Veintiún integristas argelinos, acusados de atentar contra la seguridad del Estado
Los extremistas islámicos argelinos han sido acusados de constituir una organización subversiva y conspirar contra la seguridad del Estado, en lo que aparece como una clara voluntad del Gobierno de este país de poner coto a la persistencia de una corriente integrista cada vez más politizada. Veintiuna personas, entre las que figuran varios imanes y profesores de centros universitarios, se encuentran actualmente detenidas.
Dos de los tres principales responsables del movimiento integrista, los imanes Mohamed Sahnun y Abdellatif Soltani, han sido puestos en libertad provisional con el objetivo, sin duda, de calmar los ánimos exasperados de los fanáticos religiosos; pero el tercero de ellos, un profesor de ciencias sociales llamado Abassi Madani, permanece en prisión acusado de predicar ideas retrógradas en contradicción con el Islam, interpretándolo en función de sus apetencias políticas personales.
Para demostrar el absurdo del comportamiento de este personaje, conocido por su rigidez islámica, la Prensa progubernamental argelina no ha vacilado en publicar fotocopias de la inscripción en sendos centros escolares dependientes de la Embajada francesa de dos de sus hijos, de once y doce años de edad. El mal gusto de esa publicación ha sido criticada por muchas personas.
El movimiento conocido por Los Hermanos Musulmanes, del que se reclaman los inculpados, no ha reaccionado todavía a las detenciones ni al hecho de que los detenidos serán juzgados no por un tribunal ordinario, sino por el Tribunal de Seguridad del Estado, instancia conocida por la severidad de sus penas.
Aparentemente, el régimen argelino desea dar la mayor publicidad al proceso para demostrar que ha terminado la mansedumbre y la debilidad de la revolución contra los integristas.
Fanáticos vigilados
Calificados de residuos ideológicos sin futuro alguno, los fanáticos islámicos vienen siendo objeto de una extrema vigilancia por parte de las autoridades, desde que un grupo armado de ellos protagonizó un incidente, semanas pasadas, en un centro universitario de Argel, hiriendo mortalmente a un estudiante.Los Hermanos Musulmanes distribuyeron posteriormente octavillas y proclamas en las que exigían la liberación de los integristas detenidos y pedían a la población que comprendiera la justicia de su causa.
El enfrentamiento del régimen argelino con esta porción de integristas denota no sólo la preocupación que tienen los dirigentes políticos de este país por la expansión de este fenómeno marginal, sino que revela también que, tras una etapa de tanteo, se ha decidido golpear con dureza a los extremistas, aun a sabiendas que pueden producirse nuevos conatos de manifestaciones.
No pocos son los argelinos que consideran que al actuar de esta forma el Gobierno se ha colocado en una posición de rigidez que le obliga a asentar nuevos golpes contra el fanatismo religioso, hasta ahora muy poco presente en la vida social de este país.
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