Dramática situación en el éxodo de los ghaneses expulsados de Nigeria

La insuficiencia de los medios dispuestos por las autoridades de Ghana en el puesto fronterizo de Aflao, entre Togo y Ghana, comenzó a perturbar ayer el retorno de los refugiados ghaneses expulsados de Nigeria.Cientos de miles de ghaneses habían emprendido el camino de regreso a su país, tras la decisión del Gobierno de Lagos de expulsar a los inmigrantes ilegales de Nigeria.

El Consejo Provisional de Defensa Nacional de Ghana decidió abrir el paso de Aflao, que permanecía cerrado desde hace cuatro meses, para posibilitar el regreso de los expulsados, que una vez en Ghana son alojados en campos especiales de recepción.

Cuando cerca de 150.000 refugiados provenientes de Sanvé-Condji habían franqueado, en las primeras horas de la tarde de ayer, la aduana situada a la salida de Lomé, la carencia de vehículos en la región ghanesa paralizó prácticamente el regreso a su país, impidiendo su evacuación hacia Accra.

Manifiestamente desbordadas por esta riada humana, que se concentra en Aflao desde hace más de veinticuatro horas, las autoridades ghanesas no han medido hasta ahora la amplitud del fenómeno, que afecta a más de un millón de ciudadanos ghaneses.

Para facilitar la evacuación de los refugiados, Togo ha requisado varias decenas de camiones que estaban esperando su carga en el puerto de Lomé.

La situación en el puesto fronterizo de Sanvé-Condji, que era dramática a causa de la falta de agua y de alimentos para las 200.000 personas que esperaban la evacuación, ha mejorado un poco, pero sigue siendo preocupante ya que, tras el anuncio emitido el sábado de la apertura del puesto fronterizo de Aflao, situado en la dirección Lagos-Cotonú-Lomé-Accra, y único puesto fronterizo terrestre abierto en Ghana actualmente, los refugiados ghaneanos que habían llegado a Cotonú se precipitaron hacia Sanvé-Condji con la esperanza de llegar rápidamente a Aflao. Esta esperanza se transforma con frecuencia en decepción, hasta el punto de que ciertos refugiados tratan de volver a Lomé escondiéndose en los camiones que regresan vacíos a Togo, después de haber descargado a sus pasajeros en lugares situados a pocos kilómetros más allá del interior de Ghana.