Moscú se convierte en el 'gran satán' del régimen iraní
La Unión Soviética se perfila como la nueva campeona del mundo del satanismo, rango en el cual, según los dirigentes islámicos de Irán, comienza a sustituir al gran satán norteamericano. Este es el rasgo más relevante de la política y de la ideología iraní cuando se cumplen los cuatro años del triunfo de la revolución islámica.
El torneo, disputado en el encuadre del principio "ni con el Este ni con el Oeste", tenía hasta el momento un vencedor claro. Estados Unidos sigue estando en la boca de las masas israelíes cuando piden a gritos la muerte del imperialismo y entre los poderes demoniacos a destruir figura siempre en primer lugar. El grito Mark barg Amerika (muerte a América) continúa siendo el más popular.Empero, la URSS ha avanzado mucho últimamente para alzarse con el trofeo. El régimen soviético ha contado siempre en Irán con un sector del clero muy en contra, que le echa en cara su afinidad con el Reino Unido en la dominación colonial del país. Igualmente le achaca una importante contribución al fracaso de la experiencia nacionalista del doctor Mossadeg, que en 1953 acabó en un golpe de Estado que instaló al innombrable Pahlevi en el trono del pavo real.
No obstante, la implantación comunista en Irán ha sido siempre notable. En el Aserbaiyán se instaló una de las primeras repúblicas socialistas del mundo, pero su viabilidad fue descartada por Josif Stalin en sus pactos con Estados Unidos y el Reino Unido.
La gota que colmó el vaso fue la entrada de las tropas soviéticas en Afganistán en diciembre de 1979, si bien nunca los ataques iraníes contra la URSS alcanzaron la virulencia de los proferidos por los dignatarios musulmanes, con Jomeini a la cabeza, contra Estados Unidos.
Andropov, con Bagdad
Pese a todo, un buen puñado de dignatarios islámicos "le tiene muchas ganas a la URSS", según comenta un teheraní que conoce el español. El punto de máximo enojo iraní hacia la URSS ha sido hace unas semanas, cuando se supo que Moscú reanudaría sus suministros de repuestos bélicos a Irak, suspendidos durante el desarrollo de la guerra irano-iraquí por decisión expresa de Leónidas Breznev.
La Administración Andropov, según se asegura en Teherán, apoya a Bagdad a capa y espada, y comoquiera que el régimen de Sadam Husein es corrupto, todos los que le apoyan., Francia incluida, también lo son.
Nadie, pues, interpreta como una casualidad en Teherán el reciente arresto de Nuredin Kianuri y otros setenta dirigentes del partido Tudeh, comunista, a quienes se acusa de realizar espionaje a favor de la Unión Soviética y de estar en posesión de documentos falsificados.
La medida, confirmada por el ministro del Interior Nateq Nuri, puede traer cola, ya que las acusaciones de espionaje en tiempos de guerra cuentan, en todas las legislaciones, con gravámenes especiales que pueden llevar ante el pelotón a los que reciben tales cargos.
Si bien en estos tiempos la política doméstica iraní no está para crearse puertas adentro ningún enemigo más -un cambio de la política comunista hacia actitudes no pacíficas podría perjudicar grandemente al régimen-, no parece presumible que el Tudeh vaya a dar un bandazo inmediato.
Los observadores señalan que se limitará a esperar y ver, dejará que el tiempo corra y que, al no llegar la sangre al río, sus dirigentes sean puestos en libertad sin cargos.
La otra alternativa requeriría un enorme esfuerzo político e ideológico del régimen de Teherán para enfrentar sus masas a la Unión Soviética, que no sólo tiene 2.000 kilómetros de frontera con Irán, sino que, según los propios dignatarios islámicos han dicho en sus mítines, no ha mostrado una actitud agresiva hacia la revolución islámica desde su origen, al menos en el plano de las evidencias.
La guerra continúa
Mientras tanto, continúan en la frontera los sobrecogedores duelos artilleros, con centenares de cadáveres destrozados en ambos bandos.. Las artillerías machacan el campo contrario durante el día, para dar paso, al atardecer, al ataque de la infantería, que, apoyada por helicópteros dotados de reflectores, intentan adentrarse hacia la importante ciudad iraquí de Al Amara, situada a unos sesenta kilómetros de la frontera.
Mozalbetes lampiños de mirada iluminada y cuerpo aún tierno, asidos a sus fusiles ametralladores, sortean como pueden los numerosos obstáculos que ofrece la defensa iraquí. Los basidj (los oprimidos movilizados) nutren casi el 50% de los combatientes que ahora pelean en la primera línea. Según Mohsen Rezai, comandante en jefe de los guardias de la revolución, Irán cuenta con dos millones de basidj.
Al menos cien personas resultaron muertas ayer durante los numerosos bombardeos registrados en las áreas de Nowsud, Zahab, Choghah-Hamam, Tankab, Naft-e-shahr y Sumar, en distintos puntos del frente entre ambos ejércitos, en la zona occidental de Irán, sobre las provincias del Juzestán e llam.
Versión iraquí
El comandante en Jefe de la cuarta división iraquí, general Hacham Sabah Al-Fakhry, responsable del sector en el que se produjo el ataque iraní, reconoció que el las fuerzas de Teherán lanzaron tres ataques desde el pasado domingo por la noche en un frente de 30 kilómetros.
Seis divisiones del ejército regular y unidades de guardias de la revolución y voluntarios tomaron parte en la citada operación. El general iraquí, Al-Fakhry, agregó que el "enemigo no consiguió poner un pie en territorio iraquí".
Al comienzo de la ofensiva, en la noche del domingo al lunes, un grupo de soldados iraníes penetró unos doscientos metros en territorio iraquí, pero fueron hechos prisioneros, precisó.
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