Italia o el 'cancer' de los secretos de Estado
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
El caso Bulgaria, desató una febril actividad en la Prensa mundial. Y alertó a las dos grandes potencias, Estados Unidos y la URSS. Y ahora que parece que todo está a punto de aclararse con la decisión que deberá tomar en los próximos días el juez llario Martella, responsable de la investigación judicial sobre el atentado contra el Papa, la información se ha desinflado de repente, como si ya nadie creyera en la gran polvareda levantada por el tema en los primeros días. Y la impresión es la de siempre: ¿se sabrá si de verdad hubo o no pista búlgara en el atentado contra Juan Pablo II?¿A qué se debe esto? ¿Se trata únicamente de una superficialidad a la italiana en el enfoque del caso? El problema es mucho más de fondo y lo acaba de plantear la revista Panorama con una importante investigación que intenta analizar el por qué en este país nunca se llega al fondo de los problemas y nunca se descubre la verdad de nada.
Y la respuesta es una sola: todo se debe, según la importante revista, a la "plaga de los secretos". Afirma Panorama que se trata de un cáncer nacional. Italia es un país en el que el martillo del secreto golpea a todos: militares, magistrados, periodistas, políticos, sindicalistas y hombres del Gobierno.
Esta arma es la que acaba muchas veces matando la buena voluntad de quienes se empeñan en querer revelar la raíz de un escándalo. El llamado secreto de Estado es fortísimo. Cuando un juez, un periodista o un militar quieren ahondar en un problema, se encuentran siempre con el mismo muro delante: "Secreto de Estado". Es tan fuerte y tan amplia esta ley del secreto que ha sido considerada como "la segunda naturaleza del sistema institucional". Existe un secreto para cada una de las categorías de los ciudadanos y estos secretos acaban enfrentándose entre ellos.
Y en muchas ocasiones este secreto de Estado ha sido explotado políticamente cada vez que se ha querido dejar en el misterio uno de los escándalos. Y, puesto que existe siempre alguien interesado en que no se descubra un escándalo y también un secreto capaz de paralizar una investigación, todo terminaba al final sin aclararse.
Baste pensar que no existe hoy un solo proceso. de uno de los grandes escándalos conocidos que haya quedado definitivamente cerrado. Empezando por el caso del supuesto suicidio de Roberto Calvi, ex presidente del Banco Ambrosiano. Las autoridades británicas van en efecto a conceder la reapertura del proceso.
Nada está cerrado
Ni siquiera la terrible matanza de la plaza Fontana en Milán el 12 de diciembre de 1969, ha encontrado una solución aclaratoria. Este atentado fue el primer jalón de la lamada política de la "estrategia de la tensión".Los jueces están desesperados porque cada vez que piden consultar una fuente de información interesante que podría ser definitiva para un proceso, se les contesta que lo impide uno de tantos secretos: o el militar, o el económico, o el profesional o el administrativo o el mismo judicial.
Y lo paradójico es que a veces muchos de estos documentos negados a los jueces bajo el pretexto del secreto de Estado acaban después en manos de algún periodista, otra profesión a la que también afecta el problema del secreto. Se le pide que mantenga secretas las fuentes de su información. Se lo pide el Colegio de Periodistas, pero la Magistratura no lo admite y encarcela al periodista que se niega a revelarlo.
Al mismo tiempo, a veces ha ocurrido al revés y han sido las revelaciones de la Prensa las que han impedido a un juez o a un carabinero descubrir la pista de un escándalo. Las fuerzas del poder oculto se sirven en estos casos de las dificultades para llegar a las fuentes bloqueadas por la, red de secretos institucionales y ofrecen a la Prensa material reservado cuya publicación ha resultado, muchas veces, una maniobra de esos mismos poderes ocultos para alertar a sus cómplices contra la magistratura o para. sembrar confusión y ambigüedad.
Las armas y los 'suicidios'
Y si en Italia todo es secreto, hay una cosa que lo es aún doblemente: la venta de armas. No tiene control ni siquiera por parte del Parlamento. Es secreta la misma ley. El decreto ministerial número 504, del 20 de marzo de 1975, que regula esta materia, ha sido clasificado como secreto OTAN. Nunca ha sido publicado en la Gaceta Oficial y ningún parlamentario puede leerlo. Son también secretos los nombres de los once componentes del comité interministerial que debe dar su parecer vinculante sobre la exportación de armas.Lo que este secreto ha podido influir en toda una serie de escándalos financieros, en muchos asesinatos y suicidios llamados misteriosos, es fácil imaginárselo. Basta pensar que, según indiscreciones, el volumen económico anual de venta de armas de Italia al extranjero es de 250.000 millones de pesetas. Y, de hecho, la única cosa que va apareciendo cada vez más clara en todos los escándalos de cualquier tipo que sean es que acaban todos teniendo un común denominador: el tráfico de armas, al que se añade ese otro tráfico cada vez más imponente de la droga.
¿Qué solución puede haber ante esta plaga del secreto de Estado que según muchos observadores es lo que paraliza tantas investigaciones? Según buena parte de ellos, debería ser éste uno de los temas más urgentes de esa gran reforma institucional que ha pedido el Partido Socialista.
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