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Antoni Tàpies reivindica que todo es arte, que todo puede ser bello en la vida

En el Ateneo Barcelonés se presentó el viernes el último libro del pintor Antoni Tàpies titulado La realitat com a art (La realidad como arte). El acto contó con una presentación del filósofo y diputado socialista Xavier Rubert de Ventós. Antoni Tàpies, que no intervino, manifestó a este diario que hay que convencer a la gente de que, en la vida, todo puede ser arte, todo puede ser bello.No es ésta la primera incursión de Tàpies en el mundo de la escritura artística. Con anterioridad al libro mencionado, había publicado otros dos volúmenes de similar factura, La práctica de l'art i L'art contra l'estètica (La práctica del arte y el arte contra la estética) y una entrega de Memòria personal. En La realitat com a art, se recogen los artículos, conferencias y entrevistas que el pintor ha realizado en los últimos años. Al parecer, el libro estuvo en manos de otra editorial que, al entrar en una etapa de dificultades económicas, no lo pudo publicar. Con ese motivo, Tàpies entendió aconsejable añadir un apéndice con los cuatro artículos que sobre política cultural publicó el pasado verano y publicarlo en Laertes, una editorial que se ha caracterizado por la exquisitez de su producción literaria en catalán.

Tàpies comentó a este diario que "no soy un teórico del arte, lo único que hago es pensar en voz alta, como se dice corrientemente. Casi todos los artículos están motivados porque, en un momento dado, me daba cuenta que circulaban unas ideas que podían provocar equívocos, sobre todo entre la gente joven, y me parecía conveniente que se escuchase otra voz, que se viesen las cosas desde otro punto de vista, ni siquiera estaban hechos con el ánimo de polemizar contra una posición determinada, sino tan solo de presentar otro punto de vista que ensanchase el panorama de opiniones que puede haber sobre el mundo del arte".

El libro no constituye una reflexión teórica, como ha sido el caso de otros pintores. "No me propongo hacer una teoría del arte, pero no niego que implícitamente pueda entenderse una manera de ver el arte a través de estos textos. Por otra parte, como que yo no me he dedicado a la enseñanza, como hicieron Kandinsky o Klee, no me he propuesto ninguna sistematización".

El libro de Tàpies contiene unos apartados dedicados a la política cultural en los que critica todo tipo de dirigismo cultural y donde se analizan algunos errores de la política cultural de la Generalitat. "Sí, en el libro hay un artículo que se titula La Cultura de la Generalitat, pero he procurado siempre generalizar las cosas y no hacer crítica sobre unos aspectos demasiado determinados, porque intento que las cosas tengan validez para más lugares y para más tiempo, y, aparte de alguna pequeña crítica que haya podido hacer la Generalitat, también directa o indirectamente las he dirigido a los gobernantes de izquierdas. No es tanto una crítica por su actuación concreta, si no por su posible actuación en general". Confiesa que respecto a la creación artística no cree demasiado en la política cultural: "Pienso lo mismo que decía el pintor Dubuffet, cuando se inventaron los ministerios de Cultura. Podría suceder lo mismo con la creación cultural, aunque para otras cosas pueden ser muy útiles. Pero es bien sabido que su intervencionismo demasiado directo puede inducir a los artistas a trabajar en un sentido determinado y eso puede ser negativo, sea del color que sea".

Imagen de la cultura

Opina que existe un peligro de que la imagen de la cultura catalana cambie, "no creo que sea un hecho, sino una manera de presentar este hecho. Si la cultura catalana fuese presentada de otra manera, desde un punto oficial, me parece que haría un mejor papel del que ofrece actualmente. Más que por falta de elementos creativos, me parece que existe una falta de imagen". Tàpies observa con un mesurado optimisimo la situación del arte en Catalunya. "Seguramente estamos pasando el bache que atraviesa todo el mundo, hubo unos años en los que se dijo que la pintura y la escultura se habían acabado. Afortunadamente, se produjo una reacción en contra decidida contra esa afirmación, y quizá actualmente hay incluso una excesiva proliferación de pintores. Lo de que la pintura se ha muerto, ni soñarlo. Aquí hay jóvenes muy interesantes, y pienso que sucederá lo mismo que siempre. Hay unas modas que dicen blanco y otras que dicen negro, pero el tiempo irá filtrando las cosas de cada movimiento".

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