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Se subleva una comandancia militar salvadoreña

La comandancia militar del departamento salvadoreño de Cabañas se rebeló en la noche del jueves contra su ministro de Defensa para evitar que su comandante, el teniente coronel Sigfrido Ochoa Pérez, deje su cargo y sea transferido a la embajada de su país en Uruguay. El rebelde ha logrado el "apoyo moral" de un batallón especial antiinsurgente.En declaraciones a la agencia Efe, Ochoa señaló que exige la dimisión del titular de Defensa, general José Guillermo García, a quién reprocha ser el "hombre fuerte" del régimen y convertirse "en un Pinochetito". García calificó a Ochoa de "hombre corrupto" y de "pequeño Hitler" que ha ascendido maniobrando. Los observadores opinan que se trata de una rebelión derechista dentro del propio régimen de igual orientación.

Un capitán que decía representar oficiales de uno de los tres batallones entrenados en los Estados Unidos para la lucha anti-guerrillera -el que está basado en Usulutan, a unos noventa kilómetros al sureste de San Salvador- señaló que su guarnición ha prestado su "apoyo moral" al teniente coronel Ochoa. Este batallón, prosiguió el citado capitán, quiere que Ochoa siga a la cabeza de sus tropas, asegurando que no obedecerá orden alguna para atacar al rebelde. Ochoa, por su parte, indicó que cuenta con el apoyo de 1.200 soldados y espera la adhesión de otros destacamentos del país.

Ochoa indicó que en la orden de las Fuerzas Armadas del pasado 31 de diciembre se le trasladaba a otro puesto, como agregado militar en la embajada de El Salvador en Paraguay, decisión que calificó de "injusta" ya que -según dijo- él había logrado "integrarse con la población de Cabañas". Ochoa dirigía desde aproximadamente un año la zona militar número dos de Sensuntepeque.

No se trata de un golpe de Estado, según el teniente coronel, quién afirmó que fueron sus tropas y oficiales los que le pidieron que se mantuviese en su cargo y que se rebelase contra el ministro de Defensa. Ochoa declaró que su destacamento tiene cortadas las comunicaciones por radio y por teléfono con los mandos en la capital y que sus unidades mantienen ocupado todo el territorio de Cabañas, esperando la dimisión del general Garcia.

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