Los altos dirigentes de Afganistán se trasladan a Moscú
Los principales dirigentes de Afganistán se trasladaron ayer a Moscú con el propósito oficial de asistir a las ceremonias del 602 aniversario de la fundación de la URSS, mañana martes, pero se sospecha que puede haber otras intenciones de alcance político.La visita de la delegación afgana, presidida por Babrak Karmal, no había sido anunciada e incluye, además del presidente del Estado, al primer ministro, Ali Kishtmand; los principales miembros de su Gobierno, como el de Asuntos Exteriores, Mohamed Dost, y la señora Anahita Ratebzad, oficiosamente número dos del régimen.
La información fue facilitada por Radio Kabul, en una emisión captada por emisoras paquistaníes y difundida a Occidente por las agencias de Prensa.
Algunas fuentes afganas de Pakistán señalaron que el viaje de los más altos responsables a Moscú no tiene precedente en los últimos tres años y puede hacer prever "cambios importantes" en la cúspide del poder en Kabul.
Noticias procedentes de Moscú aseguran que Yuri Andropov, actual líder soviético, se opuso a la invasión militar soviética y se oponía a la política que se estaba siguiendo en este país. Desde este punto de vista puede parecer lógico que el nuevo secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) convoque a Moscú a los más altos dirigentes de Afganistán para comunicarles su decisión sobre el futuro del país, e incluso, según especulaciones, para anunciar los cambios que Andropov decida.
Por el momento, la versión oficial del viaje de Karmal y su séquito a Moscú se limita a anunciar que son invitados a las conmemoraciones del 6T- aniversario de la URSS, tal y como hizo ayer la televisión soviética.
Después de la muerte de Leónidas Breznev, el tema afgano ha recuperado un inusitado interés en las relaciones internacionales y es uno de los temas conflictivos en las negociaciones entre China y la URSS.
Fuentes norteamericanas se han referido a que en las próximas semanas la nueva dirección política de la URSS podría dar algún síntoma de pretender solucionar el tema afgano mediante negociaciones internacionales e incluso arbitrar alguna fórmula que permitiese una retirada militar de la URSS que, según expertos occidentales, sería, como máximo, parcial.
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