El fraude a la Seguridad Social

Felicito al diario por su certero editorial respecto al fraude a la Seguridad Social. Ese fraude que constituye, al parecer, un conjunto de delitos claramente determinados en nuestra ordenación perial y, desde luego, en la de todo el mundo civilizado. El asunto se encuentra sub júdice, y, por tanto, habremos de esperar a que, en su día y serenamente, resuelva la justicia.Sin embargo, se me agota la capacidad de asombro ante la conducta de los llamados representantes de la clase empresarial, a la que pertenecen algunos de los, inculpados. Parecería obligado que esas organizaciones fuesen las más interesadas en la existencia de un clima de serenidad y claridad que permitiera la rápida aclaración de los hechos y el adecuado tratamiento de las supuestas infracciones. Con ello se lograrían dos objetivos: restablecer algo el equilibrio moral y demostrar que muchos empresarios no delinquim.os. Por el contrario, se ha preferido orquestar una campaña de histerismo y revulsión política en la que, cuando no se justifica lo injustificable, se mezcla el lamentable hecho con graves problemas nacionales, sin la menor causalidad.

El fraude a la Seguridad Social se comenta en la Prensa porque es lógico y obligado que se comente. Nada debe temer de ello el erripresario correcto. Aunque seguramente -y esto sí que es penoso y peligrosísimo para la salud social de nuestro país- se comenten todavía mucho más los pintorescos enfrentamientos entre Juanito y Núñez. /