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La abstención española ante la OTAN

La abstención de España a la hora de firmar el comunicado final del Consejo del Atlántico Norte, al término de la reunión de Bruselas, es una decisión histórica que ha provocado en la opinión nacional una serie de preguntas. Las dudas de muchos españoles nacen de la inquietud ante un gesto con escasos precedentes en los usos de la Alianza a la que España pertenece, al menos por ahora, con todos los derechos y deberes de sus díeciséis miembros.( ... ) La abstención del jueves supone la congelación de nuestra incorporación militar a los mandos integrados europeos y nuestro ajenamiento en el acto que simboliza la solidaridad de todos los países miembros, como lo es la firma del comunicado de la sesión minísterial de otoño.

Es, por tanto, prematuro sacar conclusiones definitivas sobre el gesto adoptado por Fernando Morán en Bruselas, aunque despierta legítimas incertidumbres sobre el objetivo final del movimiento iniciado con la presente abstención.

La estructura interior de la Alianza está basada precisamente en la igualdad absoluta entre todos sus miembros, yjamás el Consejo de Ministros toma una decisión sin haber obtenido previamente la unanimidad, empleándose tan sólo en ciertos casos la reserva de un país concreto sobre un tema concreto para manifestar su disconformidad específica sobre la cuestión, pero sumándose al conjunto de las otras decisiones, salvando así la continuidad y solidaridad de los acuerdos entre aliados.

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La abstención total -que ha sido la adoptada por España- no es en ningún caso un mecanismo menos traumático para la cohesión de la Alianza que la reserva de posición, también rara en las costumbres de la casa. Es la actitud que en los últimos tiempos viene manteniendo Grecia, en especial -ayer mismo lo hacía-, sobre algunos aspectos de la política general, y que podía haber empleado también nuestra delegación si, por ejemplo, no se sumaba a la expresión de una voluntad común para instalar los euromisiles en el transcurso de 1983. Esta reserva de posición, que también hubiese sido discutible, pero que en fin de cuentas podía responder a la visión del nuevo Gobierno socialista sobre este punto, habría limitado el mayor alcance moral que tiene la abstención a la totalidad manejada por Fernando Morán.

( ... ) El carácter excepcional de la decisión tomada por el Gobierno y la ambigüedad con que se manejan conceptos vitales para la defensa de nuestro país, como es la distinción -mal hecha casi siempre por algunos de sus responsables- entre la OTAN y la estructura militar integrada en la Alianza, nos permite adelantar un sentimiento de inquietud sobre el destino final que el partido socialista pretenda alcanzar con estos movimientos.

11 de diciembre

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