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Entrevista:

"El presidente Reagan ha tardado dos años corregirse, pero la recuperación es ya un hecho"

Pregunta. ¿En qué teoría económica cree usted que está basada la política antiinflacionista de Estados Unidos?Respuesta. Yo creo que quizá ésta no es una pregunta tan significativa para nosotros en Estados Unidos como podría ser en otros países. Yo diría que ninguna doctrina económica fuera del sistema del Federal Reserve ha tenido mucho impacto en lo que hemos hecho. Hablamos con muchos economistas -a lo largo de un año he hablado con unos doscientos-, pero las ideas de ninguno de ellos han tenido un impacto muy fuerte. Es una economía muy compleja, y ninguna teoría económica la explica bien, todas son útiles como distintas maneras de enfocar los problemas. Creo que el keynesianismo tiene alguna utilidad, como la tienen el monetarismo o la economía del suply side. Cualquiera de estas teorías tiene validez y todas son útiles en su distinta manera de enfocar los problemas, pero ninguna de ellas explica cómo funciona la totalidad, y si sólo se aplica una de estas teorías, puede surgir gran cantidad de problemas, como en el año 1981 en Estados Unidos, cuando la Administración Reagan se adhirió ciegamente a la economía de los suply siders, creándose grandes dificultades. Les advertimos insistentemente de todas las maneras posibles que tuvieran cuidado con lo que estaban haciendo, les explicamos por qué se iban a desarrollar problemas tan serios, pero, desgraciadamente, no nos escucharon. Había ciertos miembros de la Administración que parecían más teólogos que economistas y que creían ciegamente en algunas de estas ideas que a nosotros nos parecían inadecuadas.

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Además, en economía se debe intentar conseguir un fin mutable, ya que las cosas están cambiando continuamente y la economía no es otra cosa más que la manera en que las personas desempeñan ciertas actividades a lo largo de su vida. Pero no desempeñan esas actividades de la misma manera siempre; cambian, y, de hecho, una de las cosas que intentamos hacer en Estados Unidos es cambiar la actitud de la gente para que piense en ahorrar e invertir, desarrollando así un crecimiento a largo plazo, olvidándose de pedir prestado y gastar, que es la actitud propia de un período inflacionista.

Cuando llegué al Federal Reserve Board llamé a Arthur Burns y le pedí que almorzase conmigo. Durante la comida le pregunté cuáles eran, según él, las cualidades más importantes de un gobernador del Federal Reserve. Lo pensó un rato, y yo creí que me iba a dar, una contestación muy complicada, y lo que me dijo fue simplemente: "Sentido común y buen juicio". Y M1 experiencia en el Federal Reserve Board me lleva a creer en esto firmemente. Es importante estudiar y consultar todas las teorías económicas, pero es igualmente importante no estar influenciado por ninguna en particular.

P. En Europa se piensa que el presidente Reagan ha cambiado completamente su política económica durante el último año y medio. ¿Cómo podría usted explicarnos este dramático cambio? ¿Cree usted que ha tenido ya efecto en la economía americana?

'Estábamos empezando a ser prisioneros de los agregados monetarios'

R. Reagan, y su equipo, llegó con ideas nuevas y muy fuertes. La idea era, por un lado, tener bajo control la inflación al ejercer una restricción monetaria, y por otro, reduciendo tremendamente los impuestos, podrían estimular la economía y el déficit no cambiaría. Intentamos explicarles que si ejercían una restricción monetaria con una política fiscal distendida, vendría un déficit muy grande, y que ese déficit lo compensamos con un alto porcentaje de dinero disponible en el sistema, que haría que las tasas de interés subieran rápidamente. Ellos se negaron a entenderlo debido a, la postura de algunos funcionarios responsables de asuntos económicos en la Administración. Esto pasó a principios del verano de 1981 y, como usted recordará, las tasas de interés subieron mucho. En ese momento empezaron a creernos y pensaron que quizá pudieran poner en práctica algo de lo que nosotros pregonábamos. Mucha gente empezó a cambiar de ideas, especialmente representantes del Congreso y algunos funcionarios de la Administración. Hablamos mucho con Jim Baker, Dave Stockwell y, por supuesto, con distintos senadores. Empezaron a comprender que había un grave problema en Estados Unidos debido a la adherencia ciega a las teorías, de los suply siders.

Por ello, a finales de 1981 y principios de 1982, mayor número de personas se iba convenciendo, y algunos de los economistas más radicales de la Administración dimitieron y, finalmente, el presidente se convenció. Fue el último en convencerse de que había un serio problema con esta política económica. El día 19 de agosto de 1982 se aprobó un decreto para aumentar los impuestos. No creo que fuera mera coincidencia el que la bolsa de valores subiera drásticamente la misma semana en que este decreto fue aprobado. Creo que había una relación entre estos dos hechos: era una indicación de que ahora, tanto la política económica como la fiscal, en Estados Unidos, se moverían en la misma dirección, que tendríamos una política de restricción fiscal y monetaria. Creo que esto sí marcó un verdadero cambio en la política económica de Estados Unidos.

Hace un par de meses empecé a preocuparme al oír a Ronald Reagan hablar de adelantar la reducción de impuestos y otras medidas similares, lo que me hizo pensar que el presidente no había comprendido dónde estaba el verdadero problema. Necesitamos que bajen las tasas de interés en Estados Unidos, pero si tenernos al mismo tiempo una política monetaria restrictiva y una política fiscal distendida, las tasas de interés serán altas; luego, para que estas tasas de interés bajen, tenemos que tener una política fiscal restrictiva.

Ha habido en estas últimas semanas una clara indicación de que la Administración, finalmente, ha comprendido que estos déficit deben estar bajo control, y que, si lo están, las tasas de interés bajarán y la economía podrá recuperarse. Por tanto, sí creo que ha habido un cambio importante en la política económica de la Administración Reagan. Creo que finalmente se están moviendo en la dirección correcta, y me siento más optimista de lo que había estado en estos últimos años, más optimista que antes de entrar en el Federal Reserve Board. Creo que vamos por buen camino: la recuperación está empezando, el pasado diciembre se considerará el punto más bajo, y estamos en el camino ascendente. Ello, por supuesto, ayudará a la crisis mundial, porque hasta que Estados Unidos no empiece a recuperarse, es muy difícil que se recupere el resto del mundo, y aunque tenemos problemas en el sistema internacional, muchos problemas que tenemos que vencer, creo que estamos en el buen camino.

P. ¿Cree usted que el cambio en la política monetaria del presidente Voleker de no seguir considerando el M1 como base de su política de objetivos monetarios haya podido influir en la baja de los tipos de interés que ha tenido lugar últimamente en Estados Unidos?

R. Yo creo que ha tenido alguna influencia. Hace más de un año, Paul Volcker y yo mantuvimos largas conversaciones sobre el hecho de que estábamos empezando a ser prisioneros de los agregados y que en la situación tan inestable en la que estábamos iba a haber grandes movimientos en estos agregados debido a lo que llamamos demandas, porque la gente va a querer retener su dinero de distintas maneras y también por las llamadas diferencias de liquidez; la gente se asusta y quiere retener su dinero en una forma más líquida y, por tanto, la relación entre los agregados monetarios y el producto nacional bruto se estaba relajando cada vez más, y de lo que se trata es de conectarlo con el producto nacional bruto.

Por tanto, el presidente Volcker creía que era necesario estudiar estos agregados monetarios y poner en práctica una política monetaria más flexible. Esta decisión se tomó aproximadamente hace un año. El presidente Volcker anunció esto al Congreso en julio. La ley dice que el Federal Reserve Board tiene que informar con detalle al Congreso dos veces al año, una en febrero y otra en julio. Por ello, cuando habló al Congreso en julio, habló de la necesidad de una mayor flexibilidad. Dijo que considerarían menos al M1, y en los últimos meses lo han estado considerando cada vez menos, porque ya no tiene tanta importancia.

El problema es que, debido a las recientes distintas modalidades de cuentas bancarias en Estados Unidos, la gente ha estado moviendo su dinero de unas a otras, y el M1 ya no es representativo. Pero la fuerza básica de la política monetaria no ha cambiado, y tengo la impresión de que la gente está un poco confundida con todo esto. El presidente Volcker sigue intentando convencer a la gente de que la fuerza básica de la política monetaria en Estados Unidos sigue siendo el tener la inflación bajo control. Es un hombre muy práctico y comprende que esto no puede hacerse de una manera demasiado mecánica, como piensan Milton Friedman y otros que viven en la teoría sin vivir en el mundo que les rodea. Lo que ha estado intentando hacer Volcker es poner la mayor cantidad posible de dinero en el sistema; obviamente, la actividad económica ha sido muy pobre, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, y, por tanto, era muy importante mantener el dinero circulando. Una lección que hemos aprendido es que en una recesión no se contiene la oferta monetaria, se la deja seguir su ritmo de crecimiento, pero hasta el punto de que se relance la inflación. Eso es lo que ha estado intentando hacer: no es su meta la tasa de interés, sino el aumento de la oferta monetaria, pero calculándolo de una manera distinta, intentando no ser demasiado técnicos. Su meta es el aumento de las non-borrowed reserves. Esto se venía haciendo antes a través del M1, y ahora se hace utilizando el M2 y el M3. Luego ha habido un cambio en política monetaria, pero este cambio radica en la técnica de la política monetaria y no en la meta básica de la misma.

'El dólar está sobrevalorado'

P. Exceptuando la inflación, que actualmente es aproximadamente de un 4% en Estados Unidos, todos los indicadores económicos parecen decir que la situación no es buena por el momento. ¿Cómo explica usted que el dólar esté tan alto?

R. El dólar ha estado debilitándose un poco en los últimos dos meses. Cuando se trata de juzgar el valor de una moneda se deben considerar varias facetas: los factores económicos, la inflación, las tasas de interés, cuentas corrientes, paridad del poder adquisitivo, y también se consideran factores psicológicos. Si únicamente se considerasen los factores económicos, el verano pasado se hubiera podido decir que el dólar estaba sobrevaluado. El problema era que el factor psicológico sobrepasaba el factor económico: la gente estaba asustada, y aunque sabía que el dólar estaba sobrevaluado, quería retener dólares para sentirse segura. No le importaba pagar una prima de seguro. Supongamos que pensaba que el dólar estaba sobrevaluado en un 10% o un 15%; mucha gente pensaba lo siguiente: "Estoy asustado por la situación mundial; Estados Unidos es el sitio más adecuado para M1 dinero; voy a invertir una cierta cantidad en dólares, aunque sé que el dólar está sobrevaluado".

La situación actual es un poco mejor, y la gente no está tan asustada; los que querían invertir en dólares ya tienen su dinero en dólares, y además, algunos de los factores económicos han cambiado. La balanza por cuenta corriente en Estados Unidos está mucho peor. Seguramente tendremos un déficit de 35.000 millones de dólares, lo que significa 35.000 millones de dólares más fuera de Estados Unidos, y, obviamente, esto hará que el dólar se debilite un poco.

P. ¿Está usted refiriéndose a 1982 o a 1983?

R. Me refiero a 1983. En 1982, el déficit por cuentas corrientes era relativamente más pequeño. Si consideramos otros factores, por ejemplo, la inflación, parece estar ya controlada en Estados Unidos, y eso tiende a fortalecer el dólar en vez de debilitarlo. Las tasas de interés se mantienen relativamente altas desde el punto de vista histórico, y eso también tiende a fortalecer el dólar, más que a debilitarlo. La actividad económica en el resto del mundo es floja y, por tanto, cada vez que la tasa de interés baje en Estados Unidos, pasará lo mismo en el resto de los países, que también intentarán de este modo estimular su actividad económica. Todos estos factores tienden a mantener el dólar alto. Mi opinión es que el dólar baje, pero no mucho. En Estados Unidos, los economistas han estado preocupados durante estos últimos ocho o diez meses por la fuerza del dólar: no querían que se mantuviera tan fuerte, porque, obviamente, esto tiende a deteriorar nuestras exportaciones y daña la actividad económica en Estados Unidos. Por otro lado, el dólar fuerte causa problemas en otros países del mundo, hace que se mantengan altos los precios para los demás países. Nosotros, en el Federal Reserve Board, queríamos un dólar un poco más débil. Tampoco creo que se quiera un dólar demasiado débil, porque si éste fuera el caso, disminuirían las importaciones, y si la economía mundial empieza a recuperarse, Estados Unidos tiene que ser la locomotora y tenemos que comprar productos a otros países para estimular su recuperación, y esto no ocurrirá si el dólar está demasiado débil. Creo que si el dólar se debilitara mucho más, causaría un problema en EE UU.

'Si pudiéramos superar la situación mexicana, estaríamos mejor'

P. La combinación del dólar fuerte y de las altas tasas de interés en Estados Unidos ha creado muchos problemas a países en vías de desarrollo e incluso a los países europeos industrializados. En la reunión de Toronto del pasado septiembre se ha visto que estos países tienen grandes dificultades para poder pagar sus deudas internacionales. ¿Piensa usted que los fondos del FMI van a poder solucionar los problemas creados por el dólar fuerte y las altas tasas de interés?

R. Creo que estamos en un período difícil y que todavía nos falta mucho por pasar. Espero que en el plazo de dos años habrá un replanteamiento y renegociaciones con unos quince o veinte países. Creo que hemos pasado el período crítico. Argentina y México fueron los países más problemáticos; Argentina, porque creo que si algún país no iba a poder hacer frente a sus deudas, ése era Argentina; acababa de estar en guerra con el Reino Unido; Estados Unidos había apoyado al Reino Unido en esa guerra; la mayor parte del dinero que debía era al Reino Unido y a Estados Unidos; todo ello contribuyó a que no pudiera hacer frente a sus deudas. Creo que, aunque todavía no han hecho frente a sus deudas, podrán hacerlo, porque han comprendido que hoy en día ningún país puede operar sin crédito, y han recurrido al FMI para negociar un crédito y han aceptado las condiciones.

México es el mayor deudor. Por tanto, el más difícil. Si pudiéramos superar la situación mexicana estaríamos en mejores condiciones, y creo que en este tema hemos actuado bien. Se probó el sistema, y el sistema funcionó. Creo que sobrepasaremos este período, porque todos los bancos centrales de todos los países se han comprometido a mantener el sistema. Además, cuentan con las instituciones para hacerlo: el Bank International Settlemens, que está concediendo créditos-puente, que es algo nuevo; el FMI, que va a contar con muchos más activos en la forma de fondos de emergencia que se pueden conceder rápidamente. Todas éstas han sido ideas desarrolladas por Volcker. Fue idea suya también el que el BIS haya hecho el crédito-puente a México, así como la creación de los fondos de emergencia. Verdaderamente, él es capaz de hacer cosas que pocas personas en el mundo pueden hacer. Pero, además, los países miembros del FMI van a aumentar sus cuotas, y el Banco Mundial se ha comprometido a trabajar con el Sistema Federal, se ha comprometido a conceder créditos conjuntamente con bancos comerciales. Esto lo ha hecho por dos razones: primero, porque es más fácil para un país conseguir de esta forma un crédito, y segundo, porque esto ayuda a los bancos comerciales que tienen que formar parte del sistema, que se tiene que mantener unido. Es una crisis de liquidez, y tenemos que crear liquidez y hacerlo rápidamente; el BIS puede hacer eso en unos días; el FMI puede hacer entonces el crédito a medio plazo, y el Banco Mundial, a largo plazo, pero los bancos comerciales tienen que tener parte también, y así, el Banco Mundial está propiciando que esto suceda.

Creo que tenemos delante de nosotros un período difícil, pero, como ya he dicho, soy ahora más optimista que hace unos años.

'La Reserva Federal no dejará caer a ningún banco'

P. ¿Cree usted que esta crisis de liquidez podría crear problemas en algunos bancos, especialmente en los americanos?

R. El Federal Reserve no va a dejar que ningún banco importante norteamericano tenga problemas. Los resultados de algunos de estos bancos importantes pueden ser afectados, pero la institución en sí no será afectada. Todos los grandes bancos americanos que están en activo hoy día seguirán estándolo dentro de diez años.

P. Ante la crisis financiera internacional, parece que el Sistema Monetario Internacional necesita algunos cambios. ¿Qué cambios cree usted que deben introducirse? ¿Cree usted que se debería volver al sistema de paridades fijas en las monedas, por ejemplo?

R. No creo que en mucho tiempo volvamos a un sistema de paridades fijas. No creo que sea posible. ¿Cómo se podría implantar en el mundo de hoy, en que las cosas son tan efímeras? Sería imposible volver al patrón oro. ¿Cómo se podría fijar el valor del oro? Si se hace en base al dólar, ¿cómo se fijaría la paridad y qué sistema se usaría? ¿Cómo se podrían mantener estas dos constantes? Yo creo que no es posible a estas alturas, y pienso que un sistema de flotación es el único posible actualmente.

En cuanto a reformas en el Sistema Monetario Internacional, creo que algunas de estas reformas ya están teniendo lugar; usando el BIS de distinta manera a la que se había usado anteriormente se está recurriendo más a menudo al FMI; todo el mundo reconoce que tiene que ser una institución con más activos. El Banco Mundial también se está usando de distinta manera. Creo que las reformas ya se están haciendo, y, francamente, siempre he tenido mis dudas sobre esos planes magníficos y estas maravillosas ideas teóricas que la gente tiene sobre un nuevo sistema monetario internacional. No creo que nadie sepa lo suficiente como para hacer esto. El mundo en que vivimos es demasiado complejo. Creo que necesitamos más cooperación y más coordinación entre los bancos centrales, pero ya estamos consiguiendo mucho en este aspecto. Volcker está trabajando mucho en esto, habla con los bancos centrales continuamente. Todos los bancos centrales y todas las instituciones internacionales están trabajando conjuntamente

'La crisis del 29 puede repetirse'

P. Entonces, ¿usted es de la opinión de que la crisis de 1929 no se repetirá?

R. No diría que no hay ninguna posibilidad de que pueda suceder, sino que la posibilidad es muy remota, hay muchas diferencias. En realidad, yo diría que la situación en Estados Unidos era peor que la de 1929, pero que lo que pasó en 1929 es que una recesión, digamos leve, degeneró en un colapso económico debido a una pésima política económica y que carecían de unos servicios de los que ahora disponemos: en primer lugar, en Estados Unidos tenemos ahora subsidio de paro y seguridad social; en segundo lugar, el Federal Reserve Board actúa como último garante, y no va a permitir que los grandes bancos quiebren. Durante la depresión, en Estados Unidos, 3.500 bancos quebraron, mientras que el año pasado sólo quebraron 35. En tercer lugar, el Federal Reserve y otros bancos centrales del mundo piensan que lo único peor que la inflación es la deflación, y no van a permitir que la oferta monetaria disminuya, y, afortunadamente, no estamos en el sistema del patrón oro. Uno de los grandes problemas del patrón oro es que la gente puede querer comprar oro aunque sepa que está sobrevalorado, porque puede asustarse, y eso fue lo que ocurrió en la depresión; la gente se asustó mucho, compró oro, lo que originó una salida de dólares en el sistema; la oferta monetaria bajó, como tiene que pasar con el patrón oro. Si la cantidad de oro en el Banco Central disminuye, se produce un descenso en la oferta monetaria, pero en este momento esto era justo lo que no había que hacer, y hoy en día sabemos lo suficiente para no hacerlo.

Y finalmente, y éste puede que sea el punto importante, el problema del proteccionismo. Creo que en el mundo actual entendemos cuán peligroso puede ser el proteccionismo si actuamos como se actuó en Estados Unidos durante la depresión. Lo que hoy en día no podemos hacer es disminuir más todavía la actividad económica mundial, y eso es lo que hace el proteccionismo, luego es vital que continuemos con el mercado libre. Creo que todo el mundo está de acuerdo en esto y que no volveremos a caer en los mismos errores. Bueno, usted me dice que hay alguna posibilidad. Sólo sería posible si Estados Unidos aprobara, por ejemplo, una ley poniendo unas tarifas aduaneras altísimas en muchos productos y otros países hicieran lo mismo,

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