Convergència antepone su nacionalismo a la 'operación centro' de Roca

R. J., Las críticas al "continuo incumplimiento" del programa electoral socialista y una redefinición del papel de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC) en una eventual reconstrucción del espacio político centrista, constituyeron los ejes de la reunión que el pasado fin de semana celebró el Consell Nacional del partido que lidera el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. CDC parece inclinarse por anteponer su carácter de partido nacionalista catalán a la articulación de un centro a nivel de toda España que defiende el propio dirigente del partido, Miquel Roca.

En una conferencia de Prensa, Antoni Comas, delegado en el partido del secretario general de CDC, explicó ayer el alcance de la resolución sobre la actuación del Gobierno aprobada por el Consell Nacional. Las propuestas lanzadas por Roca, encaminadas a vertebrar una opción de centro en España, fueron analizadas por el Consell Nacional de CDC que, a tenor de lo expuesto por Antoni Comas, resituó esta iniciativa en unas coordenadas de menor protagonismo convergente.

Comas quitó trascendencia a la pregunta del conseller nacional Xavier Vela, en la que se cuestionaba la definición centrista del partido, y aseguró, sin embargo, que CDC era ante todo "el partido nacionalista de Cataluña". El delegado del secretario general añadió que la necesaria reconstrucción del espacio centrista a nivel de Estado podía tener en CDC un "avalador", ya que ello no era ni "una responsabilidad propia" del partido ni "una iniciativa personal".

Sobre la acción del Gobierno, CDC expresa su preocupación por el incremento de la presión fiscal y demás medidas de aumento de precios y costos que, en su opinión, pueden tener una repercusión negativa en la capacidad adquisitava de los ciudadanos, "amenazada por un alud inflacionista", y en una disminución de la inversión industrial y comercial, "que puede traducirse en un peligroso aumento del paro".

El Consell Nacional de CDC se alineó con las posiciones críticas expresadas por Miquel Roca, mucho más duras que la posición institucional que mantuvo Jordi Pujol al término de su reunión con el presidente del Gobierno, Felipe González.