Malestar del Gobierno y de la ejecutiva del PSOE por las declaraciones de Escuredo

Las declaraciones efectuadas el lunes por Rafael Escuredo, presidente de la Junta de Andalucía, en las que criticaba la política de transferencias del Ministerio de Administración Territorial a esta comunidad, provocaba aún ayer reacciones de desconcierto y malestar en la ejecutiva del PSOE y en el propio Gobierno. Alfonso Guerra calificó de "inoportunas" las criticas de Escuredo. "Hay una política de hechos y otra de gestos", declaró a EL PAIS, "y hay personas que prefieren dar prioridad a esta última".

El vicepresidente del Gobierno comentó jocoso por la mañana en el Congreso: "Son declaraciones inoportunas porque además coincidieron con el 28 de diciembre, día de los Inocentes". Guerra manifestó su absoluta convicción de que 1983 será un buen año para la autonomía de Andalucía. "Ella, como el resto de las comunidades autónomas", añadió, "debe notar este año próximo que el nuevo Gobierno tiene como objetivo fundamental en el apartado autonómico el llevar las transferencias a los topes que sus estatutos marcan. No hay, por tanto, motivos para ponerse nerviosos".

Coincidía con esta impresión Leocadio Martín, que ayer, tras tomar posesión del cargo de delegado del Gobierno en Andalucía se reunió con Alfonso Guerra, al que transmitió el contenido de la conversación que mantuvo el miércoles con Rafael Escuredo, a fin de conocer las razones de su críticas al Gobierno. "Escuredo se comprometió a proporcionarme un dossier lo más amplio posible sobre las preocupaciones de la Junta que yo transmitiré al Gobierno. Hasta que no lo conozca y sepa la opinión del Gabinete al respecto, prefiero no emitir juicios de valor sobre las declaraciones que hizo el lunes".

Margen de confianza al Gobierno

No obstante, y refiriéndose a la oportunidad de las mismas, Leocadio Martín afirmó que "con algo más de veinte días de gestión del nuevo Gobierno, no parece demasiado justo exigirle responsabilidades en el tema de las transferencias". Insinuó que las declaraciones de Escuredo pueden entenderse como un toque de atención al Gobierno. "Entiendo que la preocupación de Rafael Escuredo está mas relacionada con una previsión de futuro que con la gestión del Gobierno hasta la fecha".Consideró Leocadio Martín comprensible la preocupación de la Junta por la lentitud con que hasta la fecha evoluciona el proceso de transferencias a la comunidad autónoma andaluza. "Esa preocupación tiene un profundo sentido: el ansia de confirmar, de consagrar la autonomía andaluza, que el pueblo conquistó con tanto ahinco", aseguró, "pero, por otra parte, sé que en la voluntad del Gobierno de Felipe González no hay intención alguna de biocotear ni marginar la autonomía andaluza. Al contrario, desde los supuestos de un mismo proyecto político, tiene que verse facilitado. Yo estoy firmemente convencido de que 1983 va ser el año de Andalucía y que vamos a concluirlo con un alto nivel de competencias asumidas por la Junta".

Por su parte, el ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra Salcedo, afirmaba anoche en conferencia de Prensa que el Gobierno socialista no es responsable del retraso de transferencias a algunas comunidades y que las críticas las entiende como referidas a la gestión anterior.

La ejecutiva del PSOE de Andalucía hizo público ayer tarde un comunicado en el que sale al paso de informaciones en las que se señalaba el malestar que habrían producido en el seno de la dirección socialista andaluza las declaraciones de Rafael Escuredo, que, según la nota, "fueron conocidas previamente por el secretario general del PSOE de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, quien no puso reparos para que se produjeran". Pedro Bofill, portavoz de la ejecutiva federal del PSOE, reunida ayer, afirmó que las declaraciones de Escuredo habían sido valoradas por aquella como "precipitadas",