Guerra resalta la sensibilidad del Gobierno hacia Latinoamérica

Luis Yáñez-Barnuevo anunció ayer que dirigirá el Instituto de Cooperación Iberoamericana, del que es nuevo presidente, "desde un compromiso radical de servicio a España, al Rey y a Iberoamérica". El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que presidió el acto de presentación de la nueva etapa del Instituto, resaltó la especial sensibilidad del Gobierno socialista hacia América y reiteró el tratamiento prioritario y urgente que se dará a la ley de asilo y a la de extranjería, así como el estudio de una ley de cooperación cultural y económica.La especial preocupación por la dimensión cultural y educativa de las relaciones con Iberoamérica quedó puesta de relieve con la asistencia al acto, celebrado en la sede del citado organismo, junto al ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, de los titulares de Cultura, Javier Solana, y Educación y Ciencia, José María Maravall, y de numerosos embajadores latinoamericanos.

Alfonso Guerra, quien resaltó la presencia de las personalidades citadas, así como la del presidente del Tribunal Constitucional, Manuel García Pelayo, proclamó el propósito del Gobierno de Felipe González de no reducir la cooperación con Iberoamérica a mera retórica, sino de "profundizar en nuestra proyección iberoamericana". Guerra citó a García Márquez, Octavio Paz, Miguel Hernández y Antonio Machado y calificó el acto como un sueño, tras veinte años de lucha codo a codo con el nuevo presidente del instituto, Luis Yáñez, unidos, entre otras muchas cosas, por la común procedencia de Sevilla, que será sede de la exposición mundial con motivo del V centenario del descubrimiento de América.

Luis Yáñez expresó la voluntad de acrecentar nuestros vínculos con los pueblos de Iberoamérica y de hacer efectiva "una cooperación política, cultural, económica y científico-técnica basada en los principios de interdependencia, continuidad, indiscriminación y comunidad, enunciados tantas veces por su Majestad el Rey en sus viajes por el continente". Recordó las reiteradas muestras de solidaridad dadas por algunos países iberoamericanos a los exiliados españoles en distintas etapas históricas, y anticipó el propósito español de pagar la deuda de gratitud con los hermanos de Iberoamérica que sufren ahora una adversidad similar a la padecida por España.