Hacienda y yo
Comparto con mi marido la dirección, el trabajo, los disgustos y sinsabores de una pequeña empresa con ocho trabajadores, sin contarnos a nosotros mismos; nuestra actividad: servir copas, sonreír y hacerlo todo lo honradamente que se nos permite. Llevamos cuatro años en la brecha del salir adelante y nos creíamos eso de que hay que generar empleo. Empezamos con cero pesetas, pidiendo préstamos (altísimos, por cierto, en intereses), y todo porque encontrar un empleo recién acabada la carrera de Sociología de mi costilla era como hallar una aguja en un pajar.Por supuesto, hemos pagado la novatada de la honradez. Si llego a saber lo que es esto, palabra que me hubiera marchado con mis dos hijos a cuidar cabras en los Picos de Europa. Pero siempre me dije que habíamos adquirido un compromiso al convertirnos en empresarios, que mi ética personal y mis convicciones ideológicas de izquierda (aunque ya no militante) me obligaban a no mandar todo a la porra y seguir cumpliendo los pagos, los vencimientos, las nóminas y los intereses.
¿Cuál no sería mi asombro cuando, después de todas estas dudas (sin superar, por cierto), me encuentro asediada por los inspectores del Ministerio de Hacienda (que no somos todos)? No sé ya, después de presentar mis papeles, doscientas comprobaciones, si piensan que somos unos vulgares chorizos o unos Onassis solapados. Lo que sí sé es que estoy hasta las narices de aguantar, de ser la idiota de turno y pagar (no sólo es dinero) cuando los todopoderosos se escabullen, que ya no estoy por generar empleo, que en cuanto pueda, que será ya, dimito con o sin compromisos y me voy al campo a buscar una fórmula de existencia que me permita vivir en paz, al menos conmigo misma. Amén. / .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El temporal deja inundaciones en Málaga y mantiene en aviso naranja a cuatro provincias
Una oposición desnortada en la Comunidad Valenciana
Claves de la reunión de Trump y Zelenski para consensuar el acuerdo de paz en Ucrania
La política de hijo único castiga a China: por qué la caída de la natalidad preocupa cada vez más al Gobierno
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Desaparecidos cuatro españoles de una misma familia de Valencia en un naufragio en Indonesia




























































