"No estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos"
"Yo no estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos", afirmó ayer en una larga entrevista concedida a EL PAIS José María Ruiz-Mateos, presidente de Rumasa hasta que la pasada semana el grupo fuese expropiado por una decisión del Consejo de Ministros que se materializó en decreto-ley. Este hombre, que alguna vez se definió como más empresario que banquero, que era un outsider en la comunidad financiera española, aseguró una y otra vez, con gran vehemencia, que no tiene miedo de ir a la cárcel porque cree en la justicia, y que está "absolutamente convencido de que Rumasa hubiese continuado funcionando normalmente si no hubiera habido expropiación". Por todo ello declara, ante el desarrollo de los acontecimientos, que "me quedo frío, atónito, aturdido, no sé nada, no entiendo nada, no conozco nada, ni sé el móvil, ni sé lo que se persigue con ello, ni cuáles son los fines". Ruiz-Mateos contestó a casi todas las cuestiones que se le plantearon durante la entrevista, excepto a las siguientes: ¿Cuál de las empresas perdidas le duele más?, ¿cuál ha sido su principal error?, ¿qué cantidad de dinero piensa recuperar vía justiprecio o, en su caso, vía indemnización?, ¿cree posible que se repita con Rumasa el caso del diario Madrid?, ¿qué tipo de defensa va a emplear para desbloquear la situación de hecho en que se encuentra el holding? y ¿tiene usted capacidad de reacción o está ya derrotado? Estuvo presente e intervino en la entrevista el asesor legal de Ruiz-Mateos, Alejandro Rebollo.
Pregunta. Excesiva concentración de riesgos en los bancos de Rumasa, desproporción entre el valor contable y el valor real de su patrimonio, resultados inflados, deudas tributarias elevadas... Estas han sido algunas de las acusaciones lanzadas por el ministro de Economía y Hacienda sobre Ruiz-Mateos. ¿Con qué datos concretos puede responder usted a estas cuestiones? ¿Cree que es justa la calificación de heterodoxia que se le suele atribuir?Respuesta. El ministro de Economía y Hacienda ha lanzado, efectivamente, muchas acusaciones y ha facilitado algunos datos que no son tan concretos ni contundentes como pudiera parecer a primera vista. Quienes tengan una cierta preparación en materia económica y contable, saben que las apreciaciones del ministro son en buena parte subjetivas y, desde luego, incompletas. Me pide usted datos concretos que excederían el marco de una entrevista periodística, y que en este momento, por razones obvias, no le puedo facilitar puntualmente. Pero, en cualquier caso, opino que los números, las partidas y los conceptos contables sólo pueden discutirse con los libros y los documentos sobre la mesa.
Respecto a la presunta calificación de "heterodoxo" en mi forma de llevar los negocios, ¿qué quiere que le diga? Si heterodoxia es salirse de lo que en cada momento se entiende como ortodoxo, creo que la humanidad habría avanzado poco si no hubiera habido gentes que abandonaran la norma establecida. Considero innecesario citarle ejemplos...
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José Maria Ruiz-Mateos: "Me quedo frío, atónito, aturdido, no sé nada, no entiendo nada"
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Lo importante, para mí, es el fin perseguido, y en eso entiendo que la palabra heterodoxo no constituye, en absoluto, una descalificación personal. Ahora bien: una cosa es heterodoxia y otra muy distinta es ilegalidad. Es imprescindible no confundir los términos.
P. A pesar de que no pueda ser muy concreto, sí podrá comentar algo sobre la gigantesca discrepancia a la hora de valorar los patrimonios entre su propia organización y el ministerio en cuestión. Miguel Boyer citó Galerías Preciados...
R. Una empresa extranjera que venga a España a montar un negocio estilo Galerías Preciados, y traiga para ello 50.000 millones de pesetas, los deposita en un banco y comienza. Yo le digo que con esa cifra tan abrumadora no tendría suficiente, ni muchísimo menos, para comprar los treinta solares, las treinta edificaciones, las treinta instalaciones más lo que representa de organización, más el fondo comercial, el nombre, la imagen... de Galerías. Nada de eso se improvisa. Tardaría mucho tiempo en llegar a unas Galerías Preciados que ha pasado de unas pérdidas de 7.000 millones a estar prácticamente equilibradas el pasado año, totalmente reflotadas. El presupuesto que este año tenía el grupo Galerías, con Marcol, Mantequerías Leonesas y Sears era de 80.000 millones de pesetas.
En el sector de vinos, en los seguros, en construcción, en grandes almacenes, pasa lo mismo. ¿Es que todo esto no vale más de lo que el ministro ha dicho? ¿Cómo se puede apreciar todo esto? Posiblemente, y aunque todavía no es taban terminados todos los presupuestos, el global del grupo era de 400.000 millones de pesetas. ¿Qué puede valer un grupo que es propiedad de un holding, es decir, que no son empresas participadas ni minoritarias, que factura 400.000 millones de pesetas? ¿Cómo se puede hablar de cifras de alrededor de 5.000 millones de pesetas? Me quedo frío, atónito, aturdido, no sé nada, no entiendo nada, no conozco nada, ni sé el móvil, ni qué es lo que se persigue con ello, ni cuáles son los fines. Yo no soy más que un empresario que todo lo que he hecho en mi vida ha sido trabajar con dedicación plena, con un espíritu de sacrificio total, y no precisamente con un ánimo de lucro.
Cuando hay ánimo de lucro se actúa de manera diferente. En la conferencia de Prensa del pasado martes dije que una de las cosas más tristes que se oyen en este país es que la mejor inversión que se puede hacer es pagar una cantidad de dinero para despedir a un trabajador. O que se invertirá en cualquier cosa que no tenga obreros. Yo no soy solidario con estas afirmaciones ni con quien las hace. Si todos pensásemos de la misma manera, yo no sé qué iba a ser de este país.
Nosotros, tras diez años de crisis mundial, no hemos cejado en nuestro intento de hacer algo positivo por miles y miles de personas, que no son sólo las personas que trabajan en el grupo ni las familias que dependen de ellas, sino la cantidad de proveedores, suministradores, gente que pone sus ahorros en Rumasa. Si la gente pone una confianza ciega en Rumasa, creo que la gente no es tonta, la gente tiene un sentido, algo de positivo está viendo en las conductas de quienes dirigimos Rumasa. ¿Es tan difícil de apreciar y de valorar esto, con independencia de los propios activos? ¿Se puede decir de golpe "esto no vale nada" y en virtud de cuatro cifras frías, que no sabemos de dónde salen, y en veinticuatro horas se destruye toda la labor de veintitantos años de trabajo, donde tanta gente ha colaborado con un empeño y un entusiasmo tan grande? Es algo insufrible, es algo que no tiene sentido, es algo que no se llega a comprender para nada. Un día a lo mejor lo entiendo; hoy por hoy estoy completamente atónito.
Estoy hablando con el corazón, y lo que más me importa de todo son las personas. Cuando se va con ánimo de lucro ni interesan las personas, ni interesan los puestos de trabajo ni las inversiones, ni complicarse la vida, sino solamente decir aquí pongo dos, me dan cuatro, lo acumulo, lo guardo y de esto vivo.
'No sé si he cumplido el corsé estricto de la legislación'Yo no sé si he cometido errores o no los he cometido; si me he pasado más o menos; si he cumplido el corsé de la legislación en el sentido estricto de las comas y de los puntos. Lo único que me ha movido es un afán noble, digno, con un coraje y con un ímpetu enorme de hacer algo positivo, bueno, que redunde en beneficio del país. ¿Sabe lo que más me preocupa? Me preocupan los obreros de Rumasa, el personal adicto e incondicional de primerísima talla que no tiene precio y que no tiene valor material. Me preocupa que toda la gente que ha puesto sus intereses saliesen perjudicados en lo más mínimo. Esto es algo insufrible para mí.
A pesar de todo lo que ha pasado, me siento orgulloso, feliz, satisfecho, convencido -y ésto no va a quitármelo nadie de la cabeza- de que he contribuido, junto con el equipo que me ha rodeado, de haber hecho algo serio, noble y grande para este país. Me encantaría que, con independencia de mis intereses personales, y vaya a las manos donde vaya a parar Rumasa, lo sigan llevando con ese mismo cariño, con ese mismo entusiasmo, con esa misma entrega y generosidad y con esa misma eficacia que han sabido llevarla nuestros hombres.
P. ¿Y sobre la excesiva concentración de riesgos?
R. Para calificar los riesgos concentrados en las propias empresas hay que saber en qué se sustentan. Si se descansaran en unas parcelas de zona verde no tienen valor, pero hay que apreciar que en este caso los riesgos descansan en empresas muy importantes, con una actividad muy significativa, con una facturación de mucha consideración y que además son operaciones normales con empresas que se conocen, que están ahí, que se pueden tocar.
P. También se ha afirmado que los beneficios no existían y eran más bien pérdidas.
R. (Alejandro Rebollo). Efectivamente, se ha afirmado que frente a más de 6.000 millones de beneficios que se daban en 1981, hay 9.000 millones de pérdidas después de los ajustes. Pero no se dice que durante muchos años Rumasa reinvierte todos sus beneficios. Y esto es demostrable. ¿Para qué, pues, Rumasa se va a inventar unos beneficios que no existen?
'No hay deuda tributaria hasta que lo digan los tribunales'
P. Por último, sobre las acusaciones concretas, ¿es cierta la deuda tributarla del grupo por más de 20.000 millones de pesetas?
R. En primer lugar le digo que no me consta esta cifra. Los datos de las actas recurridas son muy inferiores, pero de lo que no cabe duda es de que en este volumen enorme de empresas, por poco que sea en cada una, a la hora de recurrir y discutir, si suma todo ello hay que ver qué importancia tiene la cifra resultante en relación a la que se paga. Además, entiendo que no hay deuda tributaria hasta que los tribunales ante quien están recurridas las actas levantadas por la inspección en muchas empresas digan su palabra. Mientras tanto, es un acta en disconformidad, cosa perfectamente hacedera en un Estado de derecho. Dar la cifra de 20.000 millones, y nada más, es decir una parte mínima de la verdad. Diga usted también que en el año 1981 se pagaron del orden de 15.000 millones de pesetas en impuestos. Diga usted también que esos cerca de 20.000 millones de pesetas, en el supuesto de que fueran ciertos, obedecerán, lógicamente, al período de prescipción fiscal, que es de cinco años. Se enfrenta así una cifra de 20.000 mi-
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Entrevista con Ruiz-Mateos
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llones por cinco años con un volumen de pagos al Estado de 15.000 millones en 1981. Esto tiene una dimensión de relativismo en cuanto a las cifras, y relativismo en cuanto a la decisión de los tribunales. Por otra parte, Rumasa desde el primer momento ofreció la colaboración para estudiar en profundidad cada tema tributario, negociando con el Ministerio de Hacienda. Ello se hizo por escrito, siendo García Añoveros ministro. Hacienda contestó diciendo que estaban conformes en examinar toda la problemática fiscal del grupo, en encontrar unos cauces para determinar cuál era la deuda fiscal de verdad y establecer unos plazos y unas formas de pago.
P. ¿Entiende usted que Rumasa es la primera pieza del dominó de las nacionalizaciones socialistas? ¿Es el Gobierno actual un lobo con piel de oveja? ¿Le ha defraudado Felipe González? ¿Qué opina de Miguel Boyer?
R. Yo no soy un político, y esas preguntas son políticas. Yo sólo soy un empresario que he trabajado toda mi vida para crear y consolidar una serie de empresas que ahí están, dando trabajo directo a 60.000 hombres y colaborando con cerca de un 2% al producto interior bruto.
Por otra parte, yo no estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos. Solamente creo que tengo la obligación de defenderme con los instrumentos que me dé el derecho, y eso debo hacerlo por mí, por mi familia y por las propias empresas de Rumasa y los hombres y mujeres que las componen.
P. Todo el escándalo comenzó hace algunas semanas, cuando se hicieron públicas sus desavenencias con la firma auditora Arthur Andersen. ¿Por qué desobedeció sistemáticamente las recomendaciones del Banco de España en este aspecto?
R. Rumasa encargó a la firma Arthur Andersen la auditoría de un centenar largo de las empresas y de la totalidad de los bancos del grupo. Como usted sabe muy bien, se trata de una prestación de servicios en la que, lógicamente, el cliente tiene el legítimo derecho deponer reparos al trabajo realizado o en vías de realización. Es una práctica normal que no puede extrañar a nadie. En el caso que nos ocupa hubo, efectivamente, alguna divergencia de opiniones que, justo es decirlo, mereció en todo momento la natural comprensión de la prestigiosa firma. Buena prueba de ello es que Arthur Andersen nos había entregado ya la documentación correspondiente a un centenar de empresas totalmente auditadas y en la que se demuestra que la contabilidad reflejaba fielmente la realidad patrimonial, y estaba a punto de facilitarnos la de otras cuarenta y tantas. La documentación facilitada por Arthur Andersen fue entregada inmediatamente al Fondo de Garantía de Depósitos y, que yo sepa, no ha merecido ningún tipo de reparos.
En cuanto a la auditoría de la división bancaria del grupo, los trabajos habían sido suspendidos para la formalización de un status repport o informe de situación explicativo del trabajo realizado y del que quedaba por realizar en cada uno de los bancos. Este informe de situación, que habíamos solicitado a principios de diciembre de 1982, se empezaba a entregar precisamente en los días inmediatamente anteriores a la expropiación.
Debo hace constar que el Fondo de Garantía de Depósitos había emplazado a los bancos del grupo Rumasa a que indicasen antes del 10 de marzo de 1983 la fecha de terminación de sus auditorías, fecha que, evidentemente, aún no ha llegado.
'No hubo desobediencias con el Banco de España, sino discrepancias'
Otro tema es lo que apunta sobre una presunta desobediencia a las recomendaciones del Banco de España. No ha habido tal desobediencia, sino una serie de discrepancias -legítimas, por otra parte- en relación con unos plazos que tanto nosotros como la firma Arthur Andersen consideramos insuficientes para la realización de una tarea tan amplia y compleja como es la auditoría seria y completa de dieciocho bancos con cerca de 2.000 oficinas y del orden de cuatrocientas empresas. Estimo que di algunas razones en este sentido en la conferencia de Prensa que tuvimos el pasado martes.
P. ¿Teme ir a la cárcel? ¿En sus previsiones inmediatas figura la de marcharse al extranjero?
R. No temo ir a la cárcel por la sencilla razón de que tengo plena fe en la justicia y en la rectitud de intención de nuestras autoridades. Para condenar a alguien primero hay que juzgarle, y yo tengo mi conciencia tranquila y la seguridad jurídica que depara vivir en un Estado de derecho como es España. Lo de marcharme al extranjero, prefiero pensar que se trata de una presunción tan ligera como desprovista de fundamento.
P. Antes de la expropiación, durante mucho tiempo siempre se habló en voz baja del sueño de Ruiz-Mateos de concentrar Rumasa con el Banco Español de Crédito...
R. El Banco Español de Crédito es una institución de sólido y merecido prestigio. El supuesto de concentración que usted plantea sólo hubiera podido ser soñado por los rectores del primer banco privado nacional, y por eso debería preguntárselo a ellos. Las circunstancias hacen que las previsiones de algunos analistas del real decreto-ley de expropiación tiendan a concluir que algunos de los bancos del grupo Rumasa pudieran ser adjudicados al Banesto, con lo cual se produciría en una pequeña parte esa concentración.
P. ¿Estaría dispuesto a comenzar otra vez de nuevo? ¿Cuáles son sus actuales objetivos?
R. Rumasa empezó, hace veintiún años, con un capital de 300.000 pesetas. Si después de todo esto tuviera que empezar de nuevo, lo haría con la misma ilusión de entonces. Pero ahora no es esa la cuestión.
¿Mis objetivos actuales? Ayudar en lo que pueda a que todo este problema, que yo no he planteado, se resuelva en un marco de serenidad y de justicia.
P. ¿Cómo se enteró usted de que le habían expropiado? ¿Es cierto que fue a la misma hora que el resto de los ciudadanos?
R. Absolutamente cierto. Conocí la noticia por la televisión. Estaba hablando con mis hijos y llegó una hija corriendo porque la había llamado su novio y le había dado la noticia de la televisión.
P. ¿Cuál fue su primera sensación?
R. Para mí fue una sorpresa enorme... Si la voluntad de Dios es esta, amén. Ahora, esto es en un plano sobrenalural y de proyección en el que yo creo. En el orden humano no entiendo nada.
P. Si la expropiación no hubiera ocurrido, ¿Rumasa hubiera continuado funcionando normalmente?
R. Absolutamente. Absolutamente convencido. A no ser que la crisis internacional se hubiera llevado por delante no a Rumasa, sino a todo el sistema financiero español. Si de verdad yo me hubiera sentido inquieto en algún momento determinado, hubiera acudido a las autoridades monetarias a manifestarles mi preocupación ante el peligro de defraudar a tantos miles de personas que dependen de Rumasa. Se hubieran arbitrado fórmulas adecuadas con equilibrio con ambas partes, como se ha visto en crisis bancarias anteriores, en que se han dado soluciones. Cuando yo no he acudido a estas soluciones es porque no hemos visto su necesidad. Una prueba de la solvencia del grupo bancario es que a todas las retiradas de fondos que se produjeron a partir del día 17 se hicieron frente con los fondos de los bancos de Rumasa, cumpliendo además todos los coeficientes.
Por todo ello, reitero una vez más que no entiendo nada, no sé nada, pero lo que mantengo y repito hasta la saciedad es que no ha habido motivo en absoluto para tomar las medidas que se han tomado. Estoy perplejo, atónito, y espero que con el tiempo podré entenderlo.
P. Las declaraciones de solidaridad con Ruiz-Mateos del. resto de la banca privada y de las organizaciones empresariales han sido escasas. ¿Qué opina de esta soledad? ¿Se ha sentido alguna vez un outsider dentro del sistema financiero español? ¿En qué zonas de la sociedad va a encontrar usted los principales apoyos para salir adelante?
R. Mire usted: la solidaridad suele darse con mucha más facilidad entre los trabajadores que entre los financieros, como es lógico y por razones obvias. No deseo entrar en análisis de actitudes, que siempre serían necesariamente subjetivas. Respeto cualquier punto de vista a la hora de contemplar la delicada situación presente, aunque no lo comparta. Lo importante es sentirse en paz con la conciencia, y yo me siento en paz con la mía. Algunas declaraciones recogidas por los medios de comunicación explican sufientemente determinadas posturas. ¿Para qué hablar más de ello?
En cuando a si me siento un outsider dentro de la banca española, puede comprender que, al no ser en estos momentos banquero por razón del decreto-ley de expropiación, me considero un outsider absoluto.
'Existe la banca comercial, la industrial y Rumasa'
P. No obstante, usted siempre se ha sentido un banquero atípico en España...
R. La diferencia de Rumasa respecto a otros grupos bancarios, sin jactancia de ninguna clase, porque es vocacional, es que existe la banca comercial, la banca industrial y Rumasa, que es un conjunto de empresas con una gama muy diversificada de actividades, en las que hay dieciocho bancos.
Esto es distinto del modelo del banco que tiene filiales, que tiene participadas. Alguno no ha llegado a comprender las peculiaridades de este negocio, que tiene un estilo distinto al resto, pero que ha dado un gran juego. Buena prueba de ello es que ha crecido durante veintitantos añosy que ha crecido más en los años de la democracia y en diez años de crisis. Con independencia de las auditorías, que son métodos modernos en este país, la banca española, que es sabia, muy experta y ha ftincionado siempre bien, se ha dejado guiar por unos factores que en un peniodo de tiempo determinado pueden valorarse como buenos o malos .
Entrevista con Ruiz Mateos
Rumasa se ha guiado por otros factores y no ha dejado de cumplir un compromiso, ni de atender un pago, ni de satisfacer un salario. Y esto bajo la incomprensión de muchos y sin el apoyo de quien tenla que hacerlo y sin dependencia alguna del dinero del Estado ni del Banco de España. Aun después de todo lo que se ha producido, de todos los rumores, nadie ha puesto en peligro la liquidez del grupo Rumasa.P. ¿Qué cree que piensan sus trabajadores y el hombre de la calle a estas alturas del conflicto desatado en el holding de la abeja? ¿Cuántos trabajadores ha despedido durante los años de la crisis económica?
R. Tengo plena confianza en lo que piensa la inmensa mayoría de los hombres y mujeres que durante tanto tiempo han colaborado conmigo en la hermosa tarea de construir, engrandecer y consolidar Rumasa. Desde los cargos directivos hasta quienes han desarrollado las labores más modestas saben de verdad lo que ha sido Rumasa, y sólo ellos son capaces de medir la capacidad de esfuerzo y entusiasmo compartido por todos en torno al logotipo de la abejita, tan entrañable para todos nosotros. Estoy seguro de que ellos no van a dejarse influir por cualquier tipo de informaciones tendenciosas, sensacionalistas o intencionadamente calumniosas. ¿El hombre de la calle? Una reciente encuesta, rigurosamente realizada hace pocos meses, mostraba la muy favorable opinión que Rumasa merecía al pueblo español. Por supuesto, es fácil influir en la opinión pública con cierta facilidad cuando exista el propósito decidido de hacerlo y se disponga de los medios necesarios para ello.
El dato concreto que me pide sobre cuántos trabajadores han sido despedidos de las empresas del grupo Rumasa en los últimos diez años es difícil de contestar. Efectivamente, se han producido algunos despidos, muy pocos afortunadamente, y siempre por causas graves. Sí puedo recordarle que en 1973 el grupo tenía una plantilla próxima a las 30.000 personas y que al empezar 1983 contábamos con cerca de 60.000. No me corresponde a mí comentar lo que supone tal incremento, precisamente en este decenio de crisis continuada, en el que el crecimiento del desempleo se ha convertido en una de las más graves preocupaciones en nuestro país.'Tengo el patrimonio mínimo imprescindible para subsistir'
P. ¿A qué atribuye la decisión del Consejo de Ministros de expropiar Rumasa? ¿Pensó en algún momento en la posibilidad de expropiación cuando concedió la conferencia de Prensa del pasado martes? ¿Cuándo comenzó su pulso con el Banco de España?
R. Voy a ser conciso en una respuesta global para esta serie de preguntas. Jamás pensé que pudiera ocurrir la expropiación del grupo Rumasa. No había razón alguna para temerlo. Y estoy en condiciones de poder afirmar otra vez que sin esta expropiación el grupo Rumasa hubiera continuado con toda normalidad. No tengo ninguna duda razonable al respecto.
P. Tras la reunión de Boyer con los periodistas, en la que asegura que enviará a los inspectores del Banco de España al holding si se rompe con la auditora Arthur Andersen, ¿qué pasa? ¿Cuál es la secuencia de hechos?
R. (Rebollo). Boyer propuso a Rumasa sacar un comunicado conjunto con el Ministerio de Economía, con dos partes: en la primera se decía que Ruiz-Mateos se comprometía a terminar y a acelerar las auditorías. Esta primera parte se acepta, sustituyendo las palabras "se compromete" por "mantiene vigente su compromiso". Boyer acepta ésto. En la segunda parte, José María Ruiz-Mateos debía autorizar a las autoridades monetarias para poder llamar y dialogar directamente con Arthur Andersen. Se le responde que no hay ningún inconveniente, siempre que Rumasa esté presente, pero no acepta. Boyer dio a Rumasa una hora para repensar su actitud y que firmase el documento. Esto no ocurrió y se creó un clima de gran tensión.
P. ¿Cuál es el patrimonio personal del que dispone en estos momentos el que ha sido considerado el hombre más rico de España?
R. El mínimo imprescindible para subsistir.
P. ¿Quiénes son sus enemigos? ¿Qué opina de la instrumentación política del asunto? ¿Cuál es su estado anímico actual?
R. No me considero enemigo de nadie, aunque por desgracia no pueda evitar la posibilidad de que alguien pueda sentirse enemigo mío. Por lo que se refiere a la instrumentación política del asunto, es elemental que las decisiones del Gobierno son, por su naturaleza, políticas. Otra cosa es que sean o no acertadas, y el libre enjuiciamiento de las mismas por los ciudadanos forma parte del sistema democrático. Mi estado anímico es excelente, porque repito que confío en la justicia.
P. Rumasa ha sido el caso enésimo de crisis bancaria en España. Sin embargo, su resolución ha sido atípica en comparación con todos los precedentes. ¿Se siente discriminado en el trato obtenido respecto a Banca Catalana, Banco Urquijo y otros muchos?
R. Ciertamente, la solución dada por el Gobierno a la presunta y, desde luego, no justificada suficientemente todavía crisis de Rumasa se aleja de las brindadas en otros casos en que sí existía una situación de crisis perfectamente comprobable. Saque usted mismo la conclusión adecuada y dígame si existe un trato discriminado.
P. Usted es un profundo conocedor de la economía española. ¿Cree que hay en estos momentos otros grupos a los que se les debería aplicar -bajo el supuesto de la igualdad de oportunidades- la misma terapéutica que a Rumasa?
R. Le sugiero que esta pregunta la dirija usted a las autoridades competentes en la materia, que supongo podrán responderle con todo lujo de detalles.
P. ¿Qué necesita para sentirse rehabilitado?
R. Sencillamente, que este asunto se aborde, por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, con la absoluta objetividad y justicia que cabe reclamar de un Estado de derecho.
P. ¿Por qué cree que no le han concedido a usted las ayudas que va a emplear el Estado en expropiar, sanear y devolver al sector privado las sociedades ahora expropiadas?
R. Esta pregunta no me corresponde responderla a mí. Lo que sí puedo afirmar, una vez más, es que Rumasa nunca tuvo ni necesitó ayuda del Estado.
P. ¿Fueron en alguna ocasión buenas sus relaciones con el Banco de España? ¿Alguna vez le amenazaron con nacionalizar el grupo?
R. El Banco de España jamás me amenazó con tan grave medida, y tengo la convicción de que la autoridad monetaria no ha considerado en ningún momento tal posibilidad. Prueba de ello es que, de haber encontrado irregularidades graves en el grupo, habría adoptado inmediatamente las acciones cautelares necesarias, y para las que está plenamente facultada, como ha ocurrido en otros muchos casos fáciles de recordar.
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