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EE UU espera que Hussein participe directamente en la creación de una entidad palestina

Aunque ninguna de las declaraciones oficiales permite confirmar la adhesión total de Jordania al plan de paz del presidente Reagan para Oriente Próximo, se espera que el rey Hussein acabe participando directamente en las negociaciones para la creación de una entidad palestina en Cisjordania, bajo soberanía de Aminán."Esperamos que las perspectivas de paz en Oriente Próximo sean pronto una realidad", dijo el presidente Ronald Reagan en los jardines de la Casa Blanca al concluir la primera ronda de entrevistas con el rey Hussein. "Reafirmamos nuestro deseo de establecer la paz en Oriente Próximo", respondió el monarca, "y contribuiremos a lograrla para nuestros pueblos y para el mundo".

La estancia de Hussein en Washington, junto con las prevísiones de una rápida retirada de Líbano de las tropas israelíes, sirias y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), son elementos de optimismo parala Administración Reagan en su programa de arreglo para el Próximo Oriente. Antes de reunirse con el rey Husseín, el presidente norteamericano conversó ampliamente con su enviado especial, el embajador Philip Habib, responsable de las conversaciones para una pacificación en Líbano.

Si Estados Unidos consigue calmar la situación en Líbano, con la salida de las tropas extranjeras, habrá dado un primer paso, dicen en el Departamento de Estado, "en dirección hacia la solución global del conflicto". La baja de tensión militar en Líbano facilitaría una entrada en la escena negociadora del rey Hussein de Jordania, personaje considerado clave por Estados Unidos para intentar establecer el plan de paz expuesto por el presidente Reagan el pasado 1 de septiembre.

Pero el rey de Jordania mantiene su reputación de hombre cauto y, lejos de declaraciones triunfalistas, se limita a expresar en Washington su satisfacción por las conversaciones con la Administración Reagan; sin añadir detalles concretos sobre su casi segura participación directa en la mesa de negociacíones.

Reagan quiere que Hussein acepte una negociación con Israel para buscar salida al problema y concretar el establecimiento de una entidad palestina, bajo soberanía de Ammán, en los territorios de Cisjordania ocupados por Israel desde 1967. Una vez conven cido el monarca jordano, con argumentos de paz que se acompañarán de la venta de armas norteamericanas, Washington espera que Israel no tendrá más salida quela de aceptar la discusión del plan Reagan para Oriente Próximo, hasta ahora firmemente rechazada por Tel Aviv.

La cautela se impone, por parte de la Administración norteamericana, a la hora de valorar las conversaciones de Hussein en Washington. Pero las entrevistas del rey hachemita con el secretario de Estado, Georges Shultz, el de Defensa, Caspar Weinberger, el Alto Estado Mayor y relevantes miembros del Congreso, dan un contenido muy amplio a la estancia del rey jordano en Estados Unidos.

A la posible discreta promesa de Hussein de entrar en el foro negodiador -todavia condicionado por la estancia de tropas israelíes en Líbano-, Washington corresponderá seguramente con el sumínistro a Jordania de dos escuadrones de cazabombarderos F-5G y misiles antiaéreos Stinger.

Aunque el rey pide aviones más sofisticados, como los F-16, y misiles móviles tierra-aire del modelo Hawk, Reagan es reacio a facilitar tan moderno equipo, que puede incrementar el rechazo de Tel Aviv a negociar una solución palestina.

Todos esos condícionantes explican, posiblemente, la discreción de Hussein a la hora de pronunciarse abiertamente por el plan Reagan, aunque lo valore positivamente en su conjunto.

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