Olivia Stapp, Piero Cappuccilli y Silvano Carrolli cantan 'Macbeth' en el Liceo
Hoy por la tarde se repone, en el Gran Teatro del Liceo, la ópera Macbeth, inspirada en el drama homónimo de Shakespeare y con libreto de Francesco Piave, compuesta por Verdi en 1847 y que luego revisaría para ser estrenada en su versión derinitiva en París el año 1865. Las representaciones (días 13, 15 y 17 de febrero) revisten interés, ya que en el reparto figuran la soprano Olivia Stapp y los barítonos Piero Cappuccilli y Silvano Carrolli, que se alternarán en el papel de Macbeth.
La costumbre tan arraigada en nuestro tiempo de etiquetar, definir y clasificar las obras y sus autores con una frase, ha dicho, no sin error y absoluta falta de conocimiento de la historia de la música, que Verdi es el padre de la ópera..., también, quizá no sin fundamento, se ha encasillado su producción lírica en cuatro compartimientos estilísticos. Realmente Verdi, más que el padre es el continuador de la tradición operística y, a la vez, es el impulsor de las nuevas corrientes de la música teatral italiana.En cuanto a los cuatro estilos atribuidos al autor de Aida, cabe objetar que su posible diferenciación es la lógica que puede encontrarse en la trayectoria evolutiva de la mayoría de compositores. Así, en el llamado primer período de la producción lírica de Verdi, se incluyen las óperas que compone hasta 1849, las cuales evidencian las influencias más o menos asimiladas de los Rossini, Donizetti y Bellini.
Grandeza y genialidad
El segundo, está integrado sólo por Rigoletto, II Trovatore y La Traviata (1851-1853) en las que se manifiestan ya las trazas de la personalidad dramática de Verdi, mientras que el tercer y cuarto estilos (1858-1898) es donde el compositor, ya en plena madurez, muestra toda la grandeza y genialidad de su facultad creadora.Macbeth, a pesar de su remodelación posterior, pertenece de hecho, junto a Ernani y Nabucco, a la primera etapa donde el autor parece limitarse a poner música al texto dramático al mismo tiempo que, aún siguiendo los moldes de Bellini y Donizetti, se manifiestan en ella ya incipientes rasgos y planteamientos propios de su personalidad y pensamiento.
Así, aunque el libreto de Piave no profundiza en la psicología de los personajes, Verdi expone con trazo singular la compleja idiosincrasia de las dos figuras centrales en cuya fuerza expresiva radica precisamente el atractivo de esta ópera. Por otra parte, la descripción del clima tenebroso del relato parece quedarse en puro efecto exterior, aspecto que de algún modo Verdi superará en aquellas creaciones pertenecientes a su etapa de madurez -Don Carlo, Otello y, sobre todo, Falstaff.
Esta última obra figura en el programa de la XX Temporada de la Opera de Madrid, que se va a desarrollar del 18 de febrero al 1 de julio. Dicha ópera se representará a finales de mayo, con un reparto donde figuran los barítonos Juan Pons y Alberto Rinaldi, los tenores Dalmacio González, Piero de Palma y José Ruiz, y las sopranos Pilar Lorengar y Marina Bolgan. En la dirección musical estará Antoni Ros Marbá, mientras que la dirección escénica estará a cargo de Lluís Pasqual, con escenografía de Fabià Puigserver.
Babelia
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