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García Navarro: "La música llega por los gestos del director"

Estreno de la última obra de Moreno Torroba

El director de orquesta Luis Antonio García Navarro, valenciano de 42 años, estrenó anoche en el teatro Real, de Madrid, la composición Fantasía castellana, de Moreno Torroba, en un programa de homenaje póstumo al maestro, junto a la primera interpretación de la Orquesta Nacional de España de Los planetas, de Holst, y Scherzo fantástico, de Stravinsky. El maestro García Navarro, que repetirá el programa hoy y mañana, opina que "en un concierto la música llega a través de los gestos y la figura del director".

El homenaje a Moreno Torroba, con el estreno mundial de su última composición, Fantasía castellana, tuvo para el director Luis Antonio García Navarro una mayor emotividad al recordar a su 'gran amigo', al que conoció con motivo del estreno, en junio de 1980, de la ópera El poeta, cuya orquestación está en línea con esta pieza para piano y orquesta. La última, actuación en público del compositor se celebró el pasado verano durante el recital de Plácido Domingo en la Ciudad Universitaria de Madrid, cuando García Navarro le invitó a dirigir la mazurca de las sombrillas de Luisa Fernanda.

García Navarro ha dirigido la Orquesta y Coro Nacionales de España dentro de una apretada agenda de compromisos internacionales, donde figuran contratos firmados hasta octubre de 1985. Los conciertos y óperas de los últimos meses tienen como conjuntos musicales y ciudades a la Filarmónica de Los Angeles, la Orquesta Sinfónica de la radio de Stuttgart, Orquesta de la Opera de Montecarlo, la Sinfónica de Berna, la Opera de San Francisco y la Opera de París, donde recientemente dirigió, Carmen con Teresa Berganza.

Como proyectos inmediatos, la próxima semana, dirigir Tosca en el Covent Garden, de Londres, con Luciano Pavorotti, y a continuación París, con la Orquesta Nacional Francesa, y Estados Unidos, con la Filarmónica de Los Angeles. El próximo mes de agosto, debutará en el Festival de Salzburgo.

"Lamento no poder dirigir más en España", dice García Navarro, "pero mis planes de trabajo ya están establecidos con un adelanto de tres o cuatro años, lo que es normal en el extranjero. Aunque no conozco muy bien la situación en España, son momentos de muchos cambios, que también afectan a las orquestas. Creo que es bastante grave que el funcionamiento de las entidades artísticas dependa de los cambios políticos".

Lo que sí ha observado García Navarro es un mayor interés del público por acudir a los conciertos y, sobre todo, "la fiebre por la ópera", donde destaca la labor desarrollada por el Liceo de Barcelona y el Festival de Opera de Madrid. "Donde no hay duda es en la necesidad de que la capital de España tenga un teatro de la ópera de gran capacidad, y que haya una mayor oferta de música sinfónica, reducida a Madrid y Barcelona".

El director es la estrella

El maestro García Navarro destaca su temperamento, "como buen latino", en la dirección de orquesta, "una profesión que con los años se va perfeccionando su arte, hasta conseguir la madurez a los 60 años, aunque depende mucho de las condiciones físicas, ya que es un trabajo agotador"."Hoy en día el director es vedette y el público cuenta mucho. El director tiene que reflejar la música a través de las expresiones, con un gesto claro, estéticamente, y unos movimientos adecuados a la música. A pesar de la difusión de los medios audiovisuales, no creo que el director sea la estrella; tiene gran parte de responsabilidad y creatividad, pero la estrella es el compositor, el que ha creado la obra".

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