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Los soldados de Jomeini esperan la orden de profundizar en el territorio iraquí

Decenas de miles de combatientes iraníes conmemoran hoy, en el frente occidental de Fakeb, el cuarto aniversario del triunfo de la revolución islámica, a la espera de recibir luz verde para adentrarse en territorio iraquí. Cuatro años antes, los sobrevivientes de la revolución peleaban con cócteles molotov, con piedras o a pecho descubierto contra la guardia inmortal del sha Pahlevi. Entonces vencieron en la pelea. Hoy todo indica que aún quedan muchas jornadas de guerra por delante.

Los comunicados militares iraníes son parcos en novedades. Lo más destacado de la jornada anterior fue según estas fuentes, el aniquilamiento de la 12ª brigada de la tercera división de infantería iraquí, así como el derribo de un Mig23 de la aviación enemiga y la confirmación por su piloto, Adbudulsallam Abbas, de veinticuatro años, del derribo de otros cuatro aparatos iraquies en los días precedentes.(Un comunicado iraquí, reproducido por la agencia INA desde Manama, da cuenta, sin embargo, de que el núcleo principal de las fuerzas iraníes "se ha rendido en su totalidad" a las nueve de la mañana, hora local. Bagdad precisa que han caído una brigada blindada y varias de infantería, y cifra en más de mil los soldados iraníes que se han entregado.)

Igualmente, los partes militares iraníes destacaron la inicial dispersión y posterior destrucción de los batallones Qadisiyah, Gotaibeh y M'Otassam, de la división enemiga, citada, lo mismo que la del tercer batallón mecanizado de una división enemiga que cuenta con carros de combate soviéticos T-62.

Del mismo modo, la información oficial destacaba que los combatientes iraníes han logrado sortear, las fortificaciones más contundentes que ningún ejército del mundo se viera obligado a vadear en los últimos cincuenta años en el cuadro de la ofensiva Val Fajr (Amanecer), que Irán desencadenó sobre suelo propio e iraquí el pasado domingo.

Irán pone de relieve lo tortuoso de las fortificaciones fronterizas enemigas, con barriles de explosivos de 220 litros, capaces de arrasar un área de un radio de cien metros, y subraya la bravura de sus combatientes, que han logrado, según fuentes iraníes, rebasarlas.

Ritmo lento iraní

Pese a todo, el ritmo de la penetración iraní es lento. Las fuerzas iraquíes, sobre todo su artillería, intentan a toda costa obstruir el corredor de penetración abierto por la infantería iraní a partir de Kfakkeh y en dirección al Al Arnarah, que parece detenido a la altura de Chazzabeh, una decena de kilómetros o algo más dentro del territorio de Irak.A nadie se le oculta que la resistencia iraquí está provocando una elevada mortandad entre las filas iranies, pero desde Teherán se ridiculiza lo que se considera una exageración intoxicadora de Irak sobre las cifras de bajas. El imán Jorneini dijo ayer en su residencia de Jarnaran Hosseiniyeh que Irak asegura haber dado muerte a 7.000 iraníes, "cuando nuestra vanguardia en la penetración sobre territorio iraquí ha sido de 4.000 hombres".

Las cifras brindadas por el imán sorprenden un poco, por cuanto que se ha subrayado el carácter masivo de la ofensiva, si bien también hay que decir que todos los comunicados oficiales de Irán aseguran que se trata de las operaciones preliminares de la auténtica ofensiva Val Fajr.

Los observadores consideran desde Telerán que varios centenares de miles de combatientes iraníes están concentzados en áreas diferentes del frente para ser lanzados en tromba una vez que las fortificaciones del área de Fakeh caigan al paso de los combatientes del Islam.

Todo indica que Irán no tiene mucha prisa y que juega precisamente con su propia calma como un elemento que causa verdadero espanto entre el ejército enemigo, que no arriesga poco con el desenlace de esta ofensiva. Los teheraníes más doctrinarios destacan que "no importa que la ofensiva Amanecer nos cueste decenas de muertos; lo importante es cortar las manos de Sadam, derrocar su régimen corrupto y marchar luego en dirección a la añorada Qods (Jerusalén)".

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