Reagan propugna la supremacía naval de Estados Unidos
"La superioridad marítima es una necesidad para Estados Unidos", declaró ayer el presidente norteamericano, Ronald Reagan, al presidir el acto en que el New Jersey, uno de los cuatro viejos acorazados de la segunda guerra mundial, volvía a entrar en servicio, siguiendo la decisión del Gobierno estadounidense de reacondicionarlos para reforzar el poderío naval de su país.En el discurso pronunciado a este respecto en Long Beach (California), puerto de atraque del acorazado New Jersey, Reagan declaró que Estados Unidos es una "potencia naval por naturaleza", ya que más 4el 90% del comercio intercontinental se efectúa por vía marítima.
El presidente norteamericano, que ha ordenado un refuerzo considerable de la marina norteamericana, señaló que "en tiempos de emergencia, debemos estar en condiciones de controlar el aire, la superficie y las vías submarinas para garantizar el acceso a todos los océanos del mundo".
Reagan añadió que esta política es necesaria dado que EE UU "es el fundamento de la seguridad del mundo libre" y que la URSS "ha creado una Marina poderosa cuya existencia no puede ser justificada por una necesidad de legítima defensa, sino para la actividad ofensiva y para cortar las líneas de reavituallamiento del mundo libre y hacer imposible que los aliados se apoyen por vía marítima".
"Enfrentados al desarrollo de armas dotadas de un inmenso poder de destrucción", prosiguió Reagan, "no tenemos más remedio que mantener fuerzas de defensa que no estén superadas". El presidente norteamericano recordó las propuestas de Estados Unidos de desarme, sin citar las recientemente formuladas por el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Yuri Andropov.
Nuevo misil soviético
Por otra parte, según anucíó ayer el diario The Washington Post, la Unión Soviética está haciendo los preparativos para el lanzamiento de un nuevo misil propulsado por combustible sólido, con alcance desconocido y que puede ser disparado desde una base móvil.
EE UU observa desde hace varios meses los preparativos de esta prueba, incluida la colocación de la rampa móvil de lanzamiento en la zona de tiro de Pletsek, a 950 kilómetros al noreste de Moscú, precisaron las mismas fuentes.
En opinión de los fúncionarios del Pentágono consultados, esta prueba puede constituir una violación del acuerdo sobre limitación de armas estretégicas (SALT II), que firmaron Washington y Moscú, aunque el Senado norteamericano no ha Regado a ratificarlo.
La URS S procedió el pasado 26 de octubre a la experimentación de un nuevo misil. En tal ocasión, el embajador soviético en Washington, Anatoli Dobrinin, aseguró al Departamento de Estado que se trataba del misil a que le autorizaba el SALT II.
Diversos informes norteamericanos aseguran que los soviéticos llevan cinco años trabajando en la producción de dos nuevos misiles intercontínentales, pro pulsados por combustible sólido, aunque el espionaje norteamericano no haya podido precisar el alcance de los mismos, aseguró la información de The Washington Post.
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