de solvencia se han realizado -Kawasaki, norteamericanos y europeos- y todo por seguir las instrucciones de técnicos incompetentes vinculados a Ensidesa y economistas tan nefastos para los trabajadores como el equipo de Claudio Boada".

Los firmantes calificaron la actitud del Gobierno de "irracional desde el punto de vista técnico y económico".

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