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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ser carroza a los treinta

A los treinta y pico de años ya se han creado los lazos de muchos compromisos. Las parejas se han unido como siempre y quienes creían que podían haberse salvado del esquema se encuentran repitiendo los tópicos del modelo. De nuevo, pues, el pequeño escarceo adúltero, las mentiras, las crisis, la soledad. Se va conformando lentamente la tragedia inevitable de la vida en común; en ocasiones, para hacerlo más soportable, surgen los paréntesis, breves momentos de paz en los que se recuerdan las viejas promesas. Los cónyuges se permiten una tregua. Pero la monotonía destapa otra vez la crisis, a la espera de un próximo paréntesis.Uno de los personajes de la película (el que interpreta con sentido del humor Eusebio Poncela) no quiere entrar en la rueda. Se sabe unido a una mujer, pero resiste cuanto puede la obligación de vivir con ella. Aunque él es una parte del mismo engranaje, el director, Simó Fábregas, que con Entre paréntesis hace su primera película, encuentrn alrededor de este personaje las mejores situaciones de su comedia; sobre todo, porque alrededor de él se encuentra Victoria Abril, la novia, que muestra una vez más su innegable talento para la interpretación. Mater amatísima y La colmena son recientes pruebas de su sensibilidad para hacernos entrañables los personajes que encarna. Algunas situaciones de Entre paréntesis le hacen ahondar en su papel más allá que sus coimpañeros. aunque Carmen Elías sabe muy bien cómo secundarla en su trabajo.

Entre paréntesis

Guión y dirección: Simó Fábregas. Fotografía: Antonio Piñero. Música: Ricardo Miralles. Intérpretes: Victoria Abril, Eusebio Poncela, Carmen Elías, Carlos Velat. Comedia. Española, 1982. Lolcal de estreno. Azul.

Resultados desiguales

La comedia que intenta Simó Fábregas obtiene resultados desiguales. quizá porque los matices que quiere aportar a esta anécdota de dos parejas amigas no se aplican a situaciones de mayor interés. Si bien su puesta en escena tiene la dignidad de quien conoce bastantes elementos de la dramaturgia cinematográfica, la ausencia de un objetivo más ambicioso debilita el interés por las peripecias de sus personajes.Hay una cierta moda entre los jóvenes cineastas españoles por tratar en el cine, en clave de comedia, los conflictos sentimentales de los miembros de su generación y clase. En general, el punto de vista que aplican es autocomplaciente. Entre paréntesis se conforma con ello, sin escarbar en nuevas posibilidades

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