Jordi Savall y Hesperion XX interpretan hoy un concierto renacentista en Barcelona
El local elegido es la capilla de Sant Felip Neri
Jordi Savall y el grupo Hesperion XX actuarán hoy en la iglesia de Sant Felip Neri de Barcelona, con un concierto titulado Un Nadal català al Renaixament (Una Navidad catalana en el Renacimiento). Hace ya quince años Jordi Savall tomó la decisión de marcharse. Acababa de obtener una beca March que le permitía ampliar sus estudios. Detrás quedaban el Conservatorio Municipal de Barcelona, Josep Trotta, muchas horas de clase y una carrera posible como violoncelista. Pero a él le interesaba aprender a tocar la viola de gamba, y el mejor sitio para lograrlo es Basilea: "Conseguí especializarme en dos años, y después de pasar unas oposiciones gané la cátedra del instrumento. Sucedí en el cargo a mi maestro".
Habla un catalán con fuerte acento francés. Estuvo mucho tiempo viviendo junto al Rin, integrándose en la vida tranquila de una ciudad, viendo pasar las barcazas, viajando mucho y viniendo a Barcelona muy de cuando en cuando. Jordi Savall es profesor de la Schola Cantorum Basiliensis, donde también trabaja Montserrat Figueras, su esposa, que da clases de canto antiguo. Música antigua y viola de gamba. Son dos materias que aparecen casi siempre unidas y que todos los melómanos relacionan con la imagen de Savall. Él siempre se ha interesado por la música antigua: "Sobre todo, porque es nuestra música, la de nuestro país. En los conservatorios parece como si la historia de la música empezara en el siglo XVIII y sólo contaran los compositores extranjeros. Somos un país colonizado, y lo triste es que lo aceptamos. En otros terrenos hay otro espíritu. A ningún literato se le olvida Cervantes, ninguna persona mínimamente culta desconoce la arquitectura del siglo XVI; pero, en cambio, todos desconocen -y lo grave es que hay que incluir a los músicos- a Hidalgo, un compositor importantísimo, un Cervantes de la música".A pesar de los relajantes paisajes suizos, de una vida ordenada, en la que no tienen cabida ni el vino ni los manjares de difícil digestión, Savall se apasiona mediterráneamente cuando habla de música. Se ha planteado escribirle al ministro de Cultura para hacerle una propuesta de recuperación de nuestro patrimonio musical: "Me gusta la música y me gusta mi país. Muchas veces pienso que una canción de cuna es lo que mejor nos describe el carácter de una cultura. La cançó del lladre (La canción del ladrón) o El testament d'Amèlia (El testamento de Amelia), pueden, con su dramaturgia, causar mayor impacto que una hora de música sinfónica. Nuestras canciones, como algunos cuentos de Víctor Català, recogen muy bien el tipo de fatalidad que impregna nuestra cultura, nuestra mentalidad. Y a mí me interesa el hecho de que esto se exprese con mucha intensidad, a partir de pequeñas cosas, sin grandilocuencia. En eso es una música que se aproxima a la poesía".
Para poder desarrollar su trabajo, Jordi Savall ha ido relacionándose con músicos de distintos países. En 1974, con algunos de ellos fundó el grupo Hesperion XX. Hesperion, porque se trata de reivindicar Occidente, España y su tradición; XX, porque es nuestro siglo, porque, si bien se trata de música antigua, la interpretación es actual. "La música es un arte del instante. La música sólo existe en el momento en que se interpreta. Desde este punto de vista, puedo decir que todo es música antigua. Shöenberg es antiguo, Boulez es antiguo, y lo que importa, lo que hay que deducir de eso, es que la música antigua debe tocarse de la misma manera que Brahms, con las mismas exigencias, preocupándose de la motivación, de la expresión musical".
El concierto
Miércoles 15 de diciembre. Jordi Savall y Hesperion XX actúan, junto con el grupo vocal Studium Musicae de Valencia, en la iglesia de Sant Felip Neri. Programa: Un Nadal català al Renaixement (Una Navidad catalana en el Renacimiento). "La preparación del concierto ha sido difícil. No encontrábamos un lugar adecuado, parecía como si todas las iglesias estuvieran cerradas a los conciertos. Además, para mí es muy importante encontrar voces del país -es imprescindible, porque sólo así se respeta la lengua original-. Hablé con Jordi Casas. Existen voces muy buenas, pero es imposible reunirlas durante más de cuatro días seguidos en un mismo horario. Aquí siempre te encuentras con problemas de este tipo: la gente no tiene becas ni ayudas que le permitan ensayar, aprender de verdad, poderse plantear la música en serio. Finalmente entré en contacto con el grupo valenciano que, si bien no tiene demasiada experiencia, está formado por auténticos músicos, por gente profesional, en el buen sentido de la palabra".La primera obra del concierto es El cant de la Sibilla, que se cantaba en latín desde el siglo X, y a partir del siglo XIII, en las distintas lenguas románicas. Se trata de una interpretación sobre el juicio final que tenía lugar durante la noche de Navidad, una noche que había adquirido un tono marcadamente carnavalesco. Estuvo prohibida durante el siglo XVII. En Mallorca se ha conservado la tradición, y el personaje principal lo encarna un joven vestido de mujer que sostiene una espada justiciera en la mano.
En Sant Felip Neri podemos oír también dos ensaladas, forma literario-musical que permite la combinatoria de estilos musicales muy distintos. Sus autores son Cárceres y Mateu Fletxa el Vell, ambos del siglo XVI. La trulla, que ese es el título de la obra de Cárceres, juega con un diálogo entre los pastores y la Virgen, diálogo que se lleva a cabo en distintas lenguas, algunas de ellas prácticamente inventadas por el autor valenciano, que no las conocía. La justa, de M. Fletxa, parte de la lucha simbólica entre el bien y el mal, de Lucifer contra un nuevo caballero que es Cristo".
En Francia se publicó esta obra con el divertido título de Batalla a la española
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