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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Los rojos

Los rojos, hombre, los rojos, si es que no puede ser, que les habían hecho una voladura controlada, o sea la CIA, desde dentro mayormente, que ese era el roneo, bueno, pues nada, otra vez los rojos en plan justicia social, es como demasiado ¿no?, los rojos, ¿conoces? A lo mejor son los colirios que me echo en la vista, que me hacen verlo todo rojo, o todo épico, un suponer la sepia / press de la ultranza, ya lo dijo don Ramón de Campoamor y Campoosorio: "Nada es verdad ni mentira, todo es según el color del colirio que nos mira". Venga de echarme cosas en la conjuntivitis y cada día lo veo todo más rojo, a nivel de análisis macrosocial. Almorcé con Gerardo Iglesias y no es que quiera montar un Gijón, cirio o muñeco en cada bolsa obrera, el tío, pero parece muy puesto, lo cual que no es de extrañar a su edad. Iglesias es el anti / Verstrynge: asturiano y no belga, escueto y no redicho; alumno de los padres procesales y no "joven profesor". Los editores me mandan menos pela y se disimulan con lo mismo:-Con esto de los rojos, Umbral, es que ya no se vende como se vendía.

Fernando Lázaro Carreter, en entrañable y magistral carta de amigo, echa de menos, en mi Diccionario cheli, "tabicar" por follar. (Así lo escribe él, a mano). Lázaro es un clásico y como tal se explica, pero mi libro sostiene que el cheli es un argot casto, como casto e ignaciano es el rojerío, que Gerardo me dice que le preocupa a ver si va a coger fama de ligón aquí en la capital. El presidente González, para tranquilizarle, interviene a través de todo, su poder informático; aunque eso, luego, se ha matizado:

-Quizá hagamos pactos postelectorales con el PCE, después de las municipales, en casi mil municipios.

Ostraspedrín con los rojos. A ver si nos vamos a pasar con los rojos. No, si yo sólo aviso. Por eso. El joven pasota Lenguas, que lleva lo de Malasaña, me pide que escriba del barrio. A los pasotas les han politizado las multinacionales, que quieren volar Malasaña y levantar colmenas de cristal y acero llenas de abejas antiabortistas. Por a noche aviónica de Rock-Ola asan The Damned, con el cuello subido, la boina pobre, el plastiqéu y el cardado. Cuidado con los rockeros, que luego dan en rojazos. A ver, se acaba el tocata y en se ¡da viene Gerardín, que es nuestro hombre en la noche. Ceno con la inconsútil Jeannine Mestre en Platerías. Jeannine se ha queda o en romántica, pero del Romanticismo a la Revolución no ha más que un paso breve de la catalana Jeannine, que Marx no era si o un romántico de los números, y el romanticismo le delata por su fe en la Historia. Me llaman de Alacant (antes Alicante) para hablar o escribir. A mí esto de las loapillas me parece cosa de rojillos. O se que esto no es vivir. Abren el acogedor Café del Martín, de madrugada, y se llena de rojos. José Sandoval convoca coloquio sobre el a orto en el Consejo de Investigaciones Marxistas. Detrás de una abortista (o dentro, en la tripa) siempre hay un rojo infiltrado. Dubinin, el embajador de la URSS, le pone una medalla a Alberti y nos da una copa. Dubinin y yo estamos más unidos por la wodka que por rojerío. Rafansón, que no consagra la wodka de Dubinin, me dice que las buenas wodkas son con be, a lo que Dubinin replica que serán apócrifo / polacas, o sea de Wojtyla. Los new wave nos estren el filme Percusión. Otra rojez.

Vuelve el carnaval, cosa e la horda / hidra marxista de mil cabezas con boina. Laín presenta un Diccionario. Laín era rojo para Calvo Serer antes de que Calvo, encontrase en el Metro de París su camino de Damasco, salida Rue de la Paix. Estrena Martínez Mediero, un rojo del teatro del silencio. Hay cena al cura Llanos. ¿Pero no se habían acabado los rojos pasando al subsidio a Carrillo? Y para esto hicimos una transición.

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