La despenalización del aborto

Católico y por mi profesión al servicio del pueblo, pretendo apoyar lo que leo en el editorial de EL PAIS en este 27 de enero, transcribiendo preguntas que se me hacen sobre el caso.1. ¿Qué diferencia hay entre pecado y delito? El pecado parece ser que va contra la conciencia, y de ello enseña la Iglesia; el delito va contra el bien común de la sociedad, y por ello lo condenan las leyes dictadas por los poderes civiles. Si es así, pregunta, ¿por qué no aclaran y arman el lío padre?

2. ¿No se dan entonces casos en que hay pecados que no son delitos y delitos que no son pecados? Y como ejemplos populares, ¿una mentira con perjuicio de persona es delito? ¿Y un odio, incluso con reyerta a tortazos? Y también: ¿es pecado el contrabando, con intención de pagar la multa si te cogen? Y la limosna, cuando la mendicidad está prohibida, y hasta lo de pagar el impuesto revolucionario para que no se metan con uno o salvar la vida del hijo?

3. ¿La despenalización significa aprobación y defensa de lo que se despenaliza? Y ponen ejemplos ¿el indulto de un ladrón aprueba el robo? Y en línea familiar: cuando un padre levanta el castigo al hijo que llega tarde y, por tanto, se queda sin cenar, ¿aprueba la tardanza?

4. ¿Despenalizar se identifica con legalizar? ¿Comúnmente se entiende que las leyes imponen algo: el impuesto fiscal, el servicio militar ... ?. Pero el que despenaliza no impone ni obliga a nada.

5. Por último: a un ente programado, como escribía un obispo, "para ser humano", ¿se le puede aplicar ser sujeto de derechos, comenzando por el de la vida? Por que incluso algunos dicen que el mismo bebé tiene necesidades mejor que derechos. El verdadero sujeto de derechos es, por ejemplo un soldado enviado a matar en una guerra. ¿El Gobierno que lo envía es entonces un criminal caído en excomunión? Demasiado conciso y elemental, pero como así ponen sus preguntas tantos, ruego a los doctos y entidades que, a ser posible, iluminasen y respondiesen con la misma concreción a tales interrogantes y demandas. Gracias anticipadas. / Juan Francisco de la Torre.