La Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa despide con pesar a Areilza
ENVIADO ESPECIAL, José María de Areitza, ex ministro de Asuntos Exteriores español, presidió ayer, por última vez, la inauguración de la sesión ordinaria de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. La pérdida de su escaño de diputado en el Congreso de Madrid le obliga a dimitir como presidente de la Asamblea europea. En la sesión inaugural de ayer, todos los portavoces de los grupos parlamentarios manifestaron el "profundo pesar" causado en el Consejo de Europa por el final prematuro, cómo presidente, "del gran combatiente de la libertad y de la democracia, que ha conseguido darle brillo a esta institución".
El día de ayer, en el cual se inició la 34ª sesión ordinaria de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, quedará marcado en la historia de dicho organismo con un nombre, el de Areilza, al amparo del cual, "como nunca en un foro europeo, la libertad y la democracia se han asimilado a la España contemporánea", comentó un alto funcionario al final de las intervenciones, en el hemiciclo, de los diversos grupos parlamentarios de los veintiún países que integran el Consejo.Otro funcionario de los más antiguos, que, como el anterior, prefirió que su nombre no se revelase, fue interrogado sobre lo que más ha caracterizado el mandato de Areilza: "Que ha sido demasiado corto", respondió. Desde que fue fundado, en 1949, ha habido trece presidentes de la Asamblea Parlamentaria.
Uno tras otro, durante la sesión inaugural de ayer, todos los portavoces de los grupos parlamentarios postergaron los temas del día para centrar sus intervenciones en un homenaje común al aún presidente.
Un gran presidente
El representante de los socialistas subrayó que soslayaba totalmente el orden del día para "homenajear al gran presidente que usted ha sido y que seguirá siendo en nuestro recuerdo".Los democristianos, como todos los demás grupos, se quejaron de "que se nos haya privado de un presidente como usted en el Consejo", añadiendo, respecto a su futuro: "Lo que todos deseamos en este hemiciclo es que su dedicación a la causa política y a la europea no termine hoy". Un británico, en nombre de los liberales, lo calificó como "el mejor defensor de la democracia en Europa".
Los oradores coincidieron al exaltar el "realce que ha conseguido el Consejo de Europa bajo su presidencia", y en recalcar la importancia de la conferencia de Estrasburgo, que, por iniciativa de Areilza, se celebrará el próximo mes de octubre en el Consejo.
Esta conferencia, por primera vez, reunirá a todos los países democráticos del mundo con el fin de "buscar los medios de consolidar la democracia de cara a los desarlos y amenazas, como el terrorismo y el desempleo" según palabras del propio Areilza en su discurso de ayer en el hemiciclo.
Este discurso fue el último de su mandato como presidente, iniciado el mes de mayo de 1981. En el mismo, denunció el resurgimiento del "nacionalismo y del proteccionismo en Europa occidental" invitando a los Gobiernos a apoyar "un nuevo proyecto cultural que permita a los veintiún países del Consejo de Europa enfrentarse con "la realidad de los cambios tecnológicos y científicos de la sociedad contemporánea". José María de Areilza agradeció de manera simple y escueta todo lo que en su honor se dijo en el Consejo europeo. Y en su alocución definió la sociedad europea como una entidad "basada en un conjunto de valores inmutables, como el respeto de las libertades, libertades fundamentales, el estado de derecho, la justicia social y la democracia pluralista, consagradas en el convenio europeo de los derechos humanos".
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