Peligro urbano
En pleno centro de Madrid hay un peligro latente para cualquier peatón que cruce distraídamente el puente de la Castellana, unión entre Juan Bravo y Rubén Darío, por sus aceras superiores, ya que ésta se encuentran en un estado deplorable para su uso peatonal:1. La barandilla que se supone protege es demasiado baja.
2. Gran número de baldosas están rotas o no existen.
3. Hay un bordillo de uno treinta centímetros junto a la calzada.
4. La estrechez que tiene la acera en uno de sus márgenes (una persona).
Si un invidente tratara de cruzar este puente, sería digna de elogio tal aventura, siempre y cuando llegara hasta el final sin tropezar. Ya que, si tropezara en una de esas trampas (baldosas o bordillo), o bien podría caer al vacío, dada la altura de la barandilla, o bien ir a parar a la calzada, donde los automovilistas pasan a gran velocidad, o, en el mejor de los casos, romperse los dientes, ¡con el precio de los dentistas! Claro que para que ocurra esto no hace falta ser invidente, basta con intentar cruzar. /
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