El Gobierno regional cuestiona la rentabilidad de la autopista de enlace con Castilla
Las obras de la autopista de peaje que comunicará Asturias con Castilla por el valle del Huerna finalizarán el próximo mes de agosto, después de superar graves dificultades y retrasos, que hicieron temer la quiebra de la concesionaria, según manifestó a este periódico Víctor Zapico, consejero de Transportes del Gobierno autonómico y dirigente del PCA.
La autopista, que probablemente tardará muchos años en recibir propiamente esta denominación, porque en la zona de los túneles no está aún previsto el desdoblamiento de la calzada, difícilmente será rentable, a menos que se decidan unas tarifas muy elevadas, que podrían gravar seriamente los productos asturianos. Este temor, compartido en medios gubernamentales asturianos, se ha generalizado entre la población.Horacio Fernández Inguanzo, diputado comunista por Asturias, denunció con insistencia, en la pasada legislatura, la inviabilidad económica de la autopista, cuya rentabilidad estaba calculada sobre un tráfico que, en realidad, se quedará muy por debajo de las previsiones. Fernández Inguanzo defendió siempre la terminación cuanto antes de la autopista de peaje para frenar el espectacular encarecimiento de las obras.
A las inquietudes del diputado comunista, Víctor Zapico añade la ausencia de dos proyectos complementarios de la autopista, sin los cuales se producirán dos importantes cuellos de botella: el desdoblamiento de la carretera Campomanes-Oviedo (la continuación de la autopista hasta la capital asturiana) y los accesos al puerto de Gijón, que recibirá gran parte del carbón con destino a la meseta castellana.
El decreto de adjudicación de la concesión de la autopista fijaba en el 17 de septiembre de 1979 la fecha de apertura al tráfico de la primera calzada. Este plazo fue más tarde ampliado, y también incumplido, al 31 de diciembre de 1982. Antes de dar comienzo las obras, en junio de 1976, se produjo en Asturias una fuerte polémica sobre la conveniencia de construir la autopista, o, por el contrario, optar por una sustancial mejora de la actual carretera de Pajares con la perforación de un túnel por debajo del puerto.
Al inicio de los trabajos, tras el triunfo de la tesis más ambiciosa, se fijó para la autopista un presupuesto total de 19.505 millones de pesetas, cifra que en agosto del próximo año podría aproximarse a los 50.000 millones de pesetas, según los cálculos del PCA. La autopista quedó en entredicho a partir de las denuncias del diputado comunista Fernández Inguanzo, quien llegó a preguntarse públicamente: "¿No será que la concesionaria, convencida de la inviabilidad económica de la concesión, aspira a engordar el coste de la autopista preparando ya su futura quiebra, una vez asegurado el beneficio como constructora de la obra civil?".
Aval a la concesionaria
Recientemente, el Estado avaló a Aucalsa para conseguir los créditos necesarios en los mercados internacionales, al objeto de acelerar los trabajos de la primera fase de la autopista. Con esta fórmula se excluía la cesión de las acciones de la concesionaria al Estado, que había sido sugerida poco antes por algunos de los socios financieros de Aucalsa, partidarios de desentenderse de un proyecto tan polémico.Aucalsa justificó los sucesivos retrasos en la terminación de las obras en el cierre del mercado interior de capitales a partir de 1977 y en la fijación de cupos insuficientes de recursos exteriores, así como en las modificaciones introducidas en el proyecto, que obligaron a ejecutar en la primera fase una gran parte de la segunda calzada, aproximadamente 45 kilómetros. Esta autopista tiene un trazado de 88 kilómetros, entre Campomanes (Asturias) y Onzonilla (León).
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