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Tadeusz Kantor: "Rechazo la ciencia en el arte y el trabajo en la cultura"

Gira del dramaturgo polaco con 'Wielopole Wielopole' y 'La clase muerta'

El director de teatro polaco Tadeusz Kantor inició ayer una nueva gira en España. Algunos escenarios, los de Madrid y Vitoria, ya pudieron, en anterior visita, disfrutar de su polémico montaje Wielopole Wielopole. Ahora ha llegado el turno a Valencia y Palma de Mallorca para asistir a esta ceremonia del teatro de la emoción. Kantor y la compañía Cricot 2 de Varsovia estrenarán La clase muerta en Madrid y Barcelona antes de salir de España. El dramaturgo declaró ayer: "Detesto el trabajo; prefiero la palabra creación para definir lo que hago. Yo rechazo la ciencia en el arte y el trabajo en la cultura"

A raíz de las seis representaciones que efectuará en Valencia desde hoy al 5 de marzo, el director teatral mantuvo un amplio encuentro con los medios informativos y culturales para dar cuenta de su concepción del arte y de la cultura. Encajó con evidente contrariedad las preguntas que hacían referencia a la situación interna polaca. Kantor manifestó en este sentido: "No tengo necesidad de hacer declaraciones sobre la situación polaca. Lo dejo para los advenedizos de la contestación". También se mostró feliz de vivir en una época que había abandonado el constructivismo y para eludir nuevas reflexiones entre arte y realidad social explicó que "la historia del arte no es la historia del movimiento social".Sus manos se agitan constantemente para subrayar la comprensión de sus palabras en francés. Junto con todo su cuerpo, parecen aplicarse en un denodado esfuerzo por expresar acertadamente lo que pretende explicar. La silla se desplazará en varias ocasiones de la conferencia de Prensa impulsada por su cuerpo inquieto. Cuando el tema, como es el caso de opiniones políticas, no permite respuesta creativa hace uso de papeles escritos. Con otro modelo de gafas podría adquirir la imagen del gran dramaturgo Bertolt Brecht. Va y viene por la historia del arte. Reivindica para el creador un estado casi divino.

"Ya he percibido en la anterior ocasión que España comprende muy bien mi espectáculo, porque la cultura y el arte españoles están muy cerca de nosotros polacos. En el arte español hay una noción profunda de la muerte como yo planteo en mis espectaculos".

Ayer mismo el empresario promotor de la gira confirmaba el estreno de La clase muerta, exponente de esta identidad, en el Teatro María Guerrero, de Madrid, el 28 de marzo. Durante una semana, promovida conjuntamente por el ayuntamiento y la Diputación, se podrá ver este montaje.

Presiones y creación

Cuenta que recientemente tuvo oportunidad de participar en una reunión de intelectuales que promovieron en París el presidente de la República, François Mitterrand, y el ministro de Cultura, Jack Lang. No compartía aspectos fundamentales de los creadores culturales que allí se congregaron, supeditados a presiones sociales que para Kantor son ajenas a la creación artística. "En el Congreso se crearon comisiones para hablar sobre la creación en relación a la economía, al desarrollo y al internacionalismo. Cuando me preguntaron en qué comisión me incluía dije que faltaba una sección, la de creación sin relacion con otro aspecto de la realidad".En aquél encuentro Jack Lang defendió el derecho de cada ciudadano al trabajo y a la belleza. "¿Belleza?", se pregunta Kantor. "Belleza no es nada. ¿Derecho al trabajo? Bueno, aunque a mí no me interesa. El ministro "debía haber reclamado el derecho de cada ciudadano a la verdad". Este es el gran anhelo de la creación de Kantor los últimos años.

"Detesto el trabajo", confía el director de Wielopole-Wielopole. "Prefiero la palabra creación para lo que yo hago. La creación es el estado natural del artista. El artista es casi Dios que crea de nuevo el mundo. Los realistas me reprochan que soy un poco demiurgo. Pero yo les pregunto ¿dónde están los sabios, los trabajadores de la ciencia?. Yo rechazo la ciencia en el arte y el trabajo en la cultura".

Actitudes como la del Gobierno socialista francés merecen tanto su consideración como su incredulidad. "Reconozco que tiene buenas intenciones. Mientras Estados Unidos, Alemania, Italia, recortan presupuestos de cultura, Francia, que está en crisis económica, quiere realmente gastar en cultura. Está bien que el Estado dé dinero para hacer arte. Pero busco periodos en que el Estado haya dado dinero sin pedir nada a cambio. El propio Lang da dinero y pide luego. La misma elección que realiza de los que reciben la subvención ya es un condicionamiento".

El director Kantor afirmó más adelante que él había sido un admirador del constructivismo ruso y polaco en su primer época de creador pero que ahora mantenía precisamente la posición contraria a aquella tendencia artística. Me siento feliz en nuestra época que no está construida. El mundo humano no puede estar construido. Es como la última cena, el último acto de Wielopole, que representa la catástrofe, la verdad. No pretendo reformar el mundo. Hemos visto muchas personas que decían "nosotros somos los reformadores del mundo" y luego nada. Me siento feliz en un mundo que va hacia la catástrofe, hacia la verdad. Si esta última cena fuera como la de Leonardo da Vinci no sería la verdad".

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