Morán y Boyer estudiaran el lunes en París fórmulas nuevas de cooperación entre España y Francia
La reunión hispano-francesa de alto nivel que se celebrará la semana próxima en el castillo de la Celle Saint Cloud, en la periferia de la capital gala, constituye el primer intento en profundidad de mejorar las relaciones bilaterales de Madrid con París, aprovechando la nueva situación creada en España tras el ascenso del PSOE al poder, año y medio después de la victoria electoral del Partido Socialista en Francia.
Por primera vez, los Gobiernos de España y Francia van a globalizar sus relaciones cuando a partir del próximo lunes, durante 48 horas, se entrevisten en la Celle Saint Cloud las delegaciones española y francesa, integradas, respectivamente, por dos ministros y dos secretarios de Estado y por tres ministros y un secretario de Estado.Por parte española participarán en la reunión los ministros de Asuntos Exteriores y Economía y Hacienda, Fernando Morán y Miguel Boyer, respectivamente, y los secretarios de Estado para las relaciones con la Comunidad Económica Europea (CEE) y para el Comercio, Manuel Marín y Luis Velasco.
Francia estará representada por sus ministros de Relaciones Exteriores, Economía y Hacienda y del Plan, Claude Cheysson, Jacques Delors y Michel Rocard, respectivamente, y por su secretario de Estado para las relaciones con la CEE, André Chandernagor.
En esta primera reunión hispano-francesa, con participación simultánea de varios ministros que se verán por separado y colectivamente, se abordarán "absolutamente todos los temas y a tumba abierta", según afirmó ayer Fernando Schwartz, nuevo director de la Oficina de Información Diplomática (OID).
En declaraciones a Radio Nacional de España (RNE), Fernando Morán señalaba ayer, por su parte, que la negociación para la integración de España en la CEE, la destrucción de las mercancías españolas que atraviesan Francia, las licencias de pesca y la acción antiterrorista serían los principales asuntos objeto de la discusión.
Fernando Morán, que está convencido de que "existe un amplio campo de cooperación entre Francia y España, y que es necesario coordinar nuestros intereses con los franceses", es favorable a extender la colaboración hispano-gala a áreas no exclusivamente bilaterales, como Latinoamérica y Oriente Próximo, donde los dos países pueden complementarse.
Es poco probable, sin embargo, precisan otras fuentes solventes, que el tema de la cooperación en la lucha contra ETA sea abordado en profundidad, porque el propio presidente del Gobierno español, Felipe González, se ha opuesto a, la asistencia del ministro español del Interior, José Barrionuevo, o de Rafael Vera, director de la seguridad del Estado, incitando a Francia a renunciar a destacar en la reunión a su ministro del Interior y Descentralización, Gaston Defferre, o al secretario de Estado galo para la seguridad pública, Paul Franceschini.
Felipe González, añaden las mismas fuentes, es partidario de tratar este delicado tema en un marco más discreto y eficaz, como el del encuentro que mantuvieron con Franceschini a finales de diciembre, en París, Rafael Vera, Rafael del Río (director general de la policía) y Txiki Benegas (secretario general del PSOE de Euskadi). Ninguna información sobre lo tratado en esta reunión trascendió a la Prensa.
La ausencia de expertos policiales en la Celle Saint Cloud no impedirá a España recordar sus tradicionales reivindicaciones sobre una mejor colaboración policial, un mayor intercambio de informaciones y una enérgica actuación contra el pago del impuesto revolucionario en Francia.
Francia parece bien predispuesta. En materia de cooperación antiterrorista, el recurso por el fiscal de la República contra la puesta en libertad, ordenada por el Juzgado de Instrucción de Bayona, del dirigente de ETA Militar Domingo Iturbe Abásolo, alias Txomin, ha sido interpretado como "un gesto de buena voluntad", según declaró a EL PAIS Julio Feo, secretario general de la Presidencia del Gobierno. El Tribunal de Apelación de Pau anuló el miércoles la concesión de libertad.
Conversación telefónica
Gaston Defferre tuvo el detalle de llamar por teléfono ese mismo día a su homólogo español para comunicarle el fallo del Tribunal y precisarle que, en caso de que la justicia hubiese tomado una decisión de signo contrario, habría ordenado su destierro en La Creuse.
Círculos cercanos a ETA en el País Vasco-francés habían propagado estos últimos días el falso rumor de que la liberación de Txomin era indispensable, porque él era el hombre designado por ETA Militar para iniciar una negociación con el Gobierno español sobre la renuncia por la organización terrorista a "la lucha armada". Pero París no cayó en la trampa, dijo Defferre, en síntesis, a Barrionuevo. La reunión de las afueras de París tendrá, como lo pone de relieve la composición de ambas delegaciones, una acentuada vertiente económica. El Gobierno socialista español, que considera cruciales los seis próximos meses de negociación con la CEE, no espera poder modificar la postura de fondo de París.
Madrid sí cree, en cambio, poder obtener una flexibilización de la actitud gala. sobre cuestiones concretas, como la concesión de licencias de pesca, sorprendentemente prolongada por un mes, en vez de dos, y reducida, a propuesta francesa, para los pesqueros palangreros, pero no para los arrastreros. "Esta situación es incómoda y absurda", dijo ayer Fernando Morán.
Miguel Boyer, siguiendo el ejemplo de Morán, propondrá a Francia asociarse a España en proyectos no exclusivamente bilaterales, como la construcción conjunta en Perú de una central térmica y un puerto cuyo importe asciende a quinientos millones de dólares (62.500 millones de pesetas).
Francia, por su parte, volverá a plantear su petición de reequilibrio de la balanza comercial y la de pagos entre los dos países, ambas excedentarias para España. Durante los nueve primeros meses de 1982, y a pesar de las devaluaciones sufridas por el franco francés, el ritmo de crecimiento de las exportaciones españolas a Francia aumentó en mayor medida (un 27,9%) que el de nuestras importaciones (un 14,6%).
La cobertura de las exportaciones españolas sobre las importaciones de Francia, nuestro primer cliente, es de un 115,6%, pero en materia agrícola asciende a 173,4%. El excedente español de la balanza comercial se eleva para los nueve primeros meses nada menos que a 45.000 millones de pesetas y el excedente de la balanza de pagos con Francia para 1981 asciende a 175.000 millones de pesetas.
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