Europa se plantea el futuro aerospacial entre 1990 y 1995

Por primera vez, Europa se dispone a estudiar su política espacial a largo plazo para los años 1990-1995 y posteriores. La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció esta semana, en París, que acababa de ser autorizada por nueve de sus Estados miembros a consagrar 11,1 millones de dólares (1.443 millones de pesetas) a estudios de prospectiva en este tema.

En 1982 se constituyó un pequeño grupo de cuatro personas en el seno de ESA para informar a la industria aeroespacial europea de las perspectivas en cuanto a futuros sistemas de transporte tierra-espacio, la creación de estaciones orbitales, la cooperación con Estados Unidos, etcétera. La existencia de este grupo de reflexión acaba de ser oficialmente reconocida por los países miembros de la organización, de los cuales nueve decidieron el pasado 14 de enero suministrar esos 11,1 millones de dólares, que representan el mínimo requerido para desarrollar el programa preparatorio en materia de sistemas de transporte espacial a largo plazo.De hecho, este grupo, que trabaja ya en colaboración con grandes empresas industriales alemanas y francesas, ha puesto a punto el proyecto de cohete para la década próxima, cuyo primer cuerpo será recuperable mediante paracaídas o llevará alas para permitir su retorno en vuelo automático hacia una pista elegida de antemano. Según los especialistas del grupo, el concepto de nave espacial norteamericano se convertirá en obsoleto en pocos años, como puede pasar también con las estaciones orbitales industriales habitadas.

La presencia del hombre no es de hecho obligatoria en estas instalaciones, donde los robots fabricarán de forma automática los materiales o medicamentos.

'Patata electrónica'

Un ingenio electrónico que tiene el tamaño, la forma y hasta el aspecto de una patata ha sido desarrollado por ingenieros agrónomos de la Universidad estatal de Pensilvania para ayudar a los agricultores y transportistas a prevenir el daño a los túberculos. La patata electrónica se coloca en uno de los sacos o contenedores de patatas y se trata exactamente igual que ellas.El ingenio emite señales cuando no le son favorables las condiciones de transporte o almacenamiento, señales que son interpretadas por los técnicos para evitar que los tubérculos resulten dañados.