La inercia estatalizadora
( ... ) No sin razón aludió ayer el ministro Boyer a la "generosidad" de la fórmula de expropiación. Un empleado del grupo puede acaso sentirse, pese a todo, más seguro de su puesto hoy que ayer, y más seguro incluso que el de una em presa privada de la competencia. Y ésta es una cuestión de fondo. ¿Mantendrá ahora el Estado espa ñol esta misma apuesta, con una gestión publica? Sesenta mil em pleados tenía el grupo Rumasa, 90.000 tiene ya el patrimonio del Estado, 200.000 el INI. Si el con junto de tales explotaciones arroja pérdida, si esa pérdida la sufraga el contribuyente español, no se ve cómo puede subsistir con éxito la iniciativa privada asumiendo ries gos de los que al fin las empres las en pérdidas, si tienen volumen y presencia bastantes, se zafan por medio de alguna forma de inter vención pública. Puede no haber voluntad nacionalizadora -lo creemos-, pero hay inercia estatalizadora. Por defender el empleo, el Estado asume nuevas responsabilidades. Y si a ello añadimos el compromiso del justiprecio en -la indemnización, se aumenta el riesgo de que después de haber evitado estrellarse en los escollos del Escila de un paro masivo, se hunda en el torbellino del Caribdis de la inflación y de los precedentes de más asunción de pérdidas por el Estado. Es cierto que el nuevo Gobierno se ha encontrado a la vez con muchos y graves problemas, y lo es también que en cada caso los ha resuelto aplicando un criterio distinto. El señor Boyer se mostró ayer satisfecho del éxito en el caso del Urquijo y de Banca Catalana. Ojalá pueda decir lo mismo más adelante respecto del de Rumasa. , 25 de febrero
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