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América Latina sufre la peor crisis económica desde la posguerra

El año 1982 ha sido económicamente malo para los países latinoamericanos, según el informe del secretario general ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Enrique Iglesias, publicado ayer en las Naciones Unidas. Iglesias afirma que, en 1982, América Latina sufrió su peor recesión económica desde la segunda guerra mundial, a causa de una combinación de factores internos y externos que impidieron el desarrollo económico.

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Hay que recordar que un año antes, el secretario general de la CEPAL ya había hecho el mismo diagnóstico, el de que Latinoamérica sufría la peor crisis desde la postguerra. Entonces no había ocurrido las cadenas de suspensiones de pagos que se manifestaron durante el pasado ejercicio en países como México, Argentina, etcétera.Según el informe, el producto nacional bruto de la región se redujo en casi el 1%, lo que no había ocurrido nunca en la misma dimensión, en pasadas épocas.

La renta per cápita, que ya había bajado, aunque levemente, en 1981, siguió cayendo hasta el 3% en 1982, y esta disminución se produjo en cada uno de los países de los que se dispone de información comparativa.

El índice comercial de los países latinoamericanos no exportadores de petróleo es el más bajo de los últimos cincuenta años, falta de dinamismo económico que ha ido acompañada de un alto índice de paro en los centros urbanos.

La inflación se acelera

Como resultado principal de las subidas de las tasas de cambio introducidas en muchos países, se aceleró marcadamente la inflación, hasta el punto de que el aumento del índice de precios al consumo alcanzó casi el 85% como media, la cota más alta conseguida por esots índices en el pasado.

La balanza de pagos del sector exterior, que había mostrado signos de debilidad en los pasados dos años, cerró con un déficit sin precedentes de 14.000 millones de dólares.

Este déficit se produjo a pesar de una subida de la balanza comercial que, después de haber cerrado con un déficit de 600 millones en 1981, generó un superavit de 8.800 millones de dólares en el pasado año, lo que significa que se ha recibido menos dinero por la mercancía vendida.

Falta de inversión

Sin embargo, hay que anotar que en el déficit de la balanza de pagos se incluye la devolución de capital e intereses de los créditos, que superaron en 1982 los 34.000 millones de dólares, el doble que hace tres años. El cumplimiento de los compromisos crediticios no revirtió en un aumento de la inversión de nuevos capitales, que bajó de 42.000 millones en 1981 a 19.000 millones en 1982.

Como consecuencia de esta caída de la inversión, en 1982 disminuyó el índice de la deuda exterior que, después de haberse situado en el 24% en los cuatro años anteriores, ahora está sólo en un poco más del 7%, lo que equivale a 274.000 millones de dólares.

El informe subraya que se dejó sentir el receso de las actividad económica especialmente en Argentina- Bolivia, Costa Rica y Uruguay, si bien la contracción mas fuerte se produjo en Chile, en donde la recesión iniciada en 1981 empeoro en el pasado año hasta producir un bajón del 7% en el producto nacional bruto.

Durante el último trimestre de 1981 se comenzó a manifestar en Chile una crisis económica que los que entonces responsables económicos (el equipo del ministro de Hacienda, Sergio de Castro y los Chicago Boys), calificaron de "coyuntural".

La evolución de 1982 no les ha dado la razón y la recesión aparece como de una profundidad sin precedentes inmediatos.

Se da la circunstancia que en la mayoría de estos países, especialmente en los del Cono Sur, tales como Argentina, Chile y Uruguay, el modelo de política económica aplicado está basado en el monetarismo instirado en las doctrinas de la Escuela de Chicago, y de su máximo representante, Milton Friedman.

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