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La Enseñanza Católica en Francia, poco propicia a negociar el nuevo estatuto

La escuela privada francesa (católica en un 98%) se inquieta, o teme ser subrepticiamente nacionalizada, a la vista de las posiciones de negociación ofrecidas por el Gobierno socialista para que dicha enseñanza se inserte en un servicio nacional de educación. La Comisión de la Enseñanza Católica amenaza con no aceptar las normas estipuladas por el Gobierno como base de negociación. La cuestión escolar, en vísperas de las elecciones municipales, será nuevamente motivo de enfentamiento entre la mayoría socialista y la oposición conservadora liberal.

La nueva batalla entre los partidarios de la escuela laica y la privada empezó anteayer, desde el momento en que el ministro de Educación Nacional, Alain Savary, tras año y medio de consultas y reflexiones, hizo proposiciones oficiales a los representantes de la enseñanza privada para negociar el nuevo estatuto de ésta última en el marco de un servicio nacional de enseñanza.Sucinta y precisamente, la esencia de la normativa, que en lo sucesivo formulará la primera y la segunda enseñanza francesas, puede condensarse en tres puntos:

1. Geografia escolar: según la ley vigente, un alumno de la enseñanza privada puede elegir el centro que le convenga de todo el territorio nacional, contrariamente al de la escuela pública, que tiene que limitarse a una escuela del sector en el que reside. En lo sucesivo, se amplía esa geografia para este último, pero se limita para el de la escuela privada.

2. Carácter específico de la escuela: la escuela privada puede orientar su enseñanza como quiera, aunque la mayoría (el 98% ) son católicas. La escuela pública, por el contrario, es más monolítica, puesto que responde a una orientación genérica oficial. En base a las proposiciones del Gobierno socialista, en el futuro, la escuela laica, como la privada, gozarán de autonomía para orientar su enseñanza en el sentido cultural, pedagógico, espiritual o deportivo incluso.

3. Estatuto de las escuelas y del personal: todas las escuelas se denominarán Establecimientos de Interés Público (EIP) y estarán dirigidas por un consejo integrado por representantes del Estado, de las colectividades locales y de la asociación

privada correspondiente. Es de anotar que este requisito afecta directamente al punta anterior, relativo a la orientación pedagógica de los centros de enseñanza.

Por lo que atañe al personal, todos los profesores de la enseñanza privada, a excepción de los religiosos, serán convertidos en funcionarios. Y los profesores de la escuela pública podrán ser destinados a la privada. Y, por fin, la escuela privada actual que se acoja a las normas precitadas, podrá solicitar créditos públicos, previa demostración de la necesidad de los mismos.

Las primeras reacciones del sector privado son, en mayoría, abruptas. La Comisión Permanente de la Enseñanza Católica amenaza con practicar la táctica de la silla vacía en las negociaciones que debieran comenzar el próximo enero, y se dice presta para hacer contraproposiciones al ministro de Educación.

Otros representantes de la escuela privada son más cautos y, aunque desconfiados, creen oportuno estudiar con detenimiento la hábil y compleja propuesta oficial. La Prensa favorable a la oposición política afirma de manera contundente que se ha estrangulado la enseñanza privada.

Así lo entiende el líder neogaullista Jacques Chirac, que habla del "inicio de la estatalización de la escuela libre". A su entender, como al de los partidarios de esta última, la oferta gubernamental es banal y ambigua, y suprime los tres caracteres esenciales de la enseñanza privada, a saber: la libre elección de la escuela por los padres del alumno, el carácter propio de la enseñanza libre (católico en la mayoría de los casos) y la autonomía de gestión.

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