Ascensos con nuevos criterios

Los ascensos acordados por el Consejo de Ministros de ayer, salvo el del general Manuel Vallespín González-Valdés, quedan fuera de la estricta mecánica de los escalafones, hasta ahora inalterables, por los que han venido ordenándose las promociones al término de los cursos de las Academias Generales. Su análisis permite deducir que, por primera vez, han sido aplicadas las estipulaciones de la "Ley 48/1981, de 24 de diciembre, de clasificación de mandos y regulación de ascensos en régimen ordinario para los militares de carrera del Ejército de Tierra" y del decreto 2637/1982, de 15 de octubre, por el que se desarrollan.El sistema de clasificación para los ascensos que se inicia en el Ejército de Tierra tiene ya una larga implantación en la Armada y había sido introducido parcialmente en el Ejército del Aire. Quienes han seguido de cerca su funcionamiento le atribuyen virtualidades claramente superiores a la mera inercia de los escalafones. El nuevo sistema tiende a introducir una dinámica profesional, basada en los incentivos de dedicación, estudios y méritos para cuya valoración objetiva se han tomado cuidadosas precauciones y frente a cuyos resultados, siempre cursados con absoluta reserva si fueran excluyentes, cabe la formulación del oportuno recurso.

Los criterios aplicados en esta ocasión por el Consejo Superior del Ejército en la confección de "los cuadros de elección para el generalato" parecen vencidos en favor de los diplomas. La experiencia de la Armada permite advertir la preeminencia otorgada en los baremos al mando de buques, para el que otorga las designaciones correspondientes el Almirante Jefe del Estado Mayor (AJEMA). En el Ejército de¡ Aire las normas de clasificación han tenido hasta el presente una vigencia parcial. En efecto., las promociones han sido clasificadas para el ascenso por la Junta competente, pero luego los ascensos individuales entre los declarados aptos se han propuesto por orden de antigüedad sin atender a la puntuación obtenida por cada tino de los candidatos.

Narcís Serra, al optar por la puesta en práctica de¡ sistema legalmente ordenado, no renuncia a las atribuciones plenas de orden superior que competen al titular del departamento de Defensa y, finalmente, al Gobierno en la concesión de los sucesivos empleos de la carrera militar. Al ministro le aguarda una trascendental tarea para racionalizar la pirámide del mando en el Ejército de Tierra, cuyas existencias apiladas por grados sucesivos de orden creciente dibujan hoy la figura de una hucha de ancho vientre, con más capitanes que tenientes y, en algunas armas, mas comandantes que capitanes. Sin contar la superabundancia de coroneles, más de 1.300, que en una proporción muy significativa carecen de destino efectivo En cuanto al generalato el ascenso de todos los integrantes de la I promoción de la Academia General Militar de Zaragoza se ha hecho con abierto perjuicio para los de la II y III promociones.