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Se impuso la lógica y bajaron los índices

Una vez más, la lógica se impuso, y tan sólo representó el inconveniente de dejar en evidencia a una buena parte de los medios interesados en calentar los mercados de valores. Ni las espectaculares subidas del pasado martes guardaban relación directa alguna con lo que representaba la realidad bursátil ni ésta resultaba propicia a semejantes alegrías.El análisis de la situación que se generaba ayer resulta bastante simple. De la misma manera que, en la reunión precedente, la mayor parte de los gestores de las carteras más importantes frenaban sus órdenes (le venta y asistían complacidos al espectáculo que proporcionaba una demanda nerviosa y nunca suficientemente bien justificada que generaba importantes mejoras en los precios de los valores más significados, ayer, estos mismos especialistas decidieron no ser los últimos en materializar las diferencias positivas generadas, y se lanzaron a un abierto proceso de ventas, en el que a las pérdidas que pudiesen experimentar los precios de los mismos valores que el día anterior se exaltaban no se les daba mayor importancia.

Las pérdidas que ayer reflejaban la mayor parte de los valores contratados se consideraban, en medios especializados, una consecuencia lógica de las alegrías del día anterior. lo más que se llegaba era a atribuir un cierto nivel de responsabilidad a las juntas sindicales de las respectivas bolsas, y en especial, a la de Madrid, como mercado más señero, por aceptar comportamientos como los que ayer protagonizaron algunos valores.

En este sentido se citaba, por ejemplo, el caso de Explosivos, que el pasado martes pasó de una situación de demanda, aparentemente clara al 13%, al 11,5% con papel que se marcaba ayer. La tolerancia para aceptar esta posición, lógicamente, no tiene un gran sentido, máxime cuando, en el propio corro, las posiciones aparecían enfrentadas entre el 12,5% que planteaban los compradores y el 13% al que los vendedores querían colocar sus acciones. Antes de cerrar la operativa ordinaria se llegó a un principio de acuerdo entre las dos partes y se aceptó el 137% como lugar de encuentro. Sin embargo, la abundancia de órdenes compradoras fue utilizada como argumento para evitar este cambio.

Lo cierto es que, a nivel de órdenes vinculantes de compra, en la mañana de ayer no llegaba ni siquiera a 5.000 títulos lo que restaba por cumplimentar del día anterior. Todas estas órdenes de compra aparentes se habían difuminado como el humo al terminar la reunión del pasado martes, y ello debía de ser conocido por los responsables del mercado.

Lo que viene ocurriendo es que se asimila la subida de la Bolsa a una mejora en el panorama general financiero, y tan pronto como se presenta la oportunidad de ofrecer unas diferencias positivas importantes no se duda en aprovecharlos e incluso alentarlos, descuidando el efecto de desconfianza que ello genera entre los ahorradores cuando a un alza eufórica sucede una importante caída.

Por sectores, las químicas y las eléctricas fueron las más afectadas por los recortes de ayer, correspondiéndose directamente con los sectores que protagonizaron las mejoras más importantes de la reunión anterior. Los bancos, por su parte, continuaron mostrándose firmes ante los envites de los vendedores.

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