Absueltos ocho trabajadores de Ford España, acusados de coacciones por la empresa
Ocho trabajadores de la empresa Ford España, SA, han sido absueltos por la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia de un delito de coacciones, del que habían sido acusados por la dirección como miembros de un piquete informativo para el boicoteo de las horas extraordinarias. Los hechos que dieron base a la acusación ocurrieron en julio de 1979 y poco después la empresa procedió a despedir a los ocho empleados.Siete de los despidos fueron considerados improcedentes por Magistratura de Trabajo en Valencia pero la dirección recurrió las sentencias y están pendientes del fallo del Tribunal central de Trabajo.
Tanto el ministerio fiscal como la acusación particular solicitaban para cada uno de los trabajadores, como autores de un delito de coacciones, una pena de cinco meses de arresto mayor y multa de 20.000 pesetas, con arresto sustitutorio de 20 días, accesorias y el pago de las costas. La defensa pedía la libre absolución.
La sentencia establece que deben ser absueltos los ocho procesados, Teodoro Medina, Luis Sayas, Pedro Gallardo, Rafael Enrique Gil, Telesforo Muñoz, Manuel Real, José Barber y Aquilino Cabrera, porque "los hechos declarados probados no son legalmente constitutivos del delito de coacciones".
Los trabajadores habían sido detenidos por la Guardia Civil la madrugada del 13 de julio de 1979, que era viernes y festivo, cuando se encontraban a la puerta de la factoría.
Impedir el paso
Según la acusación de la empresa los ocho trabajadores habrían intentado impedir el paso a un taxi que transportaba empleados. La Audiencia Provincial, sin embargo, considera como hechos probados que el grupo de trabajadores, a una hora que no correspondía a la de entrada o salida de los servicios de seguridad y mantenimiento (las tres de la madrugada) se encontraba "bajo un cartel iluminado anunciador de la fábrica Ford y fuera del recinto cerrado de la fábrica, con el propósito de hacer saber a los compañeros de trabajo que no debían hacer horas extraordinarias, pues se estaba discutiendo un convenio".En ese momento "se aproximó un taxi que no ha sido identificado, con un pasajero en su interior", del que no se ha llegado a saber tampoco si era o no trabajador de la empresa. El vehículo, "sin oposición alguna de los acusados, penetró en el interior de la fábrica y a los pocos momentos salió vacío". El grupo de trabajadores se acercó al coche, éste se detuvo y su conductor conversó con ellos para después continuar su camino "sin que conste que los procesados le impidiesen la marcha o lo empujaran".
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