Gestiones con las autoridades francesas para evitar los asaltos a camiones españoles

La destrucción de productos agrícolas españoles en Francia ha sido el principal asunto abordado en una reciente reunión celebrada en Perpignan, entre el prefecto de los Pirineos Orientales, Jean Keller, y el gobernador civil de Gerona, Miquel Solans.El prefecto francés manifestó su deseo de terminar con las acciones destructoras de los agricultores franceses, ante las cuales, sin embargo, se reconoció impotente. Keller argumentó esa impotencia diciendo que en unos casos los ataques ocurren en lugares fuera de su circunscripción y en otros se producen de forma tan inesperada que hacen imposible cualquier intervención de las fuerzas del orden.

Horas antes de la entrevista, un grupo de agricultores franceses interceptó un camión de matrícula holandesa que, con un cargamento de escarolas españolas, circulaba por la autopista de Perpignan. Tras conducir el vehículo al centro de la capital del Rosellón desparramaron su carga frente a un centro policial. El periódico L'Independant publicó al día siguiente una fotografía en la que aparecían los agricultores franceses descargando el camión, bajo la mirada indiferente de los agentes.

El vehículo pudo continuar su marcha después que los asaltantes pintaran en los costados "Cresson: escarola española, no". Se quejaban así ante la ministra francesa de Agricultura, Edith Cresson, de la falta de respeto que hacia las preferencias comunitarias demuestran las autoridades holandesas.

La actitud violenta de los agricultores franceses está motivada, más que por la imposibilidad de vender sus productos, en su necesidad de contar con una medida de presión sobre su Gobierno para conseguir así sus reivindicaciones.

En su viaje a Perpignan, el gobernador civil de Gerona se detuvo unas horas en La Jonquera, donde mantuvo una reunión de trabajo con las autoridades aduaneras y policiales de la localidad. En esa reunión se estudiaron algunas medidas, como la de controlar la llegada de camiones a La Jonquera para evitar así la repetición de los graves hechos acaecidos en la primavera del 1981 con el cierre de la frontera por varias horas.